CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Interés general 6 de julio de 2019

‘El Pase’, la primera cooperativa de trabajo conformada por presos que funciona fuera de un penal

Funciona hace tres años en Tranque Lauquen a instancias de la Pastoral Penitenciaria.

La primera fábrica artesanal de pelotas de Trenque Lauquen está a punto de convertirse en la primera cooperativa del país conformada por jóvenes privados de su libertad que funciona fuera de un penal; una experiencia que conmovió al propio Lionel Messi y a la Selección, al punto de firmarles uno de los balones hechos por estos internos con salidas laborales diarias.

Se trata de “El Pase”, un emprendimiento que funciona hace tres años en el centro de esta ciudad bonaerense a instancias de la Pastoral Penitenciaria, que la creó “exclusivamente” para dar empleo temporario a jóvenes que purgan los últimos meses de condena en el penal masculino de Las Tunas y facilitar su reinserción laboral.

Esta cooperativa en formación que apadrina el polista Adolfo Cambiasso tiene dentro de su plantel de 10 socios-trabajadores no sólo presos de la Unidad 20 bajo el régimen de semilibertad, sino también recién liberados y adolescentes que nunca estuvieron tras las rejas pero se encuentran en situación de vulnerabilidad.

“Cuando recién salís en libertad entrás en desesperación, porque las pocas puertas que te quedan por golpear, te las cierran por tu pasado. La gente habla de reinserción pero lo primero que te piden son los antecedentes penales”, dijo a Télam Jonathan Jaime, el encargado de 30 años de “El Pase” que vivió en carne propia la experiencia carcelaria.

“Son dos mundos muy distintos: estando detenido tenés cama y comida, pero de repente estás afuera y todos los días necesitas plata para pasajes, luz, alquiler. Salís a buscar laburo y, como no te dan, volvés a delinquir”, agregó.

Un círculo vicioso que experiencias como la de “El Pase” consiguen romper porque “fortalecen tu autoestima y te demuestran que hay otra vida”, contó Jaime, quien entró a trabajar en la fábrica durante sus últimos meses de condena y por su empeño y liderazgo quedó como supervisor y capacitador.

El responsable del proyecto, Martín Herrero, contó a Télam que el nombre de la fábrica alude a su finalidad: ser una “pasada” previa por la libertad antes de la excarcelación definitiva, para fabricar un producto que en realidad es “una excusa” para fomentar “hábitos, límites, compañerismo y respeto” pero también para “derribar prejuicios”.

“Este trabajo es ‘de paso’ y la idea es que cuando logren la libertad, ya estén en condiciones de entrar en otra empresa y dejarle el lugar a alguien más”, dijo.

En “El Pase” se fabrican unas 250 pelotas mensuales de fútbol y vóley playero; la mayoría de ellas a pedido de firmas -que las adquieren para ser distribuidas como “regalo empresarial”- o de “clubes de la zona”.

“La verdad es que nos está yendo muy bien y hemos logrado la auto sustentabilidad”, apuntó.

Aunque hay muchas cooperativas de trabajo de liberados o funcionando dentro de las penitenciarías, ésta “es una experiencia inédita” a nivel nacional, lo que corrobora Manuel de Arrieta, de la Confederación Argentina de Trabajadores Cooperativos Asociados (CONARCOOP).

“Es la primer cooperativa de personas privadas de la libertad que salen a trabajar y regresan al penal todos los días, pero como en el cooperativismo los trabajadores son los dueños, para la inscripción tuvimos que trabajar con el INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) en un nuevo modelo que prevea la transitoriedad”, explicó.

De Arrieta estimó que “unos meses podríamos obtener la personería jurídica” lo que permitirá “vender a grandes empresas, sacar créditos, realizar aportes previsionales o ser proveedor del Estado”, es decir, operar “en igualdad de condiciones con otra empresa”.

Por su parte, el director del penal Las Tunas, Mario Clementi, explicó a Télam que los internos se seleccionan entre aquellos “que están próximos a cumplir la condena, pero que además tienen buena conducta y un perfil acorde a partir de un trabajo en conjunto con el juez de ejecución local”.

“Desde hace un mes, además, funciona una extensión de la fábrica dentro del penal para darle posibilidad a internos que no están tan cerca de recuperar la libertad, de ganarse un peso cosiendo pelotas”, señaló.