La Ciudad

El Plan Estratégico prevé un cambio productivo y urbano sustancial gracias a la circunvalación

Los trabajos de planificación fundamentan la trascendencia de la obra por el impacto que tendrá a nivel local y regional. En 2010 Vialidad de la Provincia ya había definido una propuesta de construcción en tres tramos.

Para el Plan Estratégico de General Pueyrredon la construcción de una nueva avenida de circunvalación que conecte a las principales rutas de acceso a la ciudad traería aparejado un “cambio sustancial” en la realidad “urbana, productiva y social de Mar del Plata” y de la región.

Por esa razón y a casi 8 años de que la Dirección de Vialidad de la Provincia de Buenos Aires se comprometiera a impulsarlo, distintos sectores comenzaron a movilizarse para intentar que el proyecto vuelva a ser considerado como una prioridad.

La obra planteada por sucesivos gobiernos locales, comenzó a cobrar forma hace casi 20 años cuando durante la gestión del ex intendente Elio Aprile se marcó la necesidad de crear una circunvalación cuya traza uniera en un principio a la Autovía 2, desde el kilómetro 395, con las rutas 226 y 88.

A partir de entonces la idea fue motivo de nuevos y cada vez más complejos trabajos de planificación que llevaron a que en 2010, las autoridades de Vialidad consideraran al tema como uno de los “más medulares” para la ciudad y la zona.

Para el Plan Estratégico, cuya coordinación actualmente se encuentra a cargo del contador Oscar Criado, “este es un proyecto estructural” no sólo porque conectará a las rutas de acceso a la ciudad.

Se espera que la obra genere otro tipo de beneficios, entre los cuales figuran “definir un nuevo límite para el ejido urbano” marplatense y mejorar “la integración urbana y periurbana, la accesibilidad, la conectividad y el tráfico intra e inter urbano”.

Asimismo en el plan se anticipa que la circunvalación tendría “impacto en la productividad logística industrial y rural” de la zona; que “incrementaría el intercambio regional y que facilitaría la complementariedad e integración entre las ciudades del sudeste bonaerense”.

Los mismos fundamentos se repiten en otros trabajos de planificación como la Iniciativa de Ciudades Sostenibles y Emergentes del Banco Interamericano de Desarrollo y en el Plan Maestro del Transporte y el Tránsito. Y más allá de los matices que puedan registrarse en las posiciones de los expertos, en todos los casos se advierte un amplio consenso sobre la importancia de que el proyecto se concrete en el menor plazo posible.

Desde que hace casi dos décadas se mencionó la necesidad de generar una nueva conexión para la Autovía 2 y las rutas 226 y 88 el tema fue sumando nuevos componentes, como el requisito de incorporar también a la ruta 11.

El proyecto más concreto difundido hasta el momento fue el anticipado en el año 2010 por la Dirección Provincial de Vialidad, que adelantó que la circunvalación tendría 25 kilómetros de extensión para bordear así a gran parte de la ciudad.

El plan planteaba la construcción de un primer tramo de 10 kilómetros de extensión entre Santa Clara del Mar y la Autovía 2; de un segundo tramo de otros 7,8 kilómetros entre la Autovía 2 y la ruta 226 y de un tercer y último tramo de 7,1 kilómetros, entre la ruta 226 y la ruta 88, a la altura del Parque Industrial.

Sin ser definitiva, esa es hasta el momento la propuesta más concreta que existe en los despachos de Vialidad.

No obstante posterioridad el Plan Estratégico sumó la necesidad de incluir en el camino un cuarto tramo para unir también la zona sur de la ruta 11.

En sus últimos documentos, el Plan Estratégico incorporó nuevas definiciones sobre el impacto que causaría la obra más allá de su efecto de direccionar el tránsito “pasante”, dentro del cual se destaca el tránsito pesado.

El plan propone que junto a la construcción de esta nueva arteria también sea contemplada la generación de nuevas áreas de logística y de equipamiento aledañas y la renovación de la avenida Champagnat.

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