El País

El Plan Gas garantizará el abastecimiento y previsibilidad energética en un contexto global incierto

El sector productivo se garantizó precios desacoplados de los valores internacionales. Se adjudicaron los 100 millones de metros cúbicos de gas. De ese volumen, 70 MMm3/d se destinan a los usuarios residenciales.

Por Ignacio Ortiz

La nueva etapa del Plan Gas que acaba de lanzar el Gobierno nacional buscará generar garantía de abastecimiento sostenido hasta 2028, a precios que si bien podrán resultar un poco mayores que los actuales, mantendrán el desacople de la paridad de importación, en un contexto global de alta volatilidad.

El Plan Gas IV y V que el jueves presentaron el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Sergio Massa, suman dos nuevas rondas licitatorias del programa de estímulo Gas.Ar 2020-2024, una herramienta diseñada durante la pandemia mediante el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 892/2020, que comenzó a operar en enero de 2021 ante la necesidad de revertir el declive de producción de los años previos y asegurar la provisión para el invierno.

Con esos objetivos, el plan de incentivo permitió a las empresas un horizonte de contratos de cuatro años que les permitió asegurar inversiones en sus áreas productivas y alcanzar en el reciente invierno picos por encima de los 130 millones de metros cúbicos (m3) de gas en el total país, y a la vez obtener márgenes de exportación a Chile por hasta 11 millones de m3/d.

El exsubsecretario de Hidrocarburos Juan José Carbajales, en cuya gestión comenzó a delinearse el programa, dijo que el objetivo inicial “fue generar un nuevo marco de fijación de precios de largo plazo para el sector gasífero que se tradujera en compromisos concretos de inversión para revertir el declino y abastecer la demanda interna de hogares y usinas térmicas durante cuatro años”.

Esto partió del diagnóstico que dio cuenta un fuerte declino de la producción en los años previos en torno al 10% anual y la imposibilidad de trasladar el costo pleno del gas a gran parte de la población en momentos de recesión económica, a lo que se sumó la pandemia y la inflación.

“El eje ordenador fue la agregación de demanda de los segmentos residencial y generación eléctrica, y la contractualización plurianual que dota de previsibilidad en un horizonte de mediano plazo y permite a los productores planificar, ejecutar y mantener sus compromisos de inyección”, explicó Carbajales.

En ese sentido, el sector productivo se garantizó precios desacoplados de los valores internacionales que en este año registraron incrementos de hasta un 360% interanual, lo que permitió sumar un factor de competitividad a la economía por cuatro años.

Así, en las Rondas 1 y 3 se adjudicaron los 100 MMm3/d buscados, por 48 meses a un precio promedio de 3,53 USD/MMBTu surgido de una subasta con competencia entre los productores, mientras que en la Ronda 2 se agregaron hasta 7 millones más para los inviernos, al mismo precio.

De ese volumen, 70 MMm3/d se destinan a los usuarios residenciales y los 30 MMm3/d a la demanda industria y del GNC, mediante contratos con 15 petroleras que producen en las cuencas Neuquina y Austral que abastecen a las nueve distribuidoras de gas del país, y a Cammesa.

El ahorro de divisas que se estimó inicialmente en US$ 6.000 millones ahora -con las rondas IV y V- pasó a ser de US$19.000 millones hasta 2028 a la luz de los conflictos globales que dispararon los precios de GNL a un precio futuro de US$60 el MBTU para el próximo invierno.

Así, para Carbajales, los resultados del Plan Gas.Ar “derivaron en la necesidad de incrementar la capacidad de transporte desde la Cuenca Neuquina, lo que impulsó el Plan Transport.Ar y la construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, cuya finalización se prevé para el invierno 2023”.

“La extensión del Plan Gas IV y V permitirá llenar los 11 millones del gasoducto y extender las Rondas 1 y 3 por cuatro años más hasta fines de 2028. Será con un precio mayor, pero con garantía de abastecimiento sostenido y desacople del import parity”, dijo el ex subsecretario al destacar que también contempla ya todas las cuencas y tanto el gas convencional como el de Vaca Muerta, con “un estímulo especial para los yacimientos maduros”.

Para el Gobierno, el desarrollo de esta nueva etapa permitirá para el año próximo alcanzar un autoabastecimiento del 90% de su demanda de gas.

Pero a la vez, ese logro tendrá un impacto fiscal, ya que se estima que dejar de importar gas y producirlo representa en términos de ahorro por importaciones de energía hasta 2028 unos US$ 19.000 millones, de los cuales en 2023 sumarán US$ 3.200 millones.

Pero las operadoras también lograrán mejores precios a los obtenidos entre US$ 3,50 y US$ 3.75 dos años atrás, ya que se anunció que el precio del gas en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST) surgirá de la concurrencia en el mercado, en un marco de libre competencia.

En ese punto, se destacó el llamado de Massa a las compañías en el acto de lanzamiento del Plan al pedir que “a lo largo de estas semanas las ofertas estén acordes con las capacidades y posibilidades del gobierno para que los argentinos paguen la energía más barata del mundo, mirando a largo plazo y sin especulación del sector empresario”.

El Plan Gas.Ar reconoce como antecedentes en la industria los dos planes de incentivo de precios lanzados en 2013 y la resolución 46 de 2017, es decir que atravesaron ya tres gestiones de gobierno y a futuro se proyectó por al menos otras dos, sobre lo que se destaca como una política pública consolidada y transpartidaria.

El desafío no sólo es asegurar el abastecimiento interno en el corto plazo, desligando al sector energético de la necesidad de importación de grandes volúmenes de gas natural y de GNL sino proyectar al país como un proveedor energético global, con recursos que el mundo requiere por los conflictos geopolíticos y la agenda climática.

Télam.

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