La historia se repite cada vez que llega diciembre. Pablo. M sufre porque se viene el verano y no consigue una cochera en la que pueda guardar su auto a un precio razonable. Vive cerca de Güemes, una zona que se transforma en temporada por la gran cantidad de turistas.

Durante el invierno, alquila una cochera en forma mensual pero las condiciones están aclaradas de antemano: la mensualidad sólo corre hasta diciembre. A partir de allí, el aumento en el precio es tan obsceno que prácticamente no hay margen de negociación.

Su historia es la de muchos marplatenses que viven en la zona céntrica y no tienen cochera propia.

En esta temporada de verano, estacionar un auto bajo techo (o media sobra en algunos casos), tiene un costo que va desde los 250 a los 300 pesos por día. Salvo excepciones, las cocheras no alquilan en forma mensual ya que aprovechan el incesante movimiento de turistas. La tendencia de los últimos años marca que la gran mayoría de los visitantes llega por pocos días.

Salvo excepciones, las cocheras no alquilan en forma mensual ya que aprovechan el incesante movimiento de turistas.

Para tener una referencia del aumento, durante el invierno el costo mensual de una cochera está alrededor de los 1500 pesos. Equivale al valor de cinco días en temporada.

Pablo, como tantos, otros no está decidido a desembolsar “una fortuna” para que su auto pase la noche baje techo. Si quisiera hacerlo, tendría que calcular el valor por día, multiplicado por 30. La suma es escalofriante: 9 mil pesos.

“Nosotros trabajamos en forma mensual durante el invierno. En verano alquilamos por día. En caso de que haya alguien dispuesto a estar todo el mes, se puede hacer algún descuento, pero siempre en torno a la cifra que se cobra por día”, le explicó a LA CAPITAL el responsable de una cochera ubicada en la calle Sarmiento.

Siguiendo esa lógica, si el dueño de la cochera decidiera hacer un descuento del 50% (algo poco probable), la mensualidad quedaría en 4.500. Cuatro veces más que en el invierno. La cifra es tan alta que la opción de alquilar por mes se descarta rápido.

Hay algunas excepciones. Por ejemplo, una cochera que alquila en forma mensual, pero durante todo el año, al estilo del alquiler de un departamento por 24 meses. El costo es de 1800 pesos, pero hay una condición que es pagar seis meses en forma anticipada.

“No podemos mantener el precio en el verano. Por eso se los aclaramos desde un principio. Acá el alquiler sube muchísimo en esta época y tenemos que sacar el máximo provecho posible del verano”, explica Mariano, en otra cochera de la zona. “Para que te des una idea: en esta época, mi auto duerme afuera”, ejemplificó.

Decidido a dejar su vehículo afuera y correr el riesgo de lo que pueda suceder, Pablo se encuentra con otro problema: la falta de lugar para estacionar. Dar vueltas y vueltas en busca de un hueco y terminar dejando el auto a muchas cuadras de su casa es algo que le sucede seguido.

Es que en temporada de verano, se torna muy difícil conseguir un lugar para estacionar. Tanto de día como de noche, las cuadras están repletas. “Acá está todo lleno y encima, paran en cualquier lado: en las esquinas, en rampas para discapacitados, en lugares prohibidos. De noche, hasta las paradas de taxis y colectivos se llenan de autos”, aporta un vecino que vive hace años en la zona.

Los aumentos desmedidos en las cocheras no son nuevos. Hace ya muchos años que el costo para guardar el auto se convirtió en una suma significativa. Para el turista y para el marplatense. Los motivos son varios. El principal, el desequilibrio entre oferta y demanda. Hay tanta cantidad de personas con necesidad de guardar su vehículo que los propietarios de las cocheras pueden fijar los precios sin ningún problema. El negocio está asegurado. Por más caro que sea el valor, siempre estarán llenas, o casi.

El crecimiento del parque automotor en la última década fue notorio y eso impacta de lleno en la problemática.
Otro factor a tener en cuenta es que muchos edificios de la zona no tienen cochera propia. En la época en la que se construyeron no era una obligación ni una necesidad.