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Arte y Espectáculos 20 de septiembre de 2021

El Purre: “Mi desafío es incomodar, interpelar, comprometer al público”

El joven actor, con experiencia en teatro, cine, televisión y música, estrenó una nueva obra en el Centro Cultural San Martín. "Vuelvo a un viejo amor", confió. ¿Vendrá a Mar del Plata con esta obra?

"El Purre", junto a sus compañeras de elenco, Eugenia Bonel y Malena Ratner.

Con 24 años de edad, José Giménez Zapiola, conocido como “El Purre” ya tiene un importante currículum en teatro -se inició en el off de Buenos Aires, cuando apenas había pasado la adolescencia en Orguyo, Chicos Lindos, Chicos feos, Epica, entre otros-, televisión -Kally’s Mashup en Nickelodeon, Mi amigo hormiga, Once, Entrelazados, entre otras- y cine -Go, la fiesta inolvidable, Barrefondo, de Jorge Leandro Colas y Tú, de Amin Yoma-. Y este mes sumó una nueva experiencia: la obra de teatro “Pompidú”.

Junto a Malena Ratner -su pareja en la vida real y con quien por primera vez coinciden en teatro- y a Eugenia Bonel -a quien conoció para este proyecto- suben a escena los jueves de septiembre y octubre en el Centro Cultural San Martín de Capital Federal, bajo la dirección de Catalina Piotti.

“Vuelvo a un viejo amor”, confió, risueño, “El Purre”, en una charla con LA CAPITAL en la que se mostró muy contento por volver a las tablas. En este caso, con una obra que aborda el tema de la esquizofrenia y en la que lleva adelante al personaje de Inti, un “alter ego”, un príncipe en bicicleta que solo vive en la mente de Emilia.

“Mi desafío es incomodar, interpelar, comprometer al público. No hay nada más lindo que lo que ocurra en el escenario te genere algo”, aseguró el actor.

Su personaje rompe con la Cuarta Pared y “desafía mucho a la audiencia”, compartió.

“Inti existe en la imaginación de Erica, en la vida de Erica y un poco lo que viene a plantear es la esquizofrenia, las vivencias de Erica y su inestabilidad emocional y psíquica”, definió sobre este personaje.

– ¿Cómo es Inti?

– El proceso de abordar la construcción del personaje fue muy hermoso y muy rico, porque Inti es adorable, pero también tiene una parte muy oscura que pone en peligro a Erica, entonces, el abanico de colores y de matices para trabajar fueron un montón, un montón de libertades que me pude tomar. La libertad abruma a veces, hay que saber elegir qué utilizar y que no.

– ¿Por dónde te metiste a buscar al personaje?

– Primero hubo un laboratorio con la directora y con Male, donde no íbamos al texto, tocábamos muy poco las escenas y hacíamos mucha improvisación, situaciones imaginarias que estos personajes tuviesen.
También charlamos con una psiquiatra sobre lo que es la esquizofrenia. Mi mayor formación en teatro es de improvisación, entonces siento que estuve bastante disponible para probar distintas cosas y dejarme dirigir por lo que quería Catalina.

Lo primero fue la búsqueda de los colores, de probar cosas y eso fue muy importante para después encarar el texto.

– ¿Qué desafíos te planteó abordar un tema relacionado con la salud mental?

– El abanico de la esquizofrenia es enorme. Nosotros no venimos a plantear una verdad absoluta sobre la enfermedad o sobre la patología, sino lo que es la esquizofrenia en el personaje de Erica y a plantear diferentes situaciones que a ella se le presentan como una verdad relativa.

Siempre desde el compromiso e invitando a la gente a la reflexión. Hay una intención enorme a que la gente reflexione sobre esta patología sobre lo que sufre Erica y una invitación genuina, pura y exclusivamente del texto, como sociedad, a reflexionar sobre diferentes cuestiones como los miedos o el pasado. Para mí hay un aprendizaje enorme en hacerla. Entonces creo que la enseñanza hacia el público va a estar.

Yo siempre digo que una obra te puede llegar a gustar o no, pero algo te vas a llevar. Cuando la leí por primera vez había algo que me despertó decir, “ok sí, puede ser esto”. Eso me moviliza a mí como actor y no es que siento como un peso, no, siento una responsabilidad muy linda.

– ¿En este caso, cuál es la enseñanza, la invitación?

– Hay una frase de la obra que dice: “Hay una realidad que nos pertenece a la cual no le podemos escapar”.
Siento que la obra invita a reflexionar y hacernos cargo de lo que nos toca, cómo trascender con eso y cómo convivir con eso. Para mí es una invitación a parar la pelota un poco y a fijarnos qué hacemos con lo que nos ocurre y ser conscientes de qué anestesia le ponemos. Yo también me hago cargo y me animo a decir que yo, que vos, que todas las personas negamos o no nos hacemos cargo de muchas cosas que nos pasan en situaciones de la vida, entonces, siento que está bueno que te tiren de la oreja para decir, “ok, paremos un poco con esta vorágine de la vida y tomemos conciencia de lo que nos pasa”.

– ¿Hay chance de venir a Mar del Plata con esta propuesta?

– Mar del Plata siempre siempre es una hermosa opción para hacer temporada. Creo que la primera parte es disfrutar un poco de estas primeras 12 funciones que tenemos en San Martín. Obviamente que las ganas de seguir haciendo la obra están, así que ojalá se dé.

Familia, música y primeros pasos

“El Purre” es el más pequeño de 11 hermanos, pero su sobrenombre no viene de su familia. “Coincide con mi vida, sí, pero no, me lo puso una ex novia que era más grande que yo y quedó. Me tengo que hacer cargo del origen de mi apodo”, le confió a LA CAPITAL.

También adelantó que, a fines de septiembre saldrá en las plataformas, su tercer sencillo musical. “No puedo adelantar mucho, pero se viene con una colaboración”.

– ¿Cómo te acercaste a la actuación? ¿Cuándo supiste que te querías dedicar a esto?

– Empecé a estudiar teatro pura y exclusivamente por una causa emocional. Estaba muy mal anímicamente a los 16-17 años, mis viejos se estaban por separar y para mí se me terminaba el mundo. Esas cosas de chico, de adolescente. Una amiga estudiaba, me invitó y arranqué como hobby, yendo los sábados a una escuela y cuando hicimos la muestra a fin de año, me encantó y un día dejé la facultad. Estaba estudiando producción, llamé a mi vieja y le dije que quería estar delante de la cámara. Su respuesta fue que no me quería todos los días en casa, que tenía que estudiar y prepararme. Tanto ella como mi viejo siempre me apoyaron y lo agradecí y valoré mucho porque fueron importantes a la hora de tomar una decisión así, en mi familia nadie se dedicaba al arte, de modo que fue de manera inesperada cien por ciento. Pero luego de esa charla empecé a hacer castings y quedé en uno, en otro, hice una obra de teatro y después hice otra porque conocí a alguien ahí y así, todo fue como una rueda que empezó a girar de a poquito.

– Teatro, series, cine, musical. ¿Tenés preferencia por alguno de los formatos?

– La verdad es que me nutro de todas las experiencias que me tocan. Bienvenido el trabajo.

– ¿Sos de planificar mucho tus siguientes pasos?

– Estoy abierto a lo que ocurra y a lo que pueda llegar a venir. Obviamente que uno trata de planificar un poco, pero con esto muchas veces no sé ni qué voy a hacer la semana que viene, está bueno, porque me ha pasado y me sigue pasando, que me sigo sorprendiendo con propuestas. Por ahí uno hace un casting y del no quedar al quedar, el cambio en la vida es abismal, entonces no se puede programar mucho.



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