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Policiales 7 de febrero de 2017

El robo y el hurto de vehículos se redujo a 88 casos mensuales

En 2014 la cifra arrojaba un promedio de 200 hechos por mes. Para la fiscal a cargo de la investigación de delitos de automotores, la mejora fue el resultado del trabajo conjunto entre distintas áreas del Estado.

La fiscal Alejandra Bonichini destacó que el robo de automotores generalmente se "entreteje con otro tipo de delitos".

Las estadísticas marcan que en los últimos meses se produjo una notoria disminución en el número de robos y de hurtos de automotores en Mar del Plata.

Para la fiscal Alejandra Bonichini, encargada de llevar adelante las causas judiciales relacionadas con este fenómeno, ese resultado tiene vinculación con la forma en la que en los últimos años tanto la Justicia como la policía decidieron actuar frente a este tipo de delitos.

En 2014 la magnitud del problema impulsó la creación de una fiscalía específica que desde mayo de 2015 se encuentra a cargo de la funcionaria.

Para ese entonces el Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito (Cemaed) había logrado cuantificar el problema reuniendo cifras dispersas en compañías de seguro, la Justicia y la policía.

Según el organismo, en 2014 se habían producido 2.398 sustracciones, es decir, un promedio de casi 200 mensuales.

“El último dato disponible correspondiente a noviembre de 2016 habla de que hubo 88 robos y hurtos en un mes”, le explicó Bonichini a LA CAPITAL.

La información fue destacada esta semana como un logro por el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo. “El dato es alentador” le dijo el ministro a LA CAPITAL.

Para Bonichini, la magnitud y las características del fenómeno justificaban que en su momento el Ministerio Público Fiscal hubiese creado una oficina específica.

Los informes elaborados en aquel entonces no sólo apuntaban a cuantificar el número de sustracciones. También pretendían arrojar luz sobre la dinámica de esta clase de ilícitos. Así pudieron ser establecidas algunas hipótesis sobre cómo, cuándo y dónde actúan los delincuentes, determinando que nunca lo hacen al azar.

Más bien trabajan en determinados días de la semana, en ciertos horarios, a un ritmo relativamente constante y en zonas específicas. Todo eso fue revelando que el robo y el hurto de automotores responde a patrones concretos, sobre los que es posible actuar.

– ¿En qué medida se justifica que Mar del Plata cuente con una fiscalía específica para la problemática del robo de automotores? -le preguntó LA CAPITAL a Bonichini.

– Creo que es algo que se justifica plenamente y creo además conveniente que en el futuro se concrete la idea de que esta oficina se separe por completo de la Fiscalía de Determinación de Autores para poder trabajar específicamente el tema automotores. Así resultará más sencillo medir la evolución y el cumplimiento de los objetivos que nos fijemos.

– ¿Qué involucra el delito de automotores?

– Hay varias maneras de tratar a este delito ya que existen distintas formas para su concreción. Si bien lo que más se visualiza es el robo de un vehículo, hay muchas variantes. El robo del auto puede estar motivado por su venta íntegra o por su reducción como autopartes. En una época tuvimos en tratamiento una significativa cantidad de autorobos para el cobro de seguros. Estas son cosas que no se pueden dilucidar a simple vista y que salen a la luz a través de la tarea investigativa.

– ¿Podría decirse además que es un delito que está relacionado con otros ilícitos conexos?

– Sí y por eso hay una amplia variedad de situaciones. Un vehículo sustraído puede ser utilizado para cometer otros hechos y por eso se entreteje con una variedad de ilícitos y eso es lo que hay que detectar. Además las modalidades de robo y hurto van cambiando con el tiempo y para ello hay que analizar atentamente la información para actuar junto a la Policía en al investigación.

– ¿En qué medida la fiscalía también hace aportes para las políticas de prevención?

– La fiscalía tiene la responsabilidad de impulsar políticas para que la Policía actúe de acuerdo a lo que necesitamos u observamos. En 2015, junto a las autoridades policiales de aquél entonces, empezamos a analizar dónde atacar y de qué manera para obtener resultados en el mediano plazo.

– ¿Y qué fue lo que contribuyó para obtener resultados?

– Entre otras cosas, se trabajó mucho en inspecciones a talleres, legales y clandestinos, para verificar las condiciones de comercialización. A partir de ahí surgieron también muchas causas por el delito de encubrimiento por el hallazgo de numeraciones de motores o chasis adulteradas. Al hacer un seguimiento sostenido de estas situaciones se logró una merma en la cantidad de sustracciones en la vía pública. Así llegamos al último dato disponible correspondiente a noviembre de 2016, que habla de que hubo 88 robos y hurtos en un mes. En definitiva la merma en la cantidad de robos de vehículos tiene que ver con haber articulado a los distintos actores para trabajar en la prevención y en la detección de estos ilícitos.

– ¿Es posible decir que en Mar del Plata hay menos episodios de robo de automotores en los que esté presente la violencia?

– Hay momentos y tendencias. Hoy vemos que cuando los vehículos son más nuevos y tecnológicos hay robos con las personas a bordo, para poder activar la marcha. Ahí es cuando vemos hechos puntuales con violencia y exhibición de armas ya sea en los accesos a las viviendas o en cocheras.

– ¿Cómo se vinculan los hechos que ocurren en Mar del Plata con los que se producen en otras localidades?

– Se observan autos robados en Mar del Plata que aparecen en Necochea, Azul o en otras localidades o a la inversa, lo que sugiere la existencia de conexiones y de un mercado gerenciado. En los últimos meses ese tipo de relaciones se advierten cada vez más con vínculos con el gran Buenos Aires, con la existencia de otros delitos conexos de por medio.

– ¿Cuáles es a su juicio el principal desafío para seguir mejorando los resultados?

– Hoy estamos trabajando con todas las comisarías y con algunos efectivos de la DDI. Hasta el año pasado había en la DDI un grupo de automotores con el que investigábamos los delitos más complejos. Hoy el desafío está en poder cerrar el análisis de este periodo, avanzar sobre los circuitos de la comercialización y profundizar y mejorar la investigación de los delitos más complejos. Para eso sería bueno contar con un cuerpo más especializado, que permita detectar delitos que a simple vista parecen no existir.



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