La Ciudad

El rostro amable de la oposición: la estrategia de criticar sin obstruir

El Frente de Todos mostró en una semana todo lo que se propuso hace varias: desmentir que dice a todo que no. Le permitió al oficialismo dar pasos importantes en expedientes claves. Aun así, la relación del kirchnerismo con Montenegro empeora día a día.

Por Ramiro Melucci

“No somos una oposición que obstruye o pone palos en la rueda, sino todo lo contrario. Estamos convencidos de que este despacho de mayoría demuestra la voluntad de trabajar a favor de Mar del Plata”. Las palabras de la presidenta del bloque del Frente de Todos, Marina Santoro, durante el tratamiento del proyecto de reconocimiento facial en la Comisión de Hacienda del Concejo Deliberante son la mejor muestra de uno de los objetivos del kirchnerismo local: el de sacarle al intendente Guillermo Montenegro el argumento de que no tiene ninguna colaboración de la oposición.

La estrategia no es nueva: empezó a evidenciarse en abril, cuando el jefe comunal había reconvertido la remanida metáfora de los palos en la rueda. “No es que nos ponen palos en la rueda. Directamente quieren que no tengamos ruedas”, había dicho con la bronca que le provocaba el naufragio legislativo del convenio de las fotomultas. Para completar sus señalamientos hacia la oposición, el intendente también había aludido, más de una vez, a la falta de propuestas alternativas: si no vota lo que el gobierno municipal plantea, que la oposición al menos promueva una opción. Ese era el discurso.

La semana pasada se vio más que en ninguna otra la intención de contrarrestarlo. El primer testimonio lo ofreció el reconocimiento facial. El Frente de Todos se sumó a una propuesta alternativa de Acción Marplatense y construyó un dictamen de mayoría, que fundamentalmente difiere del oficialista en que exige la remisión de un pliego de licitación al Concejo.

Aunque el despacho no tenga los votos para imponerse en el recinto, su existencia fue fundamental para el interbloque de Juntos por el Cambio: si no había una opción opositora, el proyecto oficialista no podría haber llegado a la próxima sesión. Hubiera sucumbido en la Comisión de Legislación. En otras palabras: el propio el dictamen de mayoría le dio vida al de minoría.

El segundo testimonio lo dio el pliego de licitación para la operación y el mantenimiento del predio de disposición final de residuos. Sol de la Torre (Frente de Todos) dijo que el proyecto presentado por el Ente Municipal de Servicios Urbanos “no cumple para nada” las expectativas de su bloque, pero evitó votar en contra: se abstuvo. La decisión le permitió al oficialismo dar el paso que pretendía: el pliego avanzó de la Comisión de Ambiente a la de Legislación.

Después de la exposición del presidente del Emsur, Sebastián D’Andrea, y de la recorrida de los concejales por el predio, la oposición empezó a esbozar otra demanda: la de hacer una visita al playón social, el lugar donde se hace la primera descarga de basura para que los recuperadores informales hurguen en ella y extraigan lo que les conviene para vender.

En la recorrida por el predio, ese lugar se vio desde arriba de una lomada, a la distancia. Una perspectiva que hizo imposible no notar el fuego que rápidamente mandaron a apagar. El Emsur explicó de entrada que la comitiva era demasiado grande para ir al playón social, y ofreció a los interesados bajar al final. Sin embargo, llegado el momento (la recorrida se extendió más de lo esperado) la oferta fue rechazada. Ahora se propone una nueva visita, exclusiva a ese sector, con más tiempo.

 

Si no había una opción opositora, el proyecto oficialista de reconocimiento facial no podría haber llegado a la próxima sesión. Hubiera sucumbido en la Comisión de Legislación. 

 

El gesto del Frente de Todos en la Comisión de Ambiente se sumó al punto en común con Juntos por el Cambio para regular los decks, esbozado en la de Industria. Si la iniciativa entró en un compás de deliberaciones no es por falta de acuerdo político por el fondo de la cuestión, sino por el rechazo que genera en algunos comerciantes que no forman parte del rubro gastronómico.

El tercer testimonio de la semana lo ofrecieron las rotondas. Virginia Sívori organizó una jornada de trabajo para analizar en conjunto alternativas urbanas en la avenida Champagnat. La concejala del Frente de Todos logró que entre los expositores estuvieran el director del Observatorio Vial nacional, Pablo Rojas, y el encargado del departamento de Vialidad Provincial en Mar del Plata, Fernando Bolgeri, lo que le otorgó al encuentro las dos patas que le harán falta a cualquier alternativa que proponga el Ejecutivo local: las de la Nación y la Provincia, para lograr financiamiento.

El gobierno municipal no miró para otro lado. Puso una porción del gabinete en la mesa: desde el secretario de Gobierno, Santiago Bonifatti, y el subsecretario de Movilidad Urbana, Dante Galván, hasta el secretario de Obras, Jorge González, y el presidente del Ente Municipal de Vialidad (Emvial), Mariano Bowden.

El objetivo oficial fue mostrar que la posible solución está: se trata de una mega obra que implica, en algunos tramos, el desnivel de Champagnat. Existe desde que se elaboró durante el gobierno de Gustavo Pulti el Plan Maestro de Transporte y Tránsito. En algún momento podría convertirse en anteproyecto, pero el gran desafío es el financiamiento. “El municipio no puede afrontar una obra de semejante envergadura”, aclaran en el gobierno. Y advierten: “Esto no se soluciona solamente poniendo algunos semáforos”.

¿Hay expectativas? En el Ejecutivo local no. “En tres años, el Ministerio de Transporte de la Nación no financió una sola obra en Mar del Plata. ¿Por qué iría a financiar ahora la más cara?”, se preguntan, y recuerdan los proyectos que hace meses dejaron en oficinas ministeriales y de los cuales aún no tienen novedades: el de las ciclovías, el del paso a nivel de Jara y Luro y el de paradas de colectivo, entre otros.

 

Kicillof participó del Congreso del Derecho del Trabajo en el NH Gran Hotel Provincial. Lo acompañó Raverta.

 

El ajuste fiscal y el momento político tampoco se presta para el optimismo. Incluso la circunvalación entra en una senda de postergaciones. Axel Kicillof dijo en la asamblea legislativa de marzo que era inminente la licitación del primer tramo. En junio comentó que sería a fines de agosto. Ahora anunció que las “novedades” se conocerán en septiembre.

El paso del gobernador volvió a exhibir el deterioro de la relación con Montenegro, el primero de los intendentes del PRO en hablar de la “discriminación” de la Provincia. Kicillof lo calificó de “papelonazo”, y argumentó con el dato de que algunos intendentes radicales tomaron distancia de la acusación. De paso, le adjudicó esa forma de actuar a su antecesora, María Eugenia Vidal.

Mientras se desahogaba, lo escoltaba la directora de la Anses, Fernanda Raverta, jefa del Frente de Todos local. Encargada de susurrarle las prioridades de Mar del Plata. Mentora, además, de la estrategia legislativa de cuestionar todos los aspectos de la gestión municipal sin obstruirla. Que de acá en más podrá funcionar mejor o peor, pero que ya no alcanzará a disimular el menoscabo del vínculo del kirchnerismo con Montenegro.

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