Uno los puntos de venta relacionados con el “Point del Gauchito”, en el barrio Libertad, era un búnker que además de vender droga, era un aguantadero de figuras del mundo del hampa de la periferia. Un lugar manchado con sangre y vinculado de otros delitos.

En esa zona donde personal de la Delegación de Investigaciones del Trafico Drogas Mar del Plata realizó seis allanamientos y detuvo a tres personas, el 15 de diciembre asesinaron a Gastón Nahuel Echeverri (33), quien apareció desplomado en la calle, en Necochea y Fermín Errea.

Echeverri, fue víctima fatal ese jueves por la mañana, pero había sido el victimario de un violento robo ocurrido el 22 de julio del 2022, cuando junto a otros delincuentes asaltó a un anciano.

Ese día los dos hombres, acompañados por una mujer, entraron a la casa de la víctima, a la cual maniataron para poder revisar el lugar sin oposición. Tras escapar, el anciano de 81 años hizo la denuncia en la comisaría sexta y se le dio intervención a la fiscalía a cargo de Mariano Moyano, desde donde se dieron directivas para profundizar la investigación.

Distintas averiguaciones permitieron ubicar a los posibles autores y la Justicia de Garantías autorizó dos allanamientos en una vivienda ubicada en el barrio Jorge Newbery y otra del barrio Florentino Ameghino. Entre los detenidos estaba Echevarri, quien junto a su cómplice quedó a disposición de la justicia por los delitos de robo agravado en poblado y en banda y por el uso de arma de fuego.

Con el correr de los meses Echeverri recuperó la libertad y su nombre volvió a circular cuando su cadáver fue hallado el 15 de diciembre en el barrio Libertad, por el crimen sería detenido a los pocos días Hugo Ramón Espinosa, cuya historia personal encierra violencia.

Ese cómplice detenido junto a Echeverri resultó ser el mismo Espinosa. El acusado de asesinarlo era el que había cometido el violento asalto con él.

Pero los conflictos de Espinosa con la ley previos. En 2014, el hombre atacó a tiros a dos hermanos, Santiago y Sergio Sartorio. Espinosa circulaba en un automóvil cuando al llegar a Brandsen al 9700 se detuvo frente a los dos hermanos y efectuó varios disparos. Santiago, de solo 17 años, murió en el acto. Su hermano sufrió lesiones en las piernas.

Espinosa fue detenido por ese hecho y antes del juicio logró fugarse. Al caer otra vez en manos de la policía, se firmó un acuerdo de juicio abreviado por una pena de 10 años y 8 meses de prisión.

Al salir de prisión, Espinosa regresó al barrio Libertad y a su vida vinculada a la violencia y al delito.