MIRAMAR (Corresponsal).- El surfista adaptado, Nicolás Gallegos, se encuentra desde hace dos meses varado en Perú junto a su novia, debido al Covid-19, y recientemente le impidieron viajar de regreso debido a su discapacidad, ya que se moviliza en su silla de ruedas.

“Estoy varado en Perú. Al principio recalé en Punta Hermosa, un pueblo pequeño pero famoso por sus olas en este país. Me hicieron volver a Lima que es un caldo de cultivo de coronavirus y allí dijeron que iban a repatriarme”, contó Gallegos en diálogo con LA CAPITAL.

“Cuando llegué a esta ciudad, me instalé en un hotel a la espera de volver en un avión Hércules. Hoy (viernes 15) salía el vuelo desde la base de la Fuerza Aérea de Perú, pero la médica del Ejército Argentino me dijo que no me llevaban por mi condición de discapacidad, por lo que sigo acá esperando junto a mi novia cuando ya me gasté toda la plata que me quedaba para el hotel”, amplió.

El miramarense es uno de los referentes de la especialidad y continuamente representa al país en diferentes competencias internacionales de Sudamérica y Estados Unidos. Actualmente, tras su participación en el Mundial de California, ocupa el quinto puesto del ranking mundial.

Todo lo que parecía ser una aventura deportiva apasionante, se transformó en un momento de angustia. “Estamos acá hace una semana, ahora prácticamente sin recursos, y permanecíamos cerca de la Embajada argentina esperando novedades para no estar tan expuestos. El personal médico ni siquiera sabía que era una persona parapléjica y el capitán del avión no quiso hablar conmigo”, sostuvo el miramarense.

A Nicolás Gallegos, hay una situación que lo entristece más allá del coronavirus: ser un representante de su país al que no le dieron respuestas. “Viajo por todos lados representando a Argentina, haciendo un enorme esfuerzo con mis recursos y hoy me siento abandonado porque no puedo regresar a mi casa. En aviones de este estilo no me van a subir, así que acá no me voy a quedar. Volveré a Arica, más al sur, donde permaneceremos más seguros en la casa de un amigo”, expresó el surfista.

“Igualmente quiero destacar que desde la Municipalidad de General Alvarado recibimos una ayuda para poder pagar el hotel. También hubo una señora del consulado, Miriam, que nos consiguió insumos y un lugar para dormir, pero pedimos que nos retornen como corresponde y a las aerolíneas que contratamos que se encarguen de asistirnos”, concluyó.