La Ciudad

El templo de “los fichines”, un viaje en el tiempo para los fanáticos de los videojuegos

Está ubicado en Entre Ríos y Belgrano y propone disfrutar de los clásicos de otras épocas. Con el mal clima, la propuesta se convierte en un atractivo para los turistas.

En la primera jornada veraniega en la que reinó la lluvia, los turistas buscaron alternativas para disfrutar de Mar del Plata prescindiendo de la estadía playera: una de ellas fueron los “fichines“, un espacio que propone un viaje en el tiempo para los fanáticos de los videojuegos.

Ya después del mediodía, cuando se registró la temperatura máxima de 28°6 de acuerdo a los datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), comenzó a caer la lluvia, primero tenuemente, luego con mayor intensidad generando un viernes “pasado por agua”.

Así, algunos debieron “escaparse” de la playa y otros no llegaron a pisar la arena. Y, entre los programas para pasar la tarde, algunos nostálgicos decidieron jugar “a los fichines”.

En la época de la realidad virtual, consolas y celulares inteligentes, en pleno centro sobrevive un local que propone un viaje al pasado: conserva las máquinas que funcionan con “fichines”, con juegos como el Mortal Combat, flippers, PacMan y Tetris. También hay metegoles, mesas de pool y las denominadas “cascadas”, esas máquinas que desde diversos niveles van desagotando monedas.

Ese es el juego preferido de Ricardo, que visita el local de Entre Ríos y Belgrano. “Todos los días que estoy acá porque me trae muy buenos recuerdos. Es el único que sigue funcionando con fichines”, explicó a LA CAPITAL el oriundo de Los Polvorines.

Acompañado por su mujer Mara -ambos portando la camiseta rayada verde y blanca de San Miguel- y sus hijos Joel y Martina, el hombre aseguró que pasar un rato por el local “es un vicio”. “Vengo todos los días que estoy acá”, reiteró. Y su mujer contó: “Él me hizo conocer estos juegos y como la lluvia no nos dejó llegar hasta la playa, vinimos directo para acá”.

Los “fichines” cuestan $100, la ficha para el metegol $200, la de pool cotiza a $800 y las grúas (esas que con una especie de guinche permite extraer muñecos de peluche) a $500. “Vengo desde que soy chico, porque tenemos departamento cerca, pasamos siempre las vacaciones acá”, explicó Ariel, oriundo de Lomas de Zamora y fanático del Daytona, el juego de las carreras de autos.

“Es otra cosa, incluso las carreras son más largas que los juegos modernos, los que se pagan con la tarjeta. Además es otra cosa, se juega de otra manera”, explicó el hombre que le contagió su fanatismo a su mujer Patricia.

“Yo le digo a los chicos -contó la mujer- que estos son los juegos de nuestra época, que no había ni celular ni Play Station”. Los hijos de la pareja, Bastian y Samuel, miraban a sus progenitores no muy convencidos, pero igual probaron suerte en la carrera de autos. “Además con $1.500 pasamos la tarde, es mucho más barato que los otros jueguitos”, contó el hombre.

En el primer piso del local céntrico están las mesas de pool y los metegoles, donde ayer a la tarde Julio César le ponía tinta al taco para iniciar la partida con su hijo y dos amigos del adolescente. “Estos pibes no entienden nada, les mostré los fichines y no sabían ni de qué se trataba. Este templo funciona desde hace 30 años, cuando yo era joven”, se rió el turista que el próximo domingo ya emprenderá el regreso a su Quilmes local.

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