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Policiales 14 de julio de 2023

El trágico asalto a una pareja de ancianos que parece estar resuelto tres años después

Una pareja oriunda del Conurbano fue detenida en los últimos días por un asalto contra una pareja de ancianos del año 2020. Las circunstancias de un hecho con final trágico, por lo que sucedió luego con las víctimas, y los detalles de una asombrosa investigación.

La pareja de ladrones al ser captadas por la cámara de seguridad del edificio.

Por Fernando del Rio

El 19 de diciembre de 2020, cuando aún no se habían mitigado los efectos de la pandemia, una mujer llamó a la puerta 7° piso F del edificio Cabo Corrientes. En el interior vivía una pareja de ancianos que no desconfió cuando esa mujer dijo que era una vecina y que quería hacerles una pregunta. Cuando la puerta se abrió, junto a la mujer ingresó un hombre que llevaba un barbijo y a los empujones ambos se presentaron como un ladrón. El robo duró poco más de una hora y los delincuentes escaparon del lugar con más de 200.000 dólares, alhajas joyas y hasta un sable militar.

Hoy, tanto tiempo después y al cabo de una paciente investigación, ambos están detenidos en Mar del Plata. Al menos eso es lo que la Justicia local asegura en el expediente 27370/20, que los tiene como imputados. El hombre resultó ser un ex miembro de la policía de CABA, identificado como Carlos Alejandro Juárez, mientras que su compañera, primeriza en cuestiones presidiarias, se llama Julieta Palermo.

Quienes no pudieron saber sobre el avance de la investigación fueron las víctimas, ya que poco después del hecho, sumidos marido y mujer en la angustia de un momento de sus vidas que los dejó sin sus ahorros y atravesados por el covid, fallecieron.

Pero esta historia es mucho más que un sofisticado robo que en un principio acabó de manera exitosa para los delincuentes. Se trata de un episodio con características inusuales y cuyas derivaciones aún no pueden darse por acabadas.

Por lo pronto, Juárez se negó a declarar esta mañana en el edificio de Tribunales a donde llegó tras ser trasladado desde la cárcel de Marcos Paz, centro penitenciario en el que cumplía una condena por una entradera cometida en la ciudad Autónoma de Buenos Aires. Palermo, su pareja, había sido traída a Mar del Plata el pasado 3 de julio y también optó por no dar su versión de los graves hechos que se le imputan y que la podrían dejar en la cárcel por más de 10 años.

El asalto

El edificio de Cabo Corrientes es uno de los íconos arquitectónicos de la ciudad y cuenta con una capacidad habitacional asombrosa. Es tan especial que muchos aseguran que dentro el edificio hay una ciudad en sí misma. Es que existen galerías internas con negocios de distintos rubros que pueden permitirle a un morador vivir sin salir al exterior si así se lo propusiera. En los últimos tiempos fue “aggiornado” y mejorado en todas sus áreas, incluso en el de la seguridad interna, por eso es difícil explicar cómo Juárez y Palermo pudieron acceder sin mayores problemas hasta el séptimo piso de una de las alas tras hacer su entrada por Falucho 81.

Fue una cámara de seguridad, junto a uno de los ascensores, la que los captó a ambos entrar cerca de las 17.44 de aquella tarde de diciembre. El hombre, morocho, morrudo, con un aro en su oreja izquierda, llevaba barbijo; la mujer, platinada, con fino sweater de hilo blanco, un elegante paraguas y pantalón azul.

El edificio en el que ocurrió el robo.

El edificio en el que ocurrió el robo.

Luego de irrumpir en el departamento de los ancianos y permanecer 55 minutos en su interior, la pareja de delincuentes escapó con absoluta tranquilidad. Y con un botín que tal vez consideraban posible a partir del dato que habían recibido. Porque ni el más audaz y afortunado de los ladrones puede salirse con 200 mil dólares eligiendo una entre decenas de puertas del más grande edificio de Mar del Plata.

Las víctimas, que no fueron golpeadas, pero sufrieron el imaginable trauma de ser privados de su libertad en su propio hogar, pudieron pedir ayuda y radicaron la denuncia en la comisaría novena. El fiscal Mariano Moyano, titular de la fiscalía a cargo de este tipo de hechos, inició una investigación alrededor de la cual no había muchos datos.

La clave pasó por analizar la cámara de seguridad que mostraba a la pareja de ladrones y en esa dirección se dispusieron los esfuerzos. Indicios, que como tales no tienen la fortaleza de una evidencia probatoria firme, llevaron a pensar a los investigadores que Mauricio Di Norcia -hoy detenido por millonarios robos similares y también por lavado de activos en una causa federal- podía ser el hombre del barbijo. Incluso se le allanó su domicilio en el año 2021. Sin embargo esa pista se desvaneció prontamente y asomó la posibilidad de que una pareja oriunda de “Buenos Aires” estuviera involucrada. Entonces comenzó el tramo más atractivo de la investigación.

Los teléfonos

El fiscal Moyano identificó inicialmente al hombre como Carlos Juárez y a la mujer como Julieta Palermo. Al analizar sus redes sociales lo primero con lo que se encontró fue con sus fisonomías. En verdad, se parecían y mucho a los de la imagen del video de seguridad. Pero otro aspecto que surgió con una coincidencia asombrosa y de gran interés para la causa fue que en las horas siguientes a que se produjera el robo, ambos se mostraban alojados en un hotel exclusivo de Pinamar, con lo que parecía el uso de algunos servicios y un grado de confort de alto costo.

Eso no alcanzaba para vincularlos al hecho y la policía de investigación, además del CATI (Cuerpo de Ayuda Técnica a la Instrucción) de la Fiscalía General profundizaron la tarea. Consiguieron teléfonos que estaban a nombre de la pareja, pero al revisar si habían impactado en Mar del Plata el 19 de diciembre de 2020 se desilusionaron: ninguno de los aparatos había estado en la ciudad.

Fue la perseverancia y la intuición, aptitudes decisivas en todo investigador, las que abrieron definitivamente el camino. A uno de los detectives se le ocurrió rastrear en el sistema de denuncias penales el nombre de ambos y descubrió que, en el mismo año 2020, es decir, antes del robo a los ancianos, Palermo había llamado al 911 para denunciar a Juárez por unas amenazas. Peleas de pareja, dijeron. Y para esa comunicación había utilizado otro número de teléfono. Entonces se pidió el informe de impacto de antenas sobre ese dispositivo y el resultado fue increíble.

El 18 de diciembre, el día anterior al robo, en horas de la mañana ese teléfono activo antes en Santos Lugares, partido de 3 de Febrero, luego en la autovía 2. El 19 de diciembre, el día del hecho, a las 16.32 en la antena La Colina, de Colón al 1300 de Mar del Plata, y a las 19.14 en la antena de San Lorenzo y Güemes, de la plaza del Agua. Luego a las 23.04 en Pinamar y al día siguiente de regreso por Ruta 11 y Autovía 2.

Esto para el fiscal Moyano fue suficiente. Tuvo claro y sin margen para las dudas que Juárez y Palermo habían viajado a Mar del Plata solo para permanecer algunas horas, cometer el robo y luego regresar a Buenos Aires, previo paso por el Pinamar Beach Resort para disfrutar del yacuzzi, el champagne y otras bondades de la nueva buena vida.

 

El exclusivo hotel que usaron en Pinamar los ladrones tras la huida.

El exclusivo hotel que usaron en Pinamar los ladrones tras la huida.

La búsqueda

Lo que ignoraba el fiscal Moyano una vez que tuvo “abrochada” las imputaciones y se decidió a buscar a la pareja, fue lo que había ocurrido tras el retorno de Pinamar a Buenos Aires. Y vaya si había cosas por conocer.

La pareja no regresó a Santos Lugares sino a Recoleta. Allí tomó por alquiler un departamento en Agüero al 2100 y cambiaron radicalmente sus consumos. En la tarjeta de crédito de Palermo, antes del hecho, solo había gastos en verdulerías y estaciones de servicio. Después, locales de la ropa más cara dentro de los shoppings y centros comerciales más exclusivos. Por un tiempo llevaron esa vida, hasta que sucedió lo que indefectiblemente iba a suceder.

En septiembre de 2021 Carlos Juárez fue detenido en CABA por perpetrar una “entradera” contra una mujer en calle Cortina al 2700, en el barrio de Villa Real. Allí, con otros dos delincuentes, se apoderó de 2 mil dólares, 22 mil pesos, joyas y otros objetos de valor. Lo curioso fue que Juárez cayó detenido al día siguiente, cuando regresó al lugar del hecho y fue reconocido por el padre de la víctima, a quien también redujeron el día del robo. Por esa causa, recibió la pena acordada de 3 años y 7 meses de prisión, y fue trasladado al penal de Marcos Paz.

Esto recién lo supo Moyano al pedir la captura e iniciar los trámites para su traslado. También se enteró que al momento de cometer el asalto en Mar del Plata, Juárez estaba excarcelado porque en junio de 2020 había sido detenido con un arma. “Soy policía”, intentó como último recurso pero no le funcionó.

Con Palermo la situación fue diferente. A fines de junio se la fue a buscar al departamento de Recoleta, pero ya no estaba allí. Algunos moradores indicaron que se había ido tras la detención de Juárez. Los “sabuesos” de la DDI Mar del Plata la ubicaron, el 3 de julio, en la casa de su madre, en la localidad de Merlo.

Palermo, que nunca había estado detenida, se negó a declarar hace casi dos semanas. Juárez, que llegó en la madrugada de este viernes a Mar del Plata, también. Ambos afrontan penas de hasta 15 años de prisión.

 



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