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Policiales 8 de enero de 2019

El trasfondo de cómo fue la huida y detención del asesino de la policía

Sergio Cejas tomaba un café en Miramar cuando lo detuvo la policía. Había dicho antes que se iba a suicidar. Los investigadores encontraron el arma de Gisel Varela dentro del automóvil de su ex pareja.

Sergio Cejas, el custodio de transporte de caudales que asesinó de varios disparos a su ex pareja, la oficial de policía Gisel Varela (33), dijo a un pariente que se iba suicidar tras cometer el crimen pero finalmente lo detuvieron mientras tomaba un café en Miramar.

Las cámaras de seguridad urbana de la Municipalidad de General Alvarado captaron las imágenes en pleno centro de la vecina ciudad cuando Cejas estacionaba el Toyota Etios y tomaba un café.

“Estamos viendo toda la secuencia y por suerte pudimos secuestrar el arma del interior del vehículo”, confió una fuente cercana a la investigación que se desarrolla la fiscalía N°1 a cargo de Fernando Castro.

El conmocionante episodio que se inició a las 6.40 tuvo un final en el que fue clave la intervención de un familiar de Cejas, quien se contactó con la policía para avisar que podía estar dirigiéndose a Miramar o a Otamendi.

A las 6.45 de este martes Cejas interceptó a Varela en la parada de colectivo de Alberti entre Lamadrid y Las Heras de Mar del Plata. Ambos habían mantenido una relación de pareja pero en el mes de agosto la mujer, que revestía en la Policía Local, radicó una denuncia por violencia de género. La Justicia de Familia había librado una orden de restricción contra Cejas, la que impedía que se acercara a 300 metros del domicilio. Varela vivía a menos de esa distancia, en Alberti al 1500.

Luego de llegar en su automóvil Toyota Etios, Cejas discutió con Varela, le quitó su arma reglamentaria y le disparó cinco veces a la cabeza. Dos proyectiles impactaron contra el chaleco antibalas y los otros tres dieron en el blanco: dos en el mentón y uno en el cuello. Varela intentó protegerse instintivamente y colocó una mano delante de su rostro. Uno de los disparos le cercenó un dedo.

Un policía que cumplía tareas de vigilancia a poca distancia y un taxista observaron, tras las detonaciones, la huida de Cejas: caminó apurado hasta el auto y escapó a toda velocidad.

Con los datos del vehículo se inició una “cacería” sin demasiada esperanza de una localización inmediata. Sin embargo, una llamada al 911 fue determinante para avanzar en ese objetivo. Una mujer, familiar de Cejas y con domicilio en Comandante Nicanor Otamendi, se comunicó con la policía y dijo que acababa de hablar por teléfono con Cejas. “Me mandé una cagada. Me voy a suicidar”, dijo el asesino. La mujer aseguró a la policía que escuchaba ruido de fondo como si Cejas le hablara desde la ruta.

Por ese motivo se intensificó la búsqueda en Miramar hasta que dos policías vieron estacionado el automóvil Toyota Etios. Lo más increíble fue que, en un local cercano, estaba el propio Cejas, en una mesa, tomando café.

Su detención fue cuestión de segundos, en la esquina de avenida 30 y calle 23, a solo un par de cuadras del edificio de la Municipalidad.

Recién en horas de la tarde de este martes, el juzgado de garantías autorizó la requisa del automóvil Toyota y en su interior fue encontrada la pistola perteneciente a Varela. Aunque resta conocerse el resultado de los peritos balísticos, no hay dudas de que fue el arma que Cejas accionó para acabar con la vida de Varela.