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El Mundo 19 de noviembre de 2019

El Tribunal Supremo de EE.UU. rechazó la apelación de un argentino condenado a muerte

La Justicia determinó que Víctor Saldaño le disparó cinco balazos a Paul King, le robó la billetera y el reloj, tras un asalto cometido en 1995.

Víctor Saldaño.

WASHINGTON, Estados Unidos.- El Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó la apelación última del argentino Víctor Saldaño, condenado a muerte por un asesinato en Texas cometido en 1995, a pesar de las gestiones del Gobierno de Argentina y de obispos católicos, informaron este martes los medios locales.

Por más de dos décadas el Gobierno de Argentina, un país donde no hay pena de muerte, apoyó la defensa legal de Saldaño, por quien también abogó la Conferencia de Obispos Católicos de Texas y otros grupos opuestos a la pena capital.

Los pedidos del Gobierno argentino fueron apoyados por los de la República Dominicana, Uruguay, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, nicaragua, Paraguay, Perú y México.

Saldaño, oriundo de Córdoba, tenía 23 años cuando ingresó ilegalmente a Estados Unidos en 1995 y después de ocuparse en diversos trabajos en la ciudad de Nueva York llegó a Dallas, donde compartió habitación con el mexicano Jorge Chávez.

En noviembre de 1995, Paul King entró en una tienda de alimentación en Plano (Texas) a comprar el almuerzo para sus compañeros de trabajo de la cadena Best Buy, cuando Saldaño y Chávez lo amenazaron con un arma de fuego y lo llevaron a un lago cercano.

Según la Policía de Texas, Saldaño le disparó cinco balazos a King, le robó la billetera y el reloj y se marchó.

Saldaño fue juzgado en 1996 y, tras ser declarado culpable, fue condenado a muerte, mientras que Chávez recibió una condena de cadena perpetua.

En la audiencia para determinar la sentencia, el psicólogo Walter Quijano había afirmado que los latinos son más propensos a cometer crímenes y que el sistema carcelario tenía demasiados hispanos, algo que utilizaron los abogados contratados por el Gobierno argentino para que se anulara la sentencia, argumentando que ese testimonio estaba marcado por el racismo.

Pero tras un nuevo juicio, en 2004, Saldaño fue condenado de nuevo a la pena capital.

En un habeas corpus presentado en 2007 los abogados de Saldaño argumentaron que al convicto se le había negado la asistencia legal efectiva, un reclamo que el Tribunal de Apelaciones de Texas rechazó.

Un año más tarde, los abogados presentaron ocho argumentos por los cuales Saldaño cuestionaba la validez de su sentencia, tras lo cual el mismo Tribunal de Apelaciones de Texas aceptó solo uno de los alegatos del convicto y validó la sentencia de pena capital.

Lidia Guerrero, la madre de Saldaña, envió en 2013 una carta al papa Francisco, rogándole que intercediera para evitar la ejecución de su compatriota, y en dos ocasiones (marzo de 2015 y agosto de 2018) el pontífice declaró públicamente su oposición a la pena capital en todos los casos.

En la apelación final ante el Tribunal Supremo, los abogados alegaban que la segunda sentencia fue resultado del deterioro mental del reo causado por su aislamiento durante su larga permanencia en el corredor de la muerte.