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El ucraniano que emigró tras el genocidio de Stalin y atajó en la Selección Argentina

Vladimiro Tarnawsky fue el único extranjero que ocupó el arco del seleccionado albiceleste. Recibió tres goles en 35 minutos y se retiró lesionado. Surgió prematuramente en El Porvenir, se destacó en Newell's, disputó la primera Copa de Campeones (Libertadores) para San Lorenzo, pasó por Estudiantes y dejó una huella en Estados Unidos. Su historia.

Por Juan Miguel Alvarez

Vladimiro Tarnawsky nació el 2 de agosto de 1934*, en Kiev, que formaba parte de la Unión Soviética. La capital de Ucrania, por estas horas asediada por el Ejército ruso, entonces sufría las consecuencias de otro suceso brutal, el Holodomor, nombre que se le dio a la gran hambruna por la que murieron entre 5 y 12 millones de soviéticos (las cifras difieren según la fuente) en 1932 y 1933.

El Holodomor, término que se traduce como “matar de hambre”, se produjo en pleno proceso de colectivización de la URSS. El Estado liderado por el dictador Iósif Stalin expropió las tierras, cosechas, ganado y maquinarias, por lo que los campesinos pasaron a ser proletarios.

Muchos historiadores aseguran que el gobierno estalinista creó especialmente en Ucrania (zona rica en producción) condiciones de vida para el aniquilamiento físico masivo, debido a su fuerte sentimiento nacionalista y anti-Moscú. 

Unidades del Ejército requisaron alimentos y cercaron poblaciones para que nadie pudiera salir, por lo que se sentenció a los habitantes a la muerte por inanición.

Numerosos países califican lo ocurrido como un genocidio contra el pueblo ucraniano, aunque esa denominación es tema de debate en la comunidad internacional.

Lo cierto es que aquel contexto, recordado en las notas actuales que buscan las raíces históricas del conflicto entre Rusia y Ucrania, abrió el camino rumbo a Argentina de Vladimiro Tarnawsky, quien con apenas 11 meses emigró en brazos de su familia en búsqueda de mejores condiciones de vida.

Persiguiendo El Porvenir

Aquí creció en Valentín Alsina (partido de Lanús, zona sur del Gran Buenos Aires), lejos de las bombas de la Segunda Guerra Mundial y cerca de la pelota. En los “picados” del barrio fue rebautizado como “Walter”. Aunque, por su procedencia, también recibió el apodo de “Ruso”.

Posiblemente eligió el puesto de arquero por su contextura física (en la época de futbolista medía 1,89 metros). Se inició en El Povenir, ubicado a pocas cuadras de su casa, y rápidamente llamó la atención por su porte y elasticidad.

Tenía un estilo espectacular por su facilidad para volar de palo a palo. Fue campeón con la categoría quinta, en 1951, y al año siguiente ya debutó en el equipo que disputaba la Primera Amateur, tercera división del fútbol argentino.

Con Tarnawsky como suplente de Leonardo Bevilacqua, en 1954 el club de Gerli consiguió el ascenso en la Primera C. Después, el ucraniano se ganó la titularidad en la gran campaña de 1955 en la Primera B: cuarto puesto entre 18 equipos. Argentinos Juniors fue el que sumó más puntos en las 34 fechas y subió a la máxima categoría después de 18 años. El arquero jugó en El Porvenir en el torneo de 1956 y luego dio el primer salto de su carrera al ser contratado por Newell’s Old Boys.

En el conjunto rosarino disputó 55 encuentros hasta 1960. Y su desempeño resultó muy bueno. La mejor performance fue en 1959, cuando el “rojinegro” terminó quinto en la tabla y el ucraniano recibió apenas 23 goles en 26 partidos. Su equipo tuvo la segunda valla menos vencida del torneo (recibió un gol más que Atlanta) sólo porque al otro arquero que atajó en esa campaña, Edilberto Luis Righi, le convirtieron 13 en los otros 5 encuentros.

Unico extranjero en un arco demasiado grande

A los 25 años, el nacido en Kiev tuvo la gran oportunidad de defender los tres palos del seleccionado argentino. Ocurrió durante un amistoso ante Chile en el estadio Nacional de Santiago, realizado en horario nocturno el 18 de noviembre de 1959, después del título en el Sudamericano que permitió recobrar la confianza tras el “desastre de Suecia”.

El partido que puso en juego la Copa Centenario contó con 36.581 espectadores y tuvo muchas particularidades. Se organizó como homenaje al histórico arquero chileno Sergio Livingstone (elegido por la IFFHS como el noveno mejor arquero sudamericano del siglo XX), quien permaneció los minutos iniciales en cancha y enseguida se retiró entre aplausos.

Además, fue la presentación como seleccionador argentino de José Manuel “Charro” Moreno, uno de los mejores futbolistas nacidos en este país. Esa noche también fue el debut internacional de Antonio Rattín. Y Argentina alineó una delantera con cinco jugadores del mismo club, San Lorenzo de Almagro: Héctor Facundo, Miguel A. Ruiz, Omar Higinio García, José Sanfilippo y Norberto Boggio.

La visita se adelantó 2-0 en la etapa inicial, cuando todo fue por los carriles normales. Confiado por el resultado a favor y con ganas de observar al arquero del momento, en el entretiempo Moreno dispuso el ingreso de Tarnawsky en lugar de Jorge Negri, el titular.

El ucraniano se convirtió así en el primer -y todavía único- extranjero en atajar en el seleccionado argentino, aunque no tuvo una experiencia feliz. A los 10′ descontó Bernardo Bello y tres minutos después empató de penal Leonel Sánchez.

Uno de los goles chilenos. Foto: revista Estadio.

Pero lo peor ocurrió después. Sobre los 25′, al arquero la pelota se le escurrió entre las manos y Bello concretó el vuelco en el marcador sin oposición. Encima, después de 35′ en cancha y tres goles recibidos, el ucraniano padeció un infortunio: su compañero Norberto Anido (jugador de Kimberley en 1967) le pisó la mano y obligó a su reemplazo. A esa altura, fue casi un favor. Negri, antes sustituido, debió volver al arco.

Chile marcó otro gol y el 4-2 significó el primer triunfo de la historia frente a Argentina, a la que había enfrentado por primera vez allá por 1910. Hasta entonces, el historial era de 29 triunfos de la albiceleste y 7 empates.

Revista Estadio de Chile.

Tarnawsky ya no volvió a atajar en el seleccionado, pero conformó el plantel argentino que logró la medalla de oro en el Campeonato Panamericano 1960 realizado en San José de Costa Rica. Durante ese torneo fue suplente de Osvaldo Ayala.

Primera Libertadores y tapa de El Gráfico

Después, el ucraniano fue traspasado a San Lorenzo, con el que compitió ese año en la primera edición de la Copa Libertadores, denominada en su etapa inicial Copa de Campeones. Allí compartió vestuario con José “Nene” Sanfilippo y con el futuro entrenador campeón del mundo, Carlos Salvador Bilardo, quien a la par había empezado a estudiar la carrera de Medicina.

El único representante argentino de la Libertadores 1960 eliminó en el primer cruce a Bahía de Brasil y enfrentó en semifinales a Peñarol, el posterior campeón. Esa serie es recordada por un polémico acuerdo. Tras los empates 1-1 en el Centenario y 0-0 en cancha de Huracán (local San Lorenzo), el partido “desempate” debía disputarse en un estadio neutral. Pero los directivos del club argentino aceptaron jugar nuevamente en el Centenario, a cambio de dinero.

El equipo uruguayo se impuso ante su gente 2 a 1 con tantos del gran goleador ecuatoriano Alberto Spencer y avanzó a la definición, en la que superó a Olimpia de Paraguay. San Lorenzo, en tanto, debió esperar hasta 2014 para ganar la principal competencia continental.

Tarnawsky fue titular durante toda esa Libertadores y completó 35 presencias en San Lorenzo hasta 1962. En agosto de 1960 fue tapa de la prestigiosa revista El Gráfico.

Vale mencionar que tanto en Newell’s como en el club de Boedo fue compañero de Esteban Sosa, quien después brilló en el San Lorenzo de Mar del Plata que dominó la Liga local en la década del ’60.

En 1963, el arquero ucraniano tuvo su última experiencia en el país, en Estudiantes de La Plata, donde jugó apenas ocho encuentros.

Arquero de los ucranianos en Estados Unidos

Luego, Tarnawsky tomó la decisión de ir al fútbol semi-profesional de Estados Unidos. Entre 1964 y 1967 jugó para Tryzub, más conocido como “Ucranianos de Filadelfia” o “Ukes”, el mejor equipo de aquel país por esos años. Allí se consagró campeón de la Us Open Cup 1965/66 tras vencer en la final a Orange Country de Los Angeles.

Fue tal la revolución que causó ese equipo que se decidió televisar todos los encuentros en condición de local. La mayoría de los futbolistas del plantel cobraba alrededor de 40 dólares por partido, aunque Tarnawsky -considerado una de las estrellas- percibía aproximadamente 60 dólares por presencia.

El arquero también participó en 1968 del primer año de la North American Soccer League, la principal liga de fútbol de Estados Unidos y Canadá, que se extendió hasta 1984 y fue predecesora de la actual MLS, fundada recién en 1993. Representó a Boston Beacons, institución que se fundó y dejó de existir el mismo año.

Más allá de la competencia oficial de la temporada, el equipo del estado de Massachusetts protagonizó un amistoso inolvidable frente al Santos de Pelé, ante más de 18 mil espectadores, una multitud para un partido de fútbol en Estados Unidos de aquella época.

Si bien fue victoria brasileña por 7-1, el ucraniano evitó una diferencia mayor y se fue orgulloso por taparle cuatro definiciones a “O Rei” Pelé, quien finalmente llegó a su único gol en la quinta chance ante el arquero.

Más tarde, Tarnawsky se desempeñó en equipos amateurs como Gotschee USC o Philadelphia Spartans y su último registro como futbolista data de 1975 con los Ukrainian Nationals. Emigró muy chico por el hambre, pero siempre llevó su país en la sangre.

 

Fuentes de consulta: “Quién es quién en la Selección Argentina”, de Julio Macías; “El Porvenir, una historia en blanco y negro”, de Aníbal Alfredo López Guerra; revista El Gráfico, revista Estadio de Chile y archivo Diario La Capital de Rosario.

* Algunas fuentes registran su nacimiento, erróneamente, en 1939.

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