El yachting es una actividad deportiva identificada plenamente con la ciudad de Mar del Plata. Con muchos practicantes en diversas disciplinas, varios de los cuales representan a la ciudad y al país en competencias internacionales.

Ante la extendida situación de aislamiento e imposibilidad de desarrollar la actividad, un grupo de marinos, nautas, navegantes y cualquier otro sinónimo (como ellos mismos se presentaron), elevaron una solicitud al intendente
Guillermo Montenegro y a la Prefectura Naval Argentina.

El espíritu del grupo no plantea un reclamo, sino una problemática por la que atraviesa una actividad símbolo de la ciudad. Y -tal como postulan-, la vela no es elitista ni mucho menos, en la nota se incluye a deportistas de alto rendimiento, a escuelas náuticas, y a timoneles de vela, crucero, remo y hasta Stand Up Paddle.

Se pretende así sumar elementos de apoyo a las gestiones que el jefe comunal debe realizar ante el gobierno provincial para obtener aprobaciones. Y se establece el nulo riesgo de contagio de Covid-19 durante la navegación en solitario, además de citar las posibilidades que se otorgaron en otras plazas del país, algunas con situaciones sanitarias más delicadas que en Mar del Plata.

El grupo incluye el amor por el mar como poderosa razón para haber elegido esta ciudad y, de acuerdo al contexto reinante, se clama por una acción que contribuya a recuperar, al menos en forma paulatina, la relativa normalidad de esas actividades.

Sin dejar de lado que para no pocos actores de distintos escenarios, ya no se trata únicamente de una cuestión de sentido común, sino de color político, los firmantes de la nota entienden que la situación sanitaria es dinámica y cambiante. De todas maneras, citan los ejemplos de otros lugares en donde han sido habilitadas las actividades náuticas: Club Náutico de Misiones, Club de Regatas Güemes (Salta), Viedma, Puerto Madryn, el Yacht Club Punta del Este (Uruguay), recientemente en San Fernando, Tigre y San Isidro (las tres en el ámbito provincial) y en Neuquén, siempre bajo estrictos protocolos sanitarios de rigor. Esta apertura suma alternativas y soluciones a necesidades psicofísicas, a la vez que garantiza el correcto mantenimiento de las embarcaciones amarradas en los clubes, evitándose así eventuales siniestros.
La intención es respetar al máximo el protocolo de acción impulsado desde la Federación Argentina de Yachtin (FAY).