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Interés general 3 de junio de 2017

En Argentina se desperdician 38 kilos de comida al año por persona

Según una investigaciones del Ministerio de Agroindustria de la Nación 16 millones de toneladas terminan en la basura cada año en el país.

La Argentina desperdicia 16 millones de toneladas anuales de alimentos, a razón de 38 kilos per cápita, según investigaciones del Ministerio de Agroindustria de la Nación. Los resultados fueron expuestos esta semana en un taller de análisis de la pérdidas anuales que se registran en el país, organizado por esta cartera y organismos multilaterales como la FAO y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

La cifra fue expuesta oficialmente en este taller por el Secretario de Agregado de Valor del Ministerio de Agroindustria, Néstor Roulet, y en este encuentro se analizaron diversas cadenas productivas para determinar el origen de las pérdidas y proyectar eventuales acciones para prevenir y reducir la pérdida o el desperdicio de alimentos.

Pero desde hace algo más de 2 meses, el gobierno argentino ha tomado cartas en el asunto mediante la creación de la Red Nacional de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos como parte del Programa Nacional de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos del Ministerio de Agroindustria creado en 2016.

Fue desde este programa que se estableció que los desperdicios alcanzan a 16 millones de toneladas, principalmente a partir de la cadena de producción, elaboración y distribución, lo que implica un 12,5% del total originalmente producido.

Otra cifra dura que puede vincularse para completar el escenario indica que existe un 4,4% de familias indigentes que representan cerca de 2 millones de personas que sufren hambre según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en su más reciente informe destacó que en la actualidad, en el mundo, se desperdician anualmente 1,3 billones de toneladas de alimentos por año, y que si se destinara sólo el 3,25% (40 millones) del derroche en los Estados Unidos de América se podría dar de comer a los 1.000 millones de habitantes del planeta que se alimentan muy precariamente.

El tema ha sido motivo de preocupación de numerosos investigadores y periodistas como el inglés Tristram Stuart,autor de “El escándalo del desperdicio mundial de economía”.

Actualmente, el valor de los desperdicios mundiales suman 10 cosechas argentinas de cereales y oleaginosas, alcanzan los US$ 750.000 millones, más de una vez y media el Producto Bruto Interno argentino.

Mientras, la FAO, desde 2012 muestra su preocupación en la materia, paradojalmente, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), sostuvo hace poco que “la producción mundial de alimentos tendrá que elevarse hasta un 60% para satisfacer la demanda de los 9.100 millones de habitantes que tendrá el mundo en 2050”.

Curiosamente en América Latina los desperdicios alcanzan al 6% del total mundial, unos 78 millones de toneladas, cifra que alcanza para cubrir cuatro veces la cifra de los 47 millones de hambreados en la región, por lo cual, es posible deducir que un control sobre los desperdicios puede resolver o al menos paliar la situación a nivel global.

En tanto, estudios de la Universidad de Buenos Aires (UBA) determinaron que solamente en el Área Metropolitana se tiran a la basura 670 toneladas de alimentos, equivalentes a 1.675.000 platos de comida.

En el sector privado también existen instituciones que apuntan a una redistribución de alimentos apelando a empresas y privados como el Banco de Comida, o la existente en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, mientras el papa argentino Francisco sostuvo en “Laudato Si” que “estos problemas están íntimamente ligados a la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos excluídos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura”.