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Opinión 9 de octubre de 2016

En boca de todos

por Ramiro Melucci

En las últimas semanas la ciudad y su jefe político han estado en boca de todos los medios nacionales. Primero, por la sorpresiva ocurrencia de que policías de civil van a detener a quienes contaminen el medio ambiente. Después, por el anuncio del gobierno nacional de enviar fuerzas federales al Gran Buenos Aires y a Mar del Plata, que indujo a pensar que el distrito se estaba desintegrando por la violencia y la delincuencia. Arroyo pudo haber contribuido a que se hicieran lecturas menos desmesuradas de lo que en realidad pasa en la ciudad, pero no lo hizo.

Es loable que el intendente lance una campaña para mantener la ciudad limpia. Incluso es una decisión razonable multar a los que generen microbasurales. Pero de ahí a decir que policías de civil iban a detener a los que contaminaran el medio ambiente hay un abismo. Fue esa desafortunada frase del intendente la que alteró los ánimos en otros puntos del país. Y la que desnaturalizó el sentido de la campaña para mantener limpia la ciudad: de sus palabras se interpretaba que cualquier vecino que arrojara un papelito a la calle corría riesgo de quedar tras las rejas.

El jefe de la Policía Local, Fernando Telpuk, se abstuvo de opinar. ¿Qué podía decir de algo que nunca antes le habían comentado? Solo mencionó que la Policía Local podía recomendar a los vecinos que no generaran microbasurales. Nada más.

La designación de Mar del Plata como destino de una mayor cantidad de efectivos de fuerzas federales también mereció una mejor lectura del intendente, que hasta anduvo a las discusiones con medios periodísticos cercanos a la Casa Rosada por no acertar en la explicación.

La interpretación lineal que se hizo fuera de Mar del Plata es que las fuerzas federales iban a ser enviadas aquí por los incontrolables índices delictivos. Arroyo no supo cómo desarticular ese análisis que carece de exactitud: las estadísticas del propio municipio muestran un declive de los hechos de inseguridad con respecto al año pasado.

¿Entonces, por qué envían las fuerzas federales? El intendente debió tener una mejor respuesta más allá del simple agradecimiento a la Nación por acordarse de su ciudad. El que la tuvo fue Telpuk: dijo que esos envíos responden a la preocupación de que haya desbordes en diciembre y a la necesidad de que Mar del Plata atraviese un verano sin inconvenientes.

En la política es habitual que los jefes se enojen por declaraciones periodísticas imprudentes o insuficientes de sus funcionarios. En Mar del Plata está ocurriendo lo contrario: son los funcionarios los que, en ocasiones, deben ponerles cordura a los desaciertos mediáticos de su jefe.



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