La Ciudad

En diez días volverían a colocar los molinos del Paseo Dávila

Los artefactos fueron retirados en noviembre y estaba previsto que su restauración finalice antes del inicio de la temporada. “Por temas administrativos se demoró un poquito”, reconocieron desde el Emsur.

Finalizada la restauración que estaba prevista que culmine antes de la temporada, los molinos de acero del Paseo Dávila volverían a ser colocados en diez días.

“Están terminando las aspas, entendemos que en diez días debería estar todo terminado”, adelantó al respecto el presidente del Ente de Servicios Urbanos (Emsur), Sebastián D’andrea, a LA CAPITAL.

En este sentido, el funcionario comentó: “Lo veníamos trabajando desde mediados del año pasado, hasta que conseguimos el proveedor. Hicimos todo el proceso de contratación, el primer llamado fue más alto el presupuesto, con lo cual tuvimos que ir a un segundo llamado”.

“Finalmente se adjudicó, así que ahora ya están terminando todos los trabajos y calculamos que en diez días debería estar todo funcionando normalmente”, agregó acerca de los molinos ubicados sobre la costa, entre Punta Iglesias y Alfonsina.

El Paseo Dávila espera volver a contar con los molinos.

A su vez, D’andrea reconoció que “la idea” del ente que comanda era “poder arrancar la temporada con los molinos funcionando”.

“De hecho se hizo una reparación sobre ese sector, sobre algunos muretes que se habían roto con algunas crecidas y sudestadas”, recordó y destacó que también “se había pintado el mobiliario de la zona, se intervinieron los espacios verdes, se agregaron plantines y se hizo todo un trabajo previo para mediados de diciembre tener todo listo”.

Por temas administrativos se demoró un poquito, pero calculamos que en diez días debería estar ya todo puesto y funcionando”, recalcó.

Por otra parte, el titular del Emsur señaló que el lugar en el que están emplazados los molinos es “una zona  complicada”, debido al salitre del mar y a los intensos vientos que se registran en el sitio.

El momento en el que los molinos fueron retirados.

“Nosotros hicimos algunas muestras hace unos meses para ver cómo estaban las columnas, que era lo que más nos preocupaba, entendíamos que había una cuestión de óxido superficial y, cuando ingresó la empresa, chequeó y la verdad que estaban muy bien”, explicó.

No obstante, indicó que “se pelaron todas las columnas y lo mismo se hizo con las aspas del molino”. “Se le va a dar un tratamiento para que eso tenga una duración de por lo menos cuatro años sin hacerle un mantenimiento profundo”, precisó.

Por último, y ante la pregunta sobre si se realizará algún acto el día de la colocación de los molinos, D’andrea respondió: “No lo tenemos definido, pero a nosotros desde el Emsur nos parece que esa es una zona muy linda para el vecino y el turista y no estaría mal hacer alguna actividad para darle un poquito más de valor”.

“La idea es rescatar algo emblemático de la ciudad y tenerlo en buenas condiciones”, finalizó.

Los trabajos

Desde el municipio habían adelantado que los molinos iban a ser sometidos una limpieza de superficie mediante un granallado, que implica la quita total de la pintura, para luego hacer un metalizado por proyección.

“También se les colocará antióxido y esmalte poliuretánico blanco”, informaron desde la comuna en su momento y, según indicaron, “dicho proceso aporta una mayor resistencia al ambiente marino y a la radiación UV”.

Asimismo, el plan de mejoras del mencionado sector costero incluye obras de reparación de todos los elementos mecánicos y de sostén, que permiten que los molinos estén en movimiento. Posteriormente, se colocarán los vinilos de color con la gráfica característica, que al entrar en movimiento genera un atractivo efecto visual.

Emblemáticos

“Los molinos de América” son una obra del artista Felipe Giménez y su inauguración tuvo lugar en diciembre de 2010, en el marco de las actividades culturales programadas por la XX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno.

Presentada por el ex intendente Gustavo Pulti, la escultura urbana fue construida en acero y consta de 21 molinos de 6 metros de altura, los que, con la intención de que las velocidades y sentidos de giro sean variados, fueron orientados en diferentes direcciones.

Pintados con los colores de sus respectivas banderas, los molinos representan a cada uno de los países iberoamericanos que participaron de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que se desarrolló  en Mar del Plata.

Los Molinos de Viento en el Paseo Dávila, parte de las obras que dejaron la IV Cumbre de las Américas.

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