En el tramo final hacia el domingo electoral, los candidatos locales acentúan sus estrategias para captar votos. En las recorridas por los barrios o en las declaraciones a los medios, cada uno saca a relucir su libreto. En la intimidad partidaria, en cambio, hacen cuentas sobre el reparto de las 12 bancas de concejales que están en disputa. Y la mayoría modificó sus expectativas a partir del resultado de las primarias y de las tendencias que exhiben las encuestas.

En Cambiemos, que en la previa de las PASO se conformaban con una victoria por un voto, esperan un triunfo rotundo que les otorgue, como mínimo, siete de los doce escaños. Convencidos de que la elección se polarizará con el kirchnerismo, creen que la distribución parlamentaria se puede dar entre esas dos ofertas electorales, por lo que no descartan obtener ocho bancas y que Unidad Ciudadana consiga las otras cuatro. “Hasta pensamos que podemos discutir en la Justicia Electoral el concejal noveno”, deslizó a LA CAPITAL una fuente de la campaña oficialista.

La primera candidata de la lista de Cambiemos, Vilma Baragiola, prefiere no hablar de ese tema. “Me gusta que haya un Concejo Deliberante variado, en el que haya un buen debate”, postula.

En las primarias, los candidatos de Unidad Ciudadana se ilusionaban con discutirle el primer puesto a la lista oficialista. Ahora creen que en Mar del Plata tienen garantizado el segundo puesto y la obtención de tres bancas.

“Me animaría a decir que peleamos la cuarta”, comenta Marcos Gutiérrez, el primer candidato de Cristina Fernández en Mar del Plata. Y enseguida analiza: “A un Concejo con una fuerte impronta oficialista va a ser muy difícil ponerle un freno o llevar adelante propuestas que tengan que ver con una oposición un poco más firme”.

En las oficinas de 1País sostienen que la campaña local no despertó gran interés porque los primeros dos puestos están definidos. Y no paran de escuchar los comentarios sobre una caída de Sergio Massa. Por eso, en el plano local son cautos a la hora de pronosticar un resultado. “Para quedarnos afuera del Concejo tenemos que perder 15.000 votos”, comentan cerca de Ariel Ciano, el primer candidato del espacio massista en la ciudad, con la intención de dar a entender que no es tan sencillo que eso suceda. Si hoy tuvieran que prever un reparto de bancas, dirían que el oficialismo obtendría siete, el kirchnerismo tres y ellos se quedarían con las otras dos.

Acaso en Acción Marplatense coincidan con los escaños que pueden capturar las dos principales fuerzas. Pero se sienten con posibilidades de dar la pelea por los dos lugares restantes. Después de la interna reñida de las PASO, en las huestes de Marcelo Artime y Gustavo Pulti reconocen que si en la primaria el objetivo era el segundo puesto, ahora, con el escenario más polarizado aún, apuestan a salir terceros y ganar dos concejales. “Así, pasaríamos el chubasco de esta elección tan nacionalizada”, admiten en el partido local.

¿Qué pasaría si eso no se produce? “Sería la primera vez desde que se fundó el partido que no meteríamos concejales. Un golpe fuerte. Pero no creemos que los marplatenses decidan ignorar al partido local que fue gobierno hasta hace un año y medio”, responden en AM.

La lucha por superar el 8,33 por ciento de los votos (el porcentaje que les permitiría conseguir dos bancas) también la quiere dar el randazzismo. “El objetivo es entrar al Concejo. No lo vemos como una tarea imposible. No es sencillo, pero de 26 listas que había queden seis, es distinto”, se anima Fernando Maraude, primero en la lista local de Florencio Randazzo.

Una meta ambiciosa que los candidatos de la izquierda, pese a los pronósticos en contrario, tampoco quieren descartar. “Como siempre, la intención es conquistar una representación en el Concejo. Es difícil, pero el Frente de Izquierda viene creciendo”, sostiene Alejandro Martínez, que encabeza la nómina del FIT.