CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres

En pandemia, se duplicó la atención de mujeres víctimas de violencia en el Hogar Galé

Entre marzo y julio, 60 mujeres y 79 niños y niñas acudieron al refugio municipal. El doble en comparación al mismo periodo de 2019. Unas 20 de ellas habían quedado varadas en la ciudad con sus agresores, lo que derivó en urgentes traslados. Según la Provincia, General Pueyrredon es el cuarto distrito bonaerense con más casos críticos de violencia de género.

La Ciudad 6 de octubre de 2020

Por Julia Van Gool

Era diciembre, hacía calor y la gente se abrazaba sin temor a contagios, cuando Silvia llegó a la ciudad con sus cuatro hijos, algunos bolsos y la ilusión de arrancar una nueva vida junto a su pareja marplatense. Ni en sus peores pesadillas imaginó todo lo que ocurriría después: una pandemia, restricciones a nivel nacional para circular en la vía pública y que, a tan solo a cinco meses de su arribo a la costa, estaría llamando al 144, la línea de atención para casos de violencia de género, suplicando que alguien la ayude a escapar.

En los primeros cuatro meses de la pandemia, el Hogar Galé, que brinda refugio a mujeres con o sin hijos que hayan sido víctimas de violencia de género y no cuenten con una red de contención, recibió un total de 60 mujeres y 79 niños y niñas, el doble de lo registrado durante el mismo periodo en 2019. Unas 20 de ellas no eran oriundas de la ciudad y habían quedado varadas con sus agresores, en el marco del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO). Silvia fue uno de esos casos.

“Algunas mujeres habían llegado a la ciudad durante el verano y, con la pandemia en curso, quedaron encerradas con hombres que las agredían psicológica, económica y físicamente. Otras eran de acá, pero no tenían un lugar seguro donde ir. Esto llevó a que no solo duplicáramos la atención en el Hogar en relación al año pasado durante los primeros meses, sino que tuviéramos que recurrir a un hotel y a un parador de la ciudad”, señaló a LA CAPITAL la directora de Políticas de Género del municipio, Susana Mercado.

Es que el pico en el refugio municipal llegó mucho antes que el del coronavirus en la ciudad. A mediados de junio, según los registros oficiales, se llegó a recibir de manera simultánea a 25 mujeres, la mayoría de ellas con más de dos hijos. Con la ocupación del Hogar saturada -el cupo máximo es 18-, uno de los hoteles dispuestos por el municipio para aislados por Covid también fue utilizado para las víctimas de la otra pandemia: las aisladas por la violencia machista.

La difícil situación que atraviesa la ciudad en materia de violencia de género también se vio reflejada en el informe que presentó la ministra bonaerense de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual, Estela Díaz, donde General Pueyrredon comparte cuarto lugar con Florencio Varela entre los municipios con más casos “críticos y de alto riesgo”.

Según surge del informe, que analiza los llamados a la línea 144, en los primeros seis meses del año en Mar del Plata se registraron 52 situaciones de alto riesgo en materia de violencia de género y que precisaron una urgente intervención por parte del Estado. Los únicos distritos que superan la cifra local fueron Almirante Brown (56), La Matanza (118) y La Plata (186).

Estar al resguardo

El llamado de Silvia entró a la línea nacional del 144 a principios de mayo. Había aprovechado un momento de soledad en la casa de su agresor para dar aviso y buscar ayuda. Cuando del otro lado de la línea una operadora la atendió, sintió alivio.

Según contó la mujer -y luego denunció-, los maltratos habían comenzado después del primer mes de convivencia en la ciudad, aunque los episodios más graves tuvieron lugar durante el aislamiento. El control sobre ella llegó a ser tal, que no había podido ir hasta la comisaría antes.

“Todos los casos fueron derivados a nuestra dirección desde donde coordinamos con las comisarías para poder retirarlas del lugar en el que estaban y llevarlas al Galé. En el caso de las veinte mujeres varadas, se hicieron todas las articulaciones para el traslado a sus ciudades con el Ministerio de Mujeres tanto de Nación como de Provincia, dependiendo de adónde la mujer tenía que volver”, explicó Mercado. Para pasar los retenes, las mujeres debían contar con la denuncia, el permiso de circulación y el informe técnico confeccionado por el equipo del Hogar.

En cuanto al resto de las mujeres alojadas, se mantuvo el protocolo habitual: brindar contención, apoyo, orientación y capacitación para su fortalecimiento, de modo que pueda lograr la autonomía necesaria a fin de no tener que regresar a la situación de violencia.

En este punto, y en el marco de un fuerte ascenso del desempleo y la pobreza en la ciudad, fue también fundamental la articulación de ayudas sociales.

En lo que va de la pandemia, se entregaron más de 400 bolsas de alimentos y 1.200 viandas a mujeres víctimas de violencia. También se entregaron 300 becas municipales (de $8.100 por el periodo de 3 meses) y se asignaron beneficiarias del Fondo de Emergencia que brinda la Provincia. El sistema de atención también se reconfiguró por completo y, por poner solo unos ejemplos, se llevaron adelante 500 intervenciones –tanto virtuales como presenciales- y por redes se llegaron a responder más de 4.900 consultas.

El abordaje en los barrios a través de los Comités

Conformados por organizaciones sociales, políticas, civiles y eclesiásticas, los Comités Barriales de Emergencia lograron convertirse en una herramienta fundamental para dar respuesta en más de 80 sectores de la ciudad. Además de atender a las necesidades sanitarias y alimentarias de más de 40 mil personas según los últimos registros, los referentes también buscaron abordar la violencia de género en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio

Según señaló a LA CAPITAL Lourdes González, referente del Movimiento Evita y parte de los CBE de la ciudad, se trabajó de manera articulada con especialistas en la materia y se realizaron capacitaciones para que los promotores sepan cómo actuar ante el conocimiento de un caso.

“Nos organizamos principalmente con organizaciones sociales, políticas y de género que ya tenían construcción en los barrios, armando una gran red con más de 20 organizaciones. Distribuimos un material para concientizar sobre el tema, además de hacer capacitaciones virtuales”, señaló la dirigente, quien también destacó el trabajo en conjunto con la Dirección de Políticas de Género de la Municipalidad ante hechos puntuales.

“Falta mucho por trabajar, pero fue importante abordar este tema porque generalmente las personas que están atravesando una situación de violencia a las que primero se acercan es a las mujeres que organizan los comedores u otras actividades en el barrio”, señaló González.