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En plena crisis, Podemos lanza su campaña electoral en España

El tiempo apremia para el líder izquierdista, que en los últimos meses acumuló una contrariedad tras otra. Las encuestas no son favorables a su partido.

MADRID, España.- Soñaban con “asaltar los cielos”, entraron con fuerza en el Parlamento en 2015, y cuatro años más tarde corren el riesgo de estrellarse. A cinco semanas de las legislativas en España, el izquierdista Pablo Iglesias vuelve ansioso por reflotar a un Podemos desmoralizado.

Después de tres meses ausente por baja de paternidad, el líder de la izquierda radical tiene cita con sus simpatizantes este sábado, frente al museo Reina Sofía de Madrid.

Un acto que según la dirección del partido servirá para “ponerse las pilas” de cara a las elecciones legislativas del 28 abril, y también las municipales, regionales y europeas del 26 de mayo.

El tiempo apremia para Iglesias, que en los últimos meses acumuló una contrariedad tras otra.

El que fuera su mano derecha, Öñigo Errejón, irá por libre en las regionales de Madrid, desatando una crisis interna cuyo último episodio fue el sorpresivo abandono este jueves de Pablo Bustinduy, cabeza de lista en las europeas.

El partido está además dividido frente al separatismo catalán, y en la memoria de todos permanece la polémica del costoso chalet que Iglesias se compró con Irene Montero, su pareja, número dos de Podemos y madre de sus hijos mellizos, Leo y Manuel.

“Parece que el electorado está desmotivado y desmovilizado”, diagnostica Pablo Fernández Vázquez, profesor en la Universidad estadounidense de Pittsburgh.

Y es que las encuestas son muy pesimistas con la tercera fuerza parlamentaria española.

Según una media establecida por El Periódico de Cataluña, Podemos podría descalabrarse el 28 de abril, pasando de los 71 escaños actuales (de un total de 350) a sólo 38.

Al mismo tiempo, el gobernante Partido Socialista (PSOE), su gran competidor en la izquierda, sumaría 30 escaños a los 84 que tiene ahora en la cámara baja.

La competencia del PSOE

“El electorado que los votó con ilusión los ve no como una novedad, sino como un partido constituido”, y hay “cierta desilusión”, resume Ernesto Pascual, profesor de Derecho y Ciencias Políticas en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Fernández Vázquez constata que el partido fundado en 2014 para denunciar la precariedad laboral, la corrupción de las élites o los excesos de la banca “ha perdido la capacidad de marcar la agenda política”.

Buena culpa de ello, añade, la tiene el PSOE, que en junio llegó al gobierno con el apoyo de Podemos y desde ahí “le ha comido una parte del espacio”, anotándose como éxitos propios medidas pactadas con Iglesias. Por ejemplo, la subida del salario mínimo en un 22% este año.

O el feminismo, una causa que han abrazado con entusiasmo el PSOE y Podemos y que no será un salvavidas para este último, ya que “la movilización feminista es muy transversal” y está lejos de ser un bloque identificado con tal o cual partido, añade Fernández Vázquez.

El hiperliderazgo de Iglesias

A la competición política con otros partidos se suman las divisiones internas.

El comienzo de año estuvo marcado por el desencuentro entre Iglesias y Errejón, quien decidió presentarse como candidato a la presidencia de la región de Madrid con su lista propia, y competirá por tanto con la de Podemos.

“Hace falta hacer más esfuerzos para abrirse más y abandonar el sectarismo”, dijo Errejón el lunes a modo de defensa.

El choque con Errejón, cofundador del partido, cayó como una bomba entre la dirigencia y la militancia, y se sumó al alejamiento previo del núcleo dirigente de Podemos de otras figuras de peso, críticas con Iglesias.

“La queja de quienes se han marchado es que la idea de democracia interna”, que presidió los orígenes del partido, “ha ido restringiéndose cada vez más y acabando en este hiperliderazgo”, comenta a AFP Ernesto Pascual.

El separatismo catalán ha abierto también una brecha en Podemos, que entre sus votantes en esa región cuenta con una franja de sensibilidad independentista.

El partido de izquierdas, el más votado en Cataluña en las legislativas de 2015 y 2016, ha venido abogando por un referéndum de autodeterminación pactado entre Madrid y Barcelona, en el que defendería la unidad de España.

Pero éste es “un mensaje muy complicado para el momento de polarización que estamos viviendo”, entre los defensores de la integridad territorial de España y los secesionistas, comenta Pascual, quien cree que con su reaparición Iglesias tratará de “revitalizar el mensaje de Podemos”.

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