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Opinión 28 de octubre de 2016

En tiempos de bullying: los peligros dentro y fuera de la red

por Florencia Tobías

Durante la infancia, las burlas, los apodos y los chistes ofensivos son con frecuencia uno de los problemas que los niños suelen enfrentar y cuya correcta resolución se presenta como un gran desafío no sólo para ellos sino también para sus mismos padres. En los mejores casos, se trata de algo circunstancial y que mediante una intervención atinada y a tiempo se disuelve e incluso puede dejar un aprendizaje. Pero no siempre es tan inocuo como parece.

Otras veces, las palabras pueden causar mucho dolor calando hondo en la autoestima y el auto concepto y dejando huellas dañinas en la infancia.

Cuando estas manifestaciones son de carácter repetitivo en el tiempo puede ser una alarma que nos puede estar señalado que estamos frente a un problema que requiere mayor atención. En general, además de la frecuencia con que un niño experimenta estas situaciones, si también se detecta una intencionalidad maliciosa del niño o grupo que agrede y un desbalance de poder entre ellos podemos empezar a pensar en el “diagnóstico” de acoso escolar.

Actualmente, esta problemática alcanza una complejidad cada vez más profunda en virtud de las nuevas tecnologías y el nivel de difusión de las mismas, perforando los límites hasta ahora conocidos y permitiendo que las agresiones se manifiesten en una multiplicidad de frentes.

En tiempos en que “todo es comunicado” y “todo está a la vista de todos”, los riesgos pueden ser muy importantes y peligrosos. Hoy en día, la realidad virtual es una dimensión más de nuestras vidas, tan real como todo lo que hacemos fuera de la red. Los niños y adolescentes en edad escolar, están conformando su identidad que se manifiesta en distintos planos, el físico pero también el plano virtual y ambos, son de suma relevancia al momento de constituir su rol en su grupo de pares y de cara a la sociedad. Uno es lo que publica, cuándo lo publica y cómo lo publica. A partir de entonces, la carga de fotos, los comentarios y videos empiezan a configurar nuestra identidad en este plano digital. Efectivamente, las tecnologías de la información han generado un nuevo concepto de identidad: la identidad digital

Este nuevo paradigma comunicacional, trae aparejado que el límite entre lo íntimo y lo público se torne cada vez más difuso, de ahí la relevancia y frecuencia que el denominado cyberbullying ha adquirido en los últimos años.

Los adolescentes de hoy viven sus vidas en la web. Ellos no tienen reparos en compartir los detalles de sus experiencias con sus amigos, familiares e incluso con el mundo entero. Pero a veces estar “online” puede resultar desastroso. El fenómeno del “sexting” (envío de fotografías desde el celular con contenido sexual) es un ejemplo de cómo un solo clic puede ser la puerta de entrada a peligros que no saben ni pueden dimensionar.

¿Por qué los niños y adolescentes participan en el “Sexting”? ¿Tan seguros se sienten en la web? Por un lado, el contexto cultural en el que hoy crecen, con un marcado culto al cuerpo, a las celebridades y en el que los medios de comunicación de masas promueven esos modelos y otros valores como por ejemplo la competitividad en todos los órdenes de la vida (tener el mejor cuerpo, el mayor número de amigos, ser el más popular) contribuye a normalizar el fenómeno e incluso dar cierto aire de prestigio a dicha actividad entre los adolescentes. En este escenario, esta práctica puede ser utilizada como un medio para mostrarse con la esperanza de que ser más populares o tener más seguidores pueda convertirlos en estas figuras que tanto admiran. Pero lejos de cumplirse esta profecía, diversos casos revelan que estas fotos íntimas pueden caer en las manos equivocadas transformándose en una forma de humillación o extorsión, o bien “sextorción” como se ha denominado.

Como resultado, los niños o adolescentes involucrados como víctimas a menudo suelen ser atormentadas por los comentarios y nombres despectivos que reciben y comienzan a presentar los mismos signos y consecuencias como cualquier otra víctima de acoso e intimidación. Dado que sus fotos íntimas son compartidas con un público masivo, aparte de la vergüenza y la humillación que experimentan, el sexting puede conducir al aislamiento social y dar origen a otros trastornos psicológicos de sintomatología severa en el comportamiento y en el estado de ánimo.

Siendo octubre el mes internacional contra la prevención del acoso escolar, necesitamos como sociedad involucrarnos en la prevención de este fenómeno en todas sus formas este mes y durante todo el año. Tenemos que reflexionar sobre las redes sociales, promover una mayor toma de conciencia sobre los riesgos que existen en este mundo digital e involucrarnos con el uso responsable de las redes sociales. Este es uno de nuestros mayores desafíos hoy como sociedad: adaptarnos a los constantes cambios de nuestra sociedad y educar a las nuevas generaciones en el uso responsable de las nuevas tecnologías, aprendiendo a vivir y convivir en armonía, tanto dentro como fuera de la red.

(*): Equipo Aba (Antibullying Argentina).