La hallaron esta mañana en Guerrico y García Lorca. No se pudo identificar el cuerpo, aunque sí determinar que pertenece a un hombre. En el lugar trabaja la fiscal Romina Díaz y personal de la Policía Científica.
El cuerpo de un hombre calcinado y con una soga al cuello fue hallado este viernes por la mañana en un descampado del barrio Las Heras y la policía intenta identificar a la víctima.
De acuerdo a fuentes consultadas por LA CAPITAL, el hallazgo lo realizó un joven que se dirigía al trabajo y que, en medio de ramas y basura, pudo distinguir el cadáver, el cual presentaba una carbonización casi total, aunque con tejidos blandos a la vista. Incluso se le podían verificar algunos rasgos fisonómicos y dos detalles inconfundibles: tenía una soga alrededor del cuello y los brazos cruzados por detrás de la espalda.
El llamado al 911 alertó a la policía que se dirigió en el móvil del Comando de Patrullas N° 23211 hasta Guerrico y García Lorca, donde pudo verse aún algunos restos humeantes.
“Ahí tiran basura y cada tanto prenden fuego, por lo que no nos llamó la atención a la madrugada ver llamas”, dijo un vecino a Multimedios LA CAPITAL. Ese relato puede ser indicativo de cuándo habría sido arrojado el cuerpo e incendiado.
De inmediato se le dio aviso a la fiscal Romina Díaz, quien ya solicitó la operación de autopsia, la revisión de cámaras de la zona, un relevamiento vecinal y otras medidas propias del inicio de la investigación.
Si bien las actuaciones primarias fueron “averiguación causales de muerte”, está claro que hubo un mecanismo homicida y se desprende de la obvia escena del crimen que el trasfondo es el de una venganza.
El lugar en el que fue encontrado el cadáver se sitúa a menos de 100 metros del predio deportivo del club General Urquiza y forma parte de un área de varias manzanas descampadas, donde se suele acumular basura.
Los próximos pasos son aguardar el reclamo de algún familiar o analizar algún análisis de las recientes denuncias por averiguación de paradero, aunque por el contexto del crimen se tendería a pensar que no fue una desaparición que date de más que unas pocas horas, tiempo insuficientes para cualquier presentación de sus allegados.
Con este homicidio se contabilizan 22 en lo que va del año, aunque uno de ellos fue el de un delincuente abatido por un jubilado que, en términos jurídicos, suele desaparecer de las estadísticas.