Cerca de 2 mil personas personas flotaron en línea y tomadas de la mano en el lago Epecuén, a siete kilómetros de Carhué, con el fin de ingresar en el libro de los récord Guinness y superar la marca lograda por los taiwaneses, quienes en 2014 llegaron al número de 643 personas flotando al mismo tiempo.

El pueblo de Buenos Aires, ubicado a 10 kilómetros de Carhué, quedó desolado tras una inundación en 1985, hoy batió un nuevo récord mundial.

La prueba, de manera inesperada, estuvo rodeada por una polémica. Pablo Funes, dueño de un drone que capta tomas desde el aire en toda la provincia, presentó una denuncia penal y cuestionó la validez del desafío ya que fue registrado por otro drone que no tenía habilitación de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAc) para volar.

“Lamentablemente fui tratado de muy mala manera. Me había contactado con el director de Turismo, quien me derivó con la jefa de prensa de la Municipalidad y en principio me hicieron trasladarme porque no iba a haber ningún inconveniente. Pero no fue así. Hice imágenes por todos lados y nunca tuve problemas. Esta vez me encontré con que el poder político sostuvo que un dron, que no contaba con la documentación y era parte de la producción del evento, hiciera lo que quisiera porque era del dueño de casa”, contó.

Funes denunció que fue censurado por la Municipalidad ya que, pese a que las autoridades se comprometieron a dejarlo grabar la prueba, al arribar a Carhué se lo prohibieron. “Fui informado por el propio director de seguridad que el otro drone estaba autorizado a filmar y me hizo entrega en ese acto una copia de un decreto y solicita el cumplimiento de todo lo que en el se ordena por lo que se le pide a la fuerza pública que no me permita volar”, sostuvo en su denuncia.

Pese a la presentación, la encargada de confirmar que el pueblo logró la marca fue Natalia Ramírez Talero, una jueza colombiana enviada especialmente por la organización internacional Guinness.