El juicio que se lleva adelante contra el religioso chileno Isaías Nelson Hurtado y su ex pareja Patricia Soledad Padilla Coronado, acusados de trata de personas en perjuicio de 23 víctimas en Mar del Plata, tuvo este martes una jornada especial al pedir la mujer declarar y asegurar que que todos en el Templo del Monte Sión eran “una familia”.

El próximo lunes 23 le tocará el turno a Hurtado para decir sus últimas palabras previo a lo que será la lectura de la sentencia, la cual está a cargo de los jueces Roberto Falcone, Mario Portela y Alfredo Ruiz Paz.

Padilla Coronado y su ex pareja fueron detenidos después de una extensa investigación en la que el fiscal Nicolás Czizik logró constatar un estado grave de explotación de personas vinculadas a la captación religiosa.

Según esa tarea investigativa, Hurtado conseguía la confianza de las personas que necesitaban algún apoyo espiritual y para ello utilizaba una radio de FM, donde hacía las convocatorias. Luego en el “templo” de O’Higgins al 300 se efectuaban las distintas actividades, muchas de las cuales calificadas como explotación laboral y sexual.

Para el fiscal Juan Manuel Pettiagini durante el debate quedó demostrado que la secta que dirigían captaba “fieles” a través de mensajes religiosos para que se congreguen en su Ministerio y luego explotarlos laboralmente. El falso pastor está también acusado por abuso sexual con acceso carnal contra cuatro mujeres y las amenazas proferidas a otras cinco.

Previo a su declaración, la abogada defensora Marcela Rodríguez solicitó que no haya medios presentes en la sala, pero los jueces Roberto Falcone, Mario Portela y Alfredo Ruiz Paz, a cargo del debate, hicieron primar el derecho a la información.

Padilla Coronado comenzó pidiendo perdón a quienes pudieron verse “afectados, dolidos u ofendidos por esta situación que estamos viviendo”. “En mi casa nunca hubo trata de personas. Acogimos mucha gente en nuestro hogar, pero ninguna fue maltratada”, mencionó y más adelante dijo: “éramos una familia”.

Padilla Coronado habló de su rol de madre de ocho hijos e hijas. “No tengo otra vida”, señaló y sumó enseguida: “lo único que he hecho es cuidar a mis hijos”. Más adelante reparó: “No sé cuál fue mi pecado, haberme casado con Hurtado, tener tantos hijos, pero para mí mis hijos son una bendición”. “Dios me ha sostenido todos estos años”, apuntó sobre el final.

Antes de cerrar la audiencia, el presidente del TOF anunció que el juicio se reanudará el próximo lunes 23 de diciembre a las 10 para escuchar las últimas palabras de Hurtado, y después de un cuarto intermedio se conocerá el veredicto ese día.

El Ministerio Público Fiscal, representado por el fiscal general Juan Manuel Pettigiani, solicitó en su alegato 35 años de prisión para el principal acusado y 10 años para Padilla Coronado.