Arte y Espectáculos

Ernesto Baca advierte sobre la desaparición del celuloide

"Inconscientemente hacemos ese esfuerzo por perdurar aunque en el fondo sabemos que las cosas acaban, como una necesidad de trascendencia, como si en el fondo supiéramos de una infinitud pero la volcamos sobre lo falible de la materia", sostuvo el realizador.

El cineasta experimental Ernesto Baca ensaya un homenaje al cine en celuloide en tiempos en los que reina el video digital, con el documental “Réquiem para un film olvidado”, que concursa en la Competencia Argentina del Festival de Mar del Plata, rodado en el formato Super 8 y que él mismo protagoniza.

Considerado como uno de los más prolíficos y originales realizadores experimentales del país, Baca fue invitado en varias oportunidades al certamen marplatense a proyectar en vivo sus películas en Super 8 -un formato creado originalmente en 1965 para filmar bodas, nacimientos, vacaciones y otros recuerdos familiares-, pero con este nuevo largometraje parece haber pasado a un nivel superior, al competir de igual a igual con la última producción de cine argentino de ficción y documental.

Con el propio cineasta, Susana Varela y Pilar Boyle como protagonistas, “Réquiem para un film olvidado” llama la atención sobre la predominancia tecnológica del video digital en desmedro de los formatos fílmicos de Super 8, 16 y 35 milímetros, a través de un relato en el que se mezcla lo poético, lo documental autobiográfico, el cine fantástico, la comedia y los recursos más abstractos del cine experimental.

“Creo que la película nació por una combinación de necesidad y determinación. Después de un tiempo entendí que cualquier historia no se desprende por sí sola de la nada y que, haga lo que haga, uno siempre esta contando su propia historia, así que aproveche para darle un tinte personal a esta biografía distorsionada por un mundo cada vez más despojado de compasión”, afirmó Baca en diálogo con Télam.

Este experimento narrativo, que transita la historia personal del realizador combinándola con la fantástica idea de crear un propio formato de celuloide en su propio laboratorio para poder seguir llevando a cabo sus películas en fílmico.

– ¿Cuál es el tema de la película y por qué le interesó poner en escena?

– El tema de la película se centra en descubrir cómo tenemos esa capacidad oculta de reencarnar en otras cosas o en otras personas, en que inconscientemente hacemos ese esfuerzo por perdurar aunque en el fondo sabemos que las cosas acaban, como una necesidad de trascendencia, como si en el fondo supiéramos de una infinitud pero la volcamos sobre lo falible de la materia.

– ¿Cuáles son las preocupaciones humanas, narrativas y estéticas que lo motivaron o que puso en práctica en el filme?

– Me preocupa la no diversidad, estamos bajo los estrictos mandatos del Dios mercado, que se fagocita a todo aquel que no cumple sus mandatos. Se ha sentenciado a muerte al fílmico como formato de cine, la modernización va a sepultar a lo que había detrás, hay kilómetros de VHS que quedaron en el olvido. Me preocupa que el ser humano es el único animal que siempre tropieza con la misma piedra.

– ¿Cómo fue el proceso de escritura, rodaje y producción de la película?

– Fue algo muy raro, porque en principio la película se fue armando en moviola de Super 8 con una gran cantidad de material de archivo. Después me di cuenta que podía contar un historia con todos esos retazos de mi vida, así que empecé a generar el guión para darle forma a ese relato. Luego vino la presentación al Incaa donde mi productora, Cecilia Fiel, tuvo un rol fundamental porque ya me había resignado a que mi cine no entraba en los canones de la películas que solía apoyar el Instituto.

– ¿Qué importancia tiene el haber sido convocado para la Competencia Argentina de Mar del Plata?

– En principio fue una gran alegría porque fue un esfuerzo enorme haber realizado este filme, no olvidemos que la película esta filmada completamente en Super 8, entonces ahora el problema lo tiene Mar del Plata por que estamos super ansiosos y queremos ganarnos todos los premios posibles, y queremos almorzar con Mirtha Legrand, y queremos estrenar en el Malba y en el Gaumont, y queremos viajar por todas partes?

– ¿Cómo ve el panorama del cine nacional?

– El cine argentino actual está pasando el mejor momento, en todas partes del mundo siempre está presente con alguna película en las mejores secciones de prestigiosos festivales. También hay una efervescencia creativa que viene desde el interior, muchos jóvenes con ganas de incorporarse a la así llamada industria. Espero que con las políticas públicas que se están tomando desde el Incaa no se frustren estos esfuerzos.

– ¿Con qué dificultades se enfrentan los cineastas a la hora de filmar y exhibir sus películas?

– Al parecer y por lo que los estudios de mercadotecnia están infiriendo sobre la realidad, todo tenderá a verse desde el celular o desde tu smart TV. A medida que estemos más sedentarios en nuestras costumbres, creo que estará en baja el exhibir una película como el clásico estreno semanal. Lo importante es no dejarse llevar por la comodidad, pero la tendencia es que la inercia de no moverse, está en alta. En oposición a la grandes aspiraciones, en estos últimos años el Super 8 fue para mí una salvación, pues filmaba mis rollitos y con mis proyectores transformaba cualquier lugar en una sala de cine.

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