Original en su esencia, el espectáculo 9 Planetas llegará el 11 de septiembre al Teatro Auditorium. Se trata de un concierto de armonización sonora, que proponen Istvan Sky, Tito La Rosa y Kalygong, tres especialistas en la utilización de la música y de los sonidos en el tratamiento de la paz interior y el bienestar personal.

Cabe señalar que Istvan Sky está formado en música en India, Tito la Rosa también en música en Perú y Kalygong viene del teatro y la danza e investiga en el sonido del instrumento gong.

“Está comprobado que el sonido funciona para una buena calidad de vida”, dijo Kalygong en una entrevista con LA CAPITAL. El músico contó que esta clase de encuentros, similares al desarrollado en “7 Chakras” (una instancia anterior a este espectáculo), supone “una experiencia sensorial rica en vibración, en voces y en sonidos que ejecutan personas que se dedican a realizar sonidos de bienestar que emiten frecuencias compatibles a la salud y el descanso de la mente, aunque la persona no practique meditación”.

En este caso, el concierto se vincula a los planetas del sistema solar: los nueve planetas que giran en órbita alrededor del Sol, en orden de distancia, son Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. “Esta formación de nuestra galaxia será el desarrollo de sonidos creados junto a grandes gongs, cuencos y flautas tocadas por Tito La Rosa, junto a la participación de Istvan Sky, y habrá didgeridoos, entre otros instrumentos ancestrales”, agregó.

– ¿Qué relación tienen los planetas con el sonido?

– Desde Pitágoras a la actualidad, con la Nasa, se sabe que los planetas emiten sonidos en su traslación en la galaxia.

– ¿Qué aportan a 9 Planetas Istvan Sky y Tito La Rosa?

– Istvan aporta voces e instrumentos que nos elevan hasta nuestro más alto estado de conciencia. Al igual que Istvan, Tito es un respetado maestro de sonidos, que ejecuta con instrumentos de viento.

– ¿9 Planetas es una experiencia mística?

– Podría llamarse así porque la mente se detiene y las personas alcanzan la divinidad como sucede con la música de una iglesia o cualquier música que tenga la intención de relajación.

– ¿Investigó en instrumentos antiguos para hacer este espectáculo, en didgeridoos, gongs y otros?

– Absolutamente sí ya que los ejecuto y los investigué (e investigo) en Argentina, y en mis viajes por años en el mundo. De hecho es mi pasión junto con el arte.

– ¿Cómo llegó a realizar esta clase de espectáculos, a partir de qué hechos?

– De una vida dedicada al arte desde muy temprana edad. Tengo experiencia en teatro desde los 17 años. Representé a Argentina en varios festivales de teatro (en Caracas, Venezuela, en el quinto Festival Internacional de Teatro, en 1984 asistí a Italia junto a Oscar Araiz con música y montaje que fueron reconocidas por la crítica). Para tocar un gong no se necesita ser un músico de escuela, se necesita experiencia en meditación, algo que forma parte de mi vida desde que dejé mi relación activa con el teatro y la danza. Estas experiencias personales fusionadas me provocan crear mi muy personal tipo de arte y expresión, que es una verdadera experiencia multisensorial, que además viven y practican cada vez más y más personas en el mundo. Como dijo Jorge Luis Borges, “el arte es siempre un vehículo de una revelación oculta”.

– ¿Qué ideas espirituales guían sus espectáculos?

– La idea de que Dios vive dentro de cada ser, sea cual fuere la religión que profese, aún siendo ateos. Me nutro de los propios sonidos que efectúa el instrumento ancestral gong, como también los cuencos, las voces o los cantos gregorianos que son más populares.

– ¿A quiénes van dirigidos sus experiencias?

– Al público en general, cuando se propone, como en este caso, desde un espacio cultural y de arte.