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Provincia 27 de mayo de 2019

“Estamos ante un proceso político y social en el cual se está reconfigurando una Nación muy poco autónoma”

Carlos Ciappina, docente de Historia de América Latina de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) señaló además que “el 25 de Mayo es inentendible sin el contexto regional”. Y destacó: “cuando la independencia fue un proceso regional restringido y separado del resto, fracasó”.

Carlos Ciappina, docente de Historia de América Latina. (Foto: Facultad de Periodismo - UNLP)

por Luciana Mateo
@LucianaMateo

LA PLATA (Corresponsal).- La historiografía coincide en que el 25 de Mayo de 1810 se inició en Argentina un proyecto de emancipación y soberanía nacional.

Pero las lecturas que se hicieron y hacen sobre este acontecimiento –la ‘gesta de Mayo’- y sus protagonistas siguen siendo múltiples y variadas.

“El 25 de Mayo es un campo de batalla interpretativa”, señaló Carlos Ciappina, titular de la cátedra de Historia de América Latina de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.

“Algunas interpretaciones han sido más respetuosas de los hechos históricos y otras han sido poco cuidadosas”, dijo Ciappina a LA CAPITAL     .

“La menos cuidadosa quizá haya sido la que se conoce como la ‘historia oficial’: una revolución casi aséptica, sin pueblo, sin clases populares, casi como un trámite de algunos iluminados. Y en realidad no fue así”, aseguró.

En ese sentido, el docente explicó que, en realidad, “se trató de un proceso de concientización de los criollos blancos y de los vecinos de Buenos Aires, que eran quienes participaban de los cabildos abiertos, y fue también la culminación de un proceso de sumatoria de poderes de los sectores populares, en particular de los regimientos de pardos y morenos, de aquellos que eran un poco los sectores marginales de aquella sociedad colonial y que a partir de la lucha contra las invasiones inglesas habían adquirido también un estatus militar”.

– Es decir que hubo movilización popular…

– La Primera Junta de gobierno fue una emanación de las reuniones del Cabildo de Buenos Aires. Pero este proceso no se dio sólo dentro de las paredes del Cabildo: contó con el apoyo por fuera de (Domingo) French y (Antonio) Beruti, que hoy llamaríamos militantes o agitadores políticos, con un pueblo interesado en lo que estaba pasando allí y con los regimientos, que no demostraron apoyo militar al Virrey que se estaba deponiendo, sino a la nueva Junta de Gobierno.

– Hubo procesos similares durante la misma época en el resto de América Latina, ¿es así?

– Claro, el 25 de Mayo es inentendible sin el contexto regional. Cuando se mira los años 1810 y 1811 en América Latina, se ve que surgieron distintas Juntas de gobierno: la de Buenos Aires, la de Santiago de Chile, la de Caracas, la de Santa Fe de Bogotá, el levantamiento de Hidalgo en México, Artigas en la Banda Oriental, la Junta de Chuquisaca en el Alto Perú (hoy Bolivia), la Junta de Guayaquil (Ecuador)… Hubo todo un proceso continental de desconocimiento de la autoridad real, que en algunos casos dio paso directamente a la declaración de independencia –como en Venezuela y Ecuador- y en otros a un gobierno de transición, en tanto que representaba al rey pero gobernaba sin él. Ése fue el caso de la Junta de Buenos Aires.

“Estamos ante un 25 de Mayo muy triste”

– ¿Qué diferencia hay entre lo ocurrido el 25 de Mayo de 1810 y el 9 de Julio de 1816? Suele haber confusión entre ambos sucesos.

– Eso muestra un poco también el carácter ambiguo de esta nacionalidad. Todos los gobiernos argentinos a partir de la Primera Junta y hasta el Congreso de Tucumán de 1816 gobernaron teóricamente en representación de los derechos del Rey Fernando VII, aunque ninguno de ellos recibió ni aceptó ninguna indicación de ese monarca. Se trató de un caso muy particular, en el que un gobierno independiente no se declaró formalmente independiente. En el Congreso de Tucumán sí hubo una declaración formal sobre todo porque, a esa altura, San Martín había constituido el Ejército de los Andes, se aprestaba a ir a luchar y Chile y luego a Perú, entonces urgía la declaración de independencia.

– ¿Por qué la historia latinoamericana se enseña en general como hechos aislados? Por ejemplo, la revolución continental que encabezaron San Martín y Bolívar aparece como una historia aparte, paralela a los sucesos de Mayo.

– El hecho de enseñarla compartimentada tiene que ver con la posterior conformación de las repúblicas oligárquicas; se pensó a cada una separada de la otra. La idea fue algo así como: ‘nuestra historia no puede ser una historia en común, sino que tiene que estar segmentada, donde cada país hace su historia chiquita’. Y claramente es al revés: para 1815, las revoluciones particulares en América Latina, salvo la de Buenos Aires, habían sido derrotadas. O sea que cuando la independencia fue un proceso regional restringido y separado del resto, fracasó. Tanto fracasó que América Latina fue reconquistada y volvió a caer en manos del dominio español. Pero a partir de 1816 ocurrió lo contrario: cuando Bolívar y San Martín constituyeron ejércitos continentales, el resultado fue la independencia.

– ¿En qué situación política nos encuentra este 25 de Mayo a los argentinos y argentinas?

– La historia nacional tiene recurrencias, procesos que se repiten, nunca idénticos, siempre diferentes pero que reconocen una base común: hay una recurrencia de gobiernos y procesos que buscan mayor autonomía nacional, llamémosle consolidar la Nación, y hay movimientos y procesos históricos que reconfiguran una posición colonial o subordinada de la Nación argentina. El 25 de Mayo de 1810 buscó claramente una mayor autonomía e independencia. En cambio hoy creo que estamos ante un proceso político y social en el cual se está reconfigurando una Nación muy poco autónoma e independiente, no sólo en los hechos, que son graves, sino también discursivamente. Pensemos que, más allá de toda apreciación político partidaria, hemos asistido a un presidente de la República que le pidió perdón al Rey de España y que aseguró que los patriotas se deben haber angustiado durante la independencia. Discursivamente estamos ante un 25 de Mayo muy triste.