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Opinión 15 de febrero de 2019

Extrañando a Marilyn

"Sugar".

Por Raúl “Bigote” Acosta

Instalado sobre el mar contemplo esa diferencia inapelable entre la tranquilidad de aquella Laguna de Guadalupe que conocí y esto, que tan bien representara Ungaretti con un poema de un solo verso. Traduzco. “Mar, me ilumino de infinito”. La Setúbal no apuntaba a la inmensidad, como el mas bello poema marcando la diferencia entre lo chiquito que somos y esa bajamar y pleamar que ni los turistas logran afectar. Los espigones las amansan a las olas, pero no tanto, no tanto.

En las calles del centro marplatense, por las noches, la jugada es una comida rápida y económica y, en lo posible, una obra de Teatro.

Para el Estrella de Mar, el premio artístico del verano, que viene desde la década del ’70 en el siglo pasado, entre todos los rubros (musicales, variedades, teatro, danza, infantiles) hay, anotados, mas 270 espectáculos. Algunos, como son de un día (los recitales masivos) no pueden competir por una estrellita. Se olvidan de anotarse y si no estás anotado no concursás.

El número da una idea de la esperanza y la voluntad. Vivir del espectáculo es contar a la gente algo, pero también conseguir para la pitanza, la comida.

Un premio, varios premios podría llevarse Sugar. Se presenta en el Teatro Neptuno.

Verla fue todo un “volver a vivir”. Solo la veteranía provoca tantos regresos a lo que fue. Sucede.

Estamos comparando cuanto vemos con aquello que conocemos y colocando en anaqueles transitados lo que aparece. Lo nuevo se acomoda cerca de aquello que ya sabíamos. Se corre un poco, no mucho, el mundo conocido.

Sugar es la obra de Peter Stone, el mismo de Charada con una deliciosa jovencita : Audrey Hepburn. El mismo de “Una eva y dos adanes” con Marilyn Monroe, Tony Curtis, Jack Lemon y Joe Brown, nacido en 1891… para que sepamos de que lejanía estamos hablando. “Some Like it hot” se estrenó en el 1959. En rigor todo se debe a Billy Wilder y, acaso, buena parte del cine comercial se debe a Billy. Es un error del programa olvidarlo. El trae a Marilyn y suyi es ése texto.

Marilyn, Marilyn Monroe, por si alguno lo olvidó, fue el mas alto punto de “la rubia tonta” que vence al estereotipo y sí que es rubia y si que no es tonta, nada tonta, pero disimula para sobrevivir en un mundo que de ese modo entiende…y domina. Vi esa película. La recuerdo. Corrijo el concepto, no la puedo olvidar. Es, por tanto, inolvidable
La cita de Joe Brown es porque trae, en aquel filme, el personaje que muestra la mas importante y desfachatada (década del ’50) reivindicación del matrimonio entre personas del mismo sexo. En esta versión, como en aquella, su frase cierra la película. Para entendernos. Desde Casablanca no hay una frase que cierre una película con esa contundencia. “No nos podemos casar, yo soy varón. Yo también. Nadie es perfecto….” La guardaron. La usan en esta versión de aquel texto. Joe Brown nació en el siglo 19, no se si me entiende.

Hace mas de 30 años Susana Giménez hizo el papel de Sugar Kane, aquella Marilyn. Reproducía el alboroto. Se hacía la tonta y no lo era y no lo es. Susana tiene aquello que decía Lorca:”el angel” en el escenario. Triunfó. Sin cantar ni bailar ni ser una figura súper esbelta. Susana es muy gestáltica. El todo supera a las partes. Ampliamente.

En este invierno se presentó la obra en Buenos Aires. Con elenco cambiado al que ensayó y re estrenó en Buenos Aires se presenta en Mar del Plata. Esta vez Susana como capitalista.

Laurita Fernández. Federico D’Elia. Vico D’Alessandro. Gipsy Bonafina (la directora de la “Orquesta de señoritas”, que de eso se trata, del equívoco de varones en una orquesta de señoritas) Leo Trento, Rodrigo Pedreira y Roberto Monje son los actores principales.

Laurita Fernández rinde mas que la Siciliani en el papel de Sugar. Es rubia y baila muy bien. Canta mejor que la Siciliani. Para lograr aquello de la Giménez le falta ese peso específico de “La Giménez” que, por su “ángel”, lograba empatar aquello de la Marilyn. Tal vez le falten años. Igual Laurita rinde en boletería. Es la estrella del musical.

Impresiona por lo mucho, bueno y aceitado de los escenarios, todos móviles. La banda de sonido es un lujito de bronces. A 1000 pesos la platea y 800 en pulman la apuesta a recuperar con las 900 localidades es alta económicamente, pero tienen con que hacerlo. Para eso dos funciones.

La reivindicación del “tap”, el baile con zapatos con chapitas, el vestuario, la “sincro de la coreo” y Laurita que no es la Marilyn ni la Su, pero este es el siglo XXI y por bailar y cantar (tiene ganas y resto) supera el muy bien te felicito. Las señoras salen enamoradas del vestuario. Tienen razón.

Sugar está destinada al éxito en este verano 2018/19. No hay nada que falle. No hay sorpresas. Solo certificaciones. Comedia Musical en la sustancia. Figuras de la tele y el teatro. Y la duración exacta. En menos de dos horas muchas coreos y muchos aplausos. Nadie podría equivocarse si la recomienda. No esperen a Marilyn. Ni siquiera Ernesto Cardenal la puede traer de vuelta.



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