El presidente de FECOBA y vicepresidente de CAME, Fabián Xavier Castillo, dialogó con LA CAPITAL sobre el rol de las PyMEs, la urgencia de sancionar leyes que "aporten solidez" al mundo laboral y la necesidad de generar más trabajo en blanco.
En el marco de su visita a Mar del Plata, Fabián Xavier Castillo, presidente de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA) y vicepresidente de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), habló con LA CAPITAL en el Gran Hotel Provincial sobre la “importancia estratégica” de generar empleo formal y sostenible en Argentina.
Dueño de la fábrica “Yuliano Calzados”, de pie desde 1938 y presidente de la Cámara de Comercio del Calzado, Castillo aprendió el oficio de zapatero de su abuelo de La Coruña. Desde su experiencia, destaca que “la dignidad que da el empleo en blanco es la base de nuestra estabilidad económica y social” y que para fortalecerlo es “indispensable” tener “mayor previsibilidad” mediante “leyes claras” y “un marco estable”.
–¿Qué lectura hace de la situación que viven hoy los comercios en la Argentina?
–Creo que estamos en un momento de transición. Siempre tratamos de alentar y generar expectativas positivas. Nosotros representamos a las PyME: somos el 99% de la producción nacional y el 70% del empleo genuino. Para que haya inversión, necesitamos crear un clima favorable y situaciones positivas, porque si no, no va a haber inversión.
–¿Con qué tienen que ver esas “situaciones positivas” en el contexto económico actual?
–Tienen que ver con ciertas características que debe tener la sociedad. Una fundamental es la previsibilidad. Desde la pandemia hemos atravesado momentos muy complicados, no solo en Argentina, sino en todo el mundo. Queremos que, al levantar la persiana cada día, esa persiana sea más liviana que en los últimos tiempos. Para eso necesitamos leyes claras y un marco estable que impulse la inversión y el empleo. En FECOBA y en CAME realizamos relevamientos y escuchamos a nuestras bases. No nos quedamos solo con nuestra opinión: son cientos de miles de PyME que piden previsibilidad.
–¿Cómo cree que puede lograrse esa mayor previsibilidad?
–A través de leyes que nos den una visión de futuro y un presente más estable. Leyes clave que aporten solidez, como ocurre hoy con los cambios en el mundo laboral. Todos trabajamos con el celular, que se ha convertido en una herramienta imprescindible. La comunicación ha cambiado todo. Yo sigo vendiendo zapatos como lo hacía mi abuelo cuando vino de La Coruña, pero mis hijos incorporaron estas herramientas como parte de la transformación. Por eso impulsamos capacitaciones: necesitamos que la gente se forme, que vea estas tecnologías como un recurso para el trabajo continuo y el compromiso con las nuevas generaciones, que para nosotros es fundamental.
–Recientemente hubo una exposición en CABA donde se reunieron con otros representantes del sector. ¿Cuáles son las mayores preocupaciones en la actividad?
–Una de las principales es la cadena de valor productivo y la presión fiscal. Argentina está entre los países con mayor carga impositiva. Esto genera conflictos a nivel municipal, provincial y nacional. El ciudadano necesita precios justos para consumir y precios de referencia claros, algo que quedó muy expuesto en la pandemia. Se habla de falta de dólares, pero lo fundamental es dar trabajo a la gente. Los estados viven de lo que generamos los sectores productivos y de la empleabilidad en blanco.
–¿La baja de la inflación da mayor previsibilidad? ¿Cómo convive eso con la caída en las ventas minoristas que mes a mes reporta CAME?
–La inflación sigue siendo la espada de Damocles. Afecta desde abajo hacia arriba y se refleja en la pérdida del poder adquisitivo: los sueldos alcanzan para menos. Nosotros no hacemos política partidaria, pero sí políticas de Estado, permanentes y con visión de futuro. Hoy parece estar más controlada. Es clave poder saber hoy a qué precio vamos a comprar mañana, para que la gente confíe, se sienta segura y sepa que no va a perder su trabajo. Lo peor para una persona es perder la dignidad que da el empleo en blanco, base de la estabilidad económica y social.
–Se vienen dos procesos electorales, uno en la provincia de Buenos Aires y otro a nivel nacional. ¿Cuál es su expectativa y qué mensaje envía a las fuerzas políticas?
–Valoramos la democracia como el mejor sistema que existe y creemos que ese compromiso debe sostenerse todos los días. Ya no tenemos que estar tan preocupados por el tema de la inflación. No tenemos que estar más preocupados por si va a haber golpes de Estado o no. Pero no hemos estado ocupados en la generación del empleo. Por eso, la importancia de las leyes que respalden justamente ese crecimiento.
–En ese sentido, ¿qué rol tiene Mar del Plata como polo productivo, industrial y turístico de la Argentina?
–Mar del Plata es mi lugar en el mundo, mi segunda casa. Siento que nací acá, como también mi abuelo, que llegó desde La Coruña. Pasé mi infancia entre Capital Federal y Mar del Plata. Es una ciudad vital, con todo, envidiada en el mundo. Hay hay industria y mucho trabajo articulado. Aquí está la UCIP, con Blas Taladrid, con quien compartimos en CAME el anhelo de generar trabajo.
–¿Cómo se trabaja desde CAME y FECOBA para acompañar a emprendedores, PyMEs y empresarios, y a la vez contribuir en la generación de empleo?
–Escuchar es clave. No solo oír, sino escuchar de verdad. Los dirigentes debemos aprender de los errores para hacer las cosas mejor, dejando de lado los egos y las ideas de “dueño” de las instituciones. Se trata de dejar algo nuevo y construir un futuro mejor. Representamos a cientos de miles de familias que dependen de nuestro trabajo. Esa responsabilidad mayúscula que tenemos sobre nuestros hombros es lo que tenemos que empezar a ver y multiplicarnos.
–¿Eso implica que haya una participación más activa de los empresarios?
–Sin dudas, es lo más importante. Es fundamental que participen. Que el comerciante de la Peatonal San Martín, de Güemes o el empresario del Parque Industrial se acerque a las instituciones y se involucre. Trabajando juntos se logran resultados. Nadie es dueño del trabajo ni de la vida de la gente. Desde FECOBA, por ejemplo, abrimos una escuela de oficios donde formamos trabajadores y en seis meses pueden tener empleo en blanco, porque se vincula a los cursos con la demanda de trabajo y sabemos que cierto sector necesita zapateros, carpinteros o vidrieros, entre otros oficios. Ese es un ejemplo importante de cómo se teje la red que vincula capacitación y empleo.
–¿Qué escenario imagina para los próximos años en Argentina?
–Tengo hijos y también soy abuelo. Y quiero que sientan que esto que hemos hecho en esta época del mundo y de la vida, sirvió para algo. Tenemos el compromiso de trabajar todos juntos y sentirnos que somos protagonistas. La vida es una obra. Lo que tenemos que tratar de hacer es que cada uno de nosotros seamos protagonistas. Acá no tiene que haber actores de reparto. Por eso es importante participar, como permiten la UCIP, CAME, FECOBA y cada organización, pero también en una sociedad de fomento y cada lugar que hace que nos unamos como sociedad. Ahí está el emblema nuestro, que todos somos argentinos y ciudadanos comprometidos con el momento que estamos viviendo.