Felipe Pigna: “La vida de Gardel tiene tintes de novela”
El escritor presentó, en Verano Planeta, el libro al que dedicó más de 2 años de investigación. La relación con su madre, la minuciosa planificación de su carrera siempre mirando a las últimas tecnologías, su imagen, su formación, los mitos y la tragedia en el momento en el que estaba por alcanzar "la fama mundial".
Felipe Pigna en una de las fotos del libro, en el Monumento a Gardel en Toulouse.
Por Claudia Roldós
Carlos Gardel no es un personaje histórico más para Felipe Pigna. Es la voz con la que se crió, la que su madre le dejaba cuando se iba a trabajar, la que su abuelo le relataba, su ídolo.
Tras una investigación de más de dos años, Pigna presenta al Gardel más humano junto al Gardel primer gran mito de la cultura argentina. Al cantor que cambió la historia del tango y al actor que la tragedia se llevó justo cuando estaba por ingresar a Hollywood y a la fama mundial. Al niño que deambulaba por el barrio del Abasto y a la joven estrella que se subía a los escenarios de Madrid, París o Nueva York, en una biografía que tiene ritmo de novela. “Es que la vida de Gardel tiene tintes de novela”, aseguró el escritor, en una charla con LA CAPITAL, en el marco de su histórica participación en el ciclo Verano Planeta, en la que también habló de la relación con su madre, la minuciosa planificación de su carrera, sus amistades, su lealtad, su formación y la tragedia justo cuando, según el historiador, estaba a un paso de “la fama mundial”.
– Más allá de la investigación y el contexto, tu Gardel, tiene ritmo de novela. ¿Esa fue tu idea?
– Es que la vida de Gardel tiene tintes de novela, es muy increíble en muchos aspectos. Me pareció un buen relato, que la gente lo pase bien en la lectura más allá de la investigación y los datos históricos e información del contexto que tienen que estar.
– Sobre algunos aspectos de su vida hay mucha documentación, pero de otros, hay muchas dudas, versiones y oscuros ¿Te resultó difícil seleccionar qué sí, qué no?
– Sí, sí. Por eso tanto tiempo de investigación y de búsqueda. Hay mucho dato confuso, al tratarse de un mito tenés infinidad de versiones sobre el personaje y uno tiene que empezar a dilucidar y ver con qué se va quedando y qué hay de cierto y qué de fantasía.
– Lo de su filiación, es una de esas cuestiones. ¿Cómo la resolviste?
– Circulan muchísimas versiones pero los papeles son muy claros y están en Toulouse. Se pudo establecer la filiación de Paul Lasserre, que se dedicaba a los asaltos a mano armada, fue muy célebre en París y se comportó muy mal con Berta porque la deja embarazada y desaparece.
– Estuviste en el hospital de madres solteras en el que nació Carlos…
– Sí, era un hospital exclusivamente para madres solteras. Pude estar ahí, donde uno ve en los documentos algo muy triste, que la mayoría de las chicas que tenían estos hijos de embarazos no deseados terminaban abandonándolos porque no podían mantenerlos, por la vergüenza que significaban.
– Porque antes las habían abandonado a esas madres, como le pasó a Berta, no solo con el padre sino con toda la familia.
– Efectivamente, por eso es muy valioso lo que hace Berta, asume su maternidad, y lo reconoce legalmente por una partida y después decide venir para acá, porque su futuro en Toulouse era muy complicado, sola, sin dinero, señalada por la sociedad, por su familia.
– De hecho el reencuentro con su familia, muchos años más tarde se da de la mano de un Carlos Gardel ya exitoso.
– Claro, es exactamente así. a partir de que tiene un hijo famoso vuelve a ser querida y la reciben con todos los honores. Pero mientras tanto la cosa no había sido así, realmente.
– ¿Se puede inferir que por todo ese sufrimiento que tuvieron Berta y Carlos, ellos mismos dan versiones tan distintas de cómo fueron ciertos hechos?
– Sí, claro, creo que sí. Pensá lo que significaba para ella contar la verdad… inventa que el marido murió en la guerra, depende quién la entrevista da cuatro versiones distintas de quién era el padre de Gardel. Lo cierto es que la foto estaba en la casa del Abasto que Gardel le compró a Berta. Hay una versión no confirmada de que el padre vino a la Argentina y que Gardel no quiso saber nada con verlo. Es bastante difícil que haya sido cierto porque Lasserre muere en el 21, se habla que vino en el 20, pero el problema es que los papeles de esos años del puerto de El Havre que es el puerto de salida se quemaron. No se puede ni confirmar ni desmentir y es bueno no llenar los huecos con mentiras.
– Desde lo profesional es curioso cómo desde muy joven fue manejando su carrera, planificando sus próximos pasos…
– Sí, es fundamental eso. El no tenía manager, armaba su carrera proyectando lo que le parecía que era lo mejor para él y siempre viendo para adelante. Cuando descubre la radio le da mucha importancia como elemento de difusión. Cuando ve el cine sonoro quiere hacerlo en Argentina y es quien hace los primeros cortos sonoros de la historia argentina en 1930. Y así, siempre en cosas adelantadas para la época y planificando su carrera dándole importancia no solo a las presentaciones sino a los diferentes formatos y a la prensa, porque daba muchísimas entrevistas.
– Incluso desarrolla su proyección internacional solo.
– Claramente, por ejemplo elige como centro de operaciones Barcelona, que es una ciudad muy bien ubicada en Europa, muy bien contactada, que le quedaba relativamente cerca de París y ahí graba, planifica cómo sigue la cosa, mejora mucho la calidad de los discos porque accede al sistema eléctrico de grabación y después hace lo mismo en París.
-En esa planificación, ¿otra motivación era cuidar su voz?
– Sí, es cuando necesita empezar a bajar la cantidad de actuaciones en teatro y radio y dedicarse más a las películas sonoras. Pero se cuidaba la voz desde temprano, sobre todo cuando tiene ese encuentro mágico con Caruso que le dice que no fuerce la voz, que tiene voz más de barítono que de tenor, que tiene que bajar un punto y educar la voz, que es extraordinaria, para cantar en cualquier teatro lírico del mundo. Ahí produce un cambio muy importante, contrata al profesor Bonessi del Teatro Colón quién lo acompaña en sus viajes.
– Ahí despejás otro de los mitos, que era autodidacta.
– Sí, es uno de los mitos, que era un tipo que vivía de farra en farra y eso es relativo. Le daba mucha importancia a su formación, a su cuidado físico, hacía gimnasia todos los días y su mayor capital era su voz y su garganta. Y hay formación académica. Incluso lo que algunos le critican, que es el uso de la n por la r es un recurso muy típico del canto lírico, que lo hacen para darle mejor sonoridad. Y lo dice una profesora del Colón. El eligió su formación, buscando el mejor profesor que había en Buenos Aires en ese momento.
– También queda reflejado que fue muy cuidadoso de su imagen.
– Sí, cuidaba muchísimo su imagen en todo sentido, desde con quién se acompañaba a lo del cuidado personal como la actividad física, la elección de su ropa, incluso impone la moda. Era muy raro que en Buenos Aires la moda la impusiera un cantante de tango, la imponía la clase alta, pero a partir de Gardel los miembros de la clase alta se empiezan a vestir y a peinar como Gardel que venía de los sectores populares, es un dato que me pareció muy significativo.
– ¿Ahí se da el quiebre en la historia del tango?
– Totalmente. A partir de 1917 cuando graba Mi noche triste, que es considerado el primer tango canción, porque hasta ese momento Gardel tenía un repertorio totalmente campero folklórico, incluso tenía cierto resquemor del tango, por eso va de a poco, un tango por año, al principio. Flor de fango, Milonguita, que son los primeros que graba y después si, va a tener un gran repertorio tanguero, aunque nunca abandona el repertorio folklórico.
– Así queda claro que la división tango/folklore no existía…
– Sí, una de las cosas que me importaba remarcar en el libro era eso. No había una división, eran complementarios. Y que al público de él le gustaba tanto una cosa como la otra. Y con público me refiero acá y afuera, porque los mayores éxitos que tenía en Europa era El tirador plateado que era un estilo, una canción campera que era de lo que más le pedían.
– ¿Fue embajador de músicas de nuestro país en épocas en las que no era fácil llevarlas?
– Fue un gran embajador, nos llevó a los lugares más importantes del mundo e hizo conocer nuestra música en todo el mundo.
– ¿Por qué cantó jingles? Fue un pionero en eso.
– Tiene que ver con la familiaridad que tenía con la radio, era muy requerido por las radios, tuvo programas en París, Barcelona, Nueva York y acá. Empezó a ser requerido por las marcas para los jingles, no le gustaba mucho, pero evidentemente le dejaba buenos dividendos.
– La administración de sus ingresos no era su fuerte.
– Le costaba lo económico, por un lado, porque era un tipo muy generoso, muy mano abierta y hay gente que siempre se aprovecha de una persona generosa y, por otro lado, por el vicio de las carreras de caballos, donde también se le iba mucha plata. Eran dos elementos de fuga importantes. Además de que no tenía conciencia del dinero que tenía. Hay una anécdota muy graciosa en la que le pregunta a su administrador, Defino, cómo podía hacer para conseguir 5.000 pesos y Defino le dice, ‘hacés un cheque y lo cobrás, porque en el banco tenés 90 mil’. Sí se hacía valer, pero le daba poca importancia a lo material.
– La radio fue su punto de contacto con Buenos Aires aun estando lejos. Transmitió en vivo.
– Fue la primera vez que se hizo un dúplex entre Nueva York y Buenos Aires en 1934. El cantó a capella desde los estudios de la NBC, acá en radio Splendid estaban los guitarristas y por una tercera radio salía el sonido compaginado de la voz y las guitarras. Fue una cosa completamente innovadora que se le ocurrió a Gardel.
– ¿En esa época de Nueva York y la gira que terminó en tragedia ya era lo que hoy se consideraría una estrella?
– Totalmente, donde llegaba había miles de personas esperándolo, en Puerto Rico hay 5.000 personas en el muelle, en Bogotá casi no puede aterrizar el avión porque la pista estaba repleta de gente.
– ¿Se puede hacer una proyección de a dónde podría haber llegado si no hubiera ocurrido el accidente fatal?
– Sí, sin faltar a la verdad, porque después de esa gira venía el regreso a Estados Unidos para su primera película en inglés, en Hollywood, y contrato con la NBC para su propio programa en inglés. Iba a ingresar al mercado mundial, además del latino que ya tenía. Sin especular, sino con datos, venía un Gardel de fama mundial.
– ¿Podría haberse convertido en algo así como lo que fue/es Maradona?
– Absolutamente.
Los documentos fotográficos que incluye en “Gardel”:
La grabación de Un tango en Brodway.
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