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La Ciudad 14 de junio de 2022

Fin de un tabú y nuevos clientes: aumentó la venta en los sex shop de Mar del Plata

La compra de los productos eróticos crece en la ciudad. Los artículos se diversifican, evolucionan y cada vez son más las personas que se muestran interesadas en adquirirlos.

La venta en los sex shop de Mar del Plata aumentó durante la cuarentena estricta decretada por la pandemia de coronavirus y esa tendencia se mantiene hasta la actualidad, revelaron desde el sector que durante años fue tomado por gran parte de la sociedad como un tabú, pero que cada vez es más aceptado, por lo que a diario suma nuevos clientes.

Con el objetivo de mantener viva la pasión de una pareja, o simplemente para el goce personal, la monotonía generada por el aislamiento empujó a muchas personas a volcarse a un mercado en el que las compras solían realizarse en secreto, pero que con el correr del tiempo esa tendencia parece modificarse.

“Por suerte la venta viene bastante bien”, comentó Mónica, la encargada de un sex shop ubicado en el primer piso de una galería de la peatonal San Martín al 2600 y confirmó que “en la pandemia se notó bastante una alza en las ventas”.

En la misma línea se pronunció Leonardo, el dueño de una boutique erótica ubicada en la calle San Lorenzo, entre Güemes y Olavarría, quien también aseguró que durante el aislamiento “se incrementó la venta”.

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“En la cuarentena, al no poder salir, la gente aprovechó el tiempo que estaba en casa, más las tiendas online, como para hacerse de este tipo de productos”, recordó y destacó que en el último Hot Sale registraron que “mucha gente” compró a través de su tienda virtual.

A su vez, Mónica destacó: “Personas que quizás nunca habían usado nada empezaron a venir”. “Tenemos muchos clientes nuevos”, celebró y destacó: “La pandemia no nos perjudicó y las ventas se mantuvieron”.

“Es un viaje de ida”, graficó la comerciante para explicar la “evolución” que observan en los compradores primerizos. “Generalmente arrancan solo con un gel y después vuelven por otra cosa. Vienen tímidos al principio y después se sueltan al sentirse cómodos con la atención”, afirmó.

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En este marco, ambos coincidieron en que es prácticamente imposible establecer el perfil de un cliente de un sex shop, debido a que personas de todos los sexos y edades se vuelcan a comprar estos productos que cada vez se diversifican más.

Productos

“Hoy el sex shop va mucho más allá de lo que sería un vibrador o un consolador con forma de pene. La estructura del sex shop en sí ha cambiado muchísimo”, indicó Leonardo, en referencia a que en estos locales también pueden encontrarse geles íntimos, preservativos, aceites corporales saborizados para masajes, velas para ambientar un espacio, juegos de mesa, lencería, disfraces, perfumes afrodisíacos y artículos tecnológicos para la estimulación, los cuales pueden manejarse a distancia desde cualquier parte del mundo a través de una aplicación, entre tantos otros.

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Los juegos de mesa, uno de los artículos más vendidos de los sex shop.

“El producto estrella son los lubricantes o algo para masajes, para estimular el ambiente. Es más el tema erótico enfocado a pasarla bien”, afirmó Leonardo.

“Los clientes son variados, tenemos de todo”, agregó Mónica y comentó: “Viene mucha gente grande y también vienen jóvenes”. “Tengo clientas de 60 años que se llevan disfraces y también viene mucha pareja joven por lo mismo”, indicó.

En tanto, Leonardo contó: “Tenés de todo, desde la persona mayor que está con ese miedo o tabú de comprar este tipo de productos, la gente de 35 para abajo que entra mucho más confiado o las parejas que buscan un juguete para divertirse entre ellos y la cosa es muy distinta”.

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Un anillo vibrador para que el hombre estimule a su pareja.

Evolución

La concepción habitual que suelen tener las personas sobre un sex shop es un local oculto en alguna galería y al cual los clientes ingresan en secreto a realizar alguna adquisición.

Sin embargo, en cada vez más partes del mundo, como en la Ciudad de Buenos Aires, es habitual encontrarse con que estos comercios comenzaron a ubicarse con vidrieras a la calle, donde las personas ingresan sin ningún tipo de pudor a comprar o simplemente a ver y averiguar sobre la mercadería, como suele pasar en los comercios de los demás rubros.

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Con esta premisa, Leonardo abrió hace más de un año una boutique erótica en la zona de Güemes y aseguró que por el momento las ventas en el local marchan “bien”.

“La mayoría de los Sex Shop siempre están en la zona del centro y en galerías, pero nosotros hemos cambiado un poco el estilo y hemos abierto un sex shop a la calle y la verdad que nos llevamos una sorpresa, porque la gente estaba pidiendo este tipo de productos en lugares más abiertos y luminosos, distinto a lo clásico”, comentó el comerciante.

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Leonardo, dueño de una boutique erótica de la zona de Güemes.

En este sentido, agregó: “Hoy ya las nuevas generaciones vienen en parejas a comprar o chicos jóvenes que ya saben a través de nuestra tienda online cuál es el producto que buscan”.

En la misma línea se pronunció la vendedora del local de la galería de la peatonal San Martín: “Mucha gente se piensa que es algo raro, pero se va rompiendo ese tabú”. “Notamos una evolución en ese sentido”, dijo.

Precios

Obviamente los sex shop, como cualquier otro comercio, no escapan a la inflación y los precios de los productos varían según si son de fabricación nacional o importados.

“Tratamos de ir manteniendo el precio. Los productos importados van subiendo porque están atados al dólar. Tratamos de ganar menos y seguir manteniendo la clientela. Estamos en un 30% de inflación anual, salvo casos de productos puntuales que han subido más”, señaló Leonardo, el dueño de la boutique de la zona de Güemes.

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Al respecto Mónica, la vendedora del local de San Martín al 2600, detalló que actualmente “un vibrador con forma de pene puede adquirirse a partir de los 3300 pesos, un doble estimulador empieza en 3490 y los anillos que se coloca el hombre para estimular a su pareja salen 4975”.

Por su parte, Leonardo indicó que en su comercio “un gel cuesta desde 600 pesos en adelante y lo que es tecnología cinco mil pesos en adelante”. “Hoy la gente se vuelca a esos productos, lo clásico, el consolador y vibrador en forma de pene, es lo que menos se vende”, concluyó.