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Francisco abre su reforma de la Curia a la discusión

El papa encabezará dos jornadas de trabajo a las que convocó a más de 100 cardenales de todo el mundo, entre ellos los argentinos Luis Héctor Villaba, Mario Poli y Leonardo Sandri.

El papa Francisco reunirá este lunes y martes en el Vaticano a más de 100 cardenales de los cinco continentes para reflexionar sobre la nueva Constitución Apostólica, “Prediquen el Evangelio“, promulgada en marzo tras más de siete años de trabajo y con la que sentó las bases para la reforma de la Curia y la organización de los organismos de la Santa Sede.

El pontífice encabezará las dos jornadas de trabajo a las que convocó a los purpurados para presentar y abrir a la discusión general la nueva Carta Magna vigente desde el 5 de junio que, entre otros puntos, reduce el número de ministerios y da prioridad a los organismos encargados de la caridad y la evangelización.

Los cardenales, entre ellos los argentinos Luis Héctor Villaba, Mario Poli y Leonardo Sandri, se dividirán en grupos por idiomas y trabajarán en sesiones por la mañana y por la tarde.

La participación del pontífice, plantearon fuentes vaticanas a Télam, se reducirá a un discurso inaugural breve y a su presencia durante las reuniones de discusión general. El martes 30, a las 17.30 (12.30 de Argentina), el Papa presidirá en la Basílica de San Pedro la Misa conclusiva de la reunión de trabajo, informó el Vaticano.

El objetivo de la reunión, de la que también participarán miembros de la secretaría de Estado vaticana, es promover la discusión de la nueva Carta Magna que reorganiza la Curia romana, promulgada el pasado 19 de marzo y con la que reemplaza a la vigente Pastor Bonus, de 1988, tras una redacción que insumió más de siete años de trabajo del Papa y su consejo asesor.

La Constitución apostólica, con la que el Papa rediseñó el organigrama de la Curia y formalizó los nuevos organismos que creó en su pontificado, incorporó además todos los avances normativos dispuestos por el pontífice en temas como la lucha contra los abusos en la Iglesia y las nuevas estructuras para evangelización y desarrollo humano.

De la reunión de lunes y martes participarán además los 19 cardenales que el Papa creó este sábado, incluidos cuatro latinoamericanos, en un acto que volvió a marcar la preferencia del pontífice por los purpurados provenientes de las denominadas periferias y que elevó la cantidad de países representados en el Colegio Cardenalicio a 69, el máximo en la historia de la Iglesia.

Entre las reorganizaciones generales que marcó con la nueva Constitución Apostólica, el Papa enfatizó la necesidad de reducir la cantidad de Dicasterios, como se conoce a los “Ministerios” de la Curia, ya que “era necesario reducir el número de dicasterios, uniendo aquellos cuya finalidad fuera muy similar o complementaria, y racionalizar sus funciones con el fin de evitar la superposición de competencias y hacer más eficaz el trabajo”, según marca el artículo 11 de la Carta Magna.

La de lunes y martes será la segunda reunión mundial de cardenales convocada por el Papa, que en febrero de 2014 ya reunió en el Vaticano a purpurados de todo el mundo para debatir sobre la familia, en ocasión del Sínodo sobre el tema de ese año y 2015.

Según la nueva Constitución, de 250 artículos, todos los organismos vaticanos pasaron a igualarse canónicamente como Dicasterios, en reemplazo de las antiguas denominaciones de Congregación o Pontificio Consejo.

Las únicas dos instituciones que son denominadas como Secretarías, directamente dependientes del Papa, son la de Estado, a cargo actualmente del cardenal italiano Pietro Parolin, y la de Economía, comandada por el jesuita Juan Antonio Guerrero Alves, que quedaron así con un rango superior al del resto de las oficinas.

En el plano de los Dicasterios, la mayor novedad es la creación de uno dedicado a la Evangelización, que está presidido directamente por el Papa, y que tiene una estructura con dos “pro-prefectos”, aún sin nombramiento.

Otro cambio de peso es la elevación de la oficina de Limosnería a Dicasterio para el Servicio de la Caridad, el brazo ejecutor de las obras directas del Papa con pobres y refugiados, que sigue con el cardenal polaco Konrad Krajewski a la cabeza.

En el área social, Francisco dispuso además que haya un nuevo Dicasterio para la Cultura y la Educación, que absorberá a la Congregación para la Educación Católica y al Pontificio Consejo para la Educación.

Este domingo, el Papa visitó la ciudad italiana de L’Aquila, aún en reconstrucción parcial tras el terremoto que sufrió en 2009, desde donde llamó a los pobladores “caminar juntos con la riqueza espiritual, cultural y social de la comunidad cívica y de la comunidad eclesial”.

“El renacimiento personal y colectivo es un don de la gracia y es también el resultado del compromiso de todos y cada uno. Es fundamental activar y fortalecer la colaboración orgánica, en sinergia, de instituciones y asociaciones: una armonía laboriosa, un compromiso con visión de futuro”, planteó en un encuentro con sobrevivientes al terremoto y habitantes de la ciudad en la Plaza de las Armas local.

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