Arte y Espectáculos

Gabriel Rolón: “Para analizarse hace falta ser muy valiente, renunciar a la omnipotencia”

El psicoanalista, escritor y actor retomó "Entrevista abierta" en una temporada de invierno muy diferente a la que tenía planificada. "Me gusta el desafío de pensar las respuestas en tiempo real", confió antes de un nuevo encuentro con el público.

Por Claudia Roldós

“Mi compromiso es con la honestidad” asegura Gabriel Rolón. Con esa premisa se apresta a volver a analizar temas propuestos por el público en “Entrevista Abierta”. Por supuesto, este ciclo que supo darle satisfacciones en teatro, ahora es virtual y tendrá un nuevo encuentro este sábado a las 19.

“Para analizarse hace falta ser muy valiente, renunciar a la omnipotencia, tener el coraje de pedir ayuda”, entiende el psicoanalista, escritor y actor que, como todos, recibió el impacto de la pandemia y el aislamiento social y preventivo que lo llevó a suspender numerosos planes.

Reactivar estas entrevistas en las que lo asiste su pareja, Cynthia Wila, fue una forma de mantener la adrenalina del vivo, aunque sin pisar el teatro.

Para Rolón la cuarentena “fue un golpe duro” después de la exitosa temporada en Mar del Plata con “El lado B del amor”, en la que “como equipo de trabajo habíamos alcanzado un punto óptimo, teníamos por delante un horizonte soñado. Toda una temporada en el Espacio Multiteatro junto a Carlos Rotemberg y una gira nacional”. Reconoce que no haber podido concretar ese proyecto “generó una gran frustración” pero “la vida tiene imprevistos, situaciones indeseadas y hay que estar a la altura de las circunstancias”.

– ¿Cómo lidia con el cambio de vida que nos obligó a hacer la pandemia?

– En lo personal me llevo bastante bien. A lo largo de la vida tuve que aprender a adaptarme a situaciones cambiantes y me pude acomodar al aislamiento. Comencé a trabajar on line con mis pacientes, me volqué a la escritura de mi próximo libro, me animé a este formato de teatro virtual y, básicamente, me apropié de mi tiempo e intento llenar cada día de actividades que me hagan sentir que sigo vivo. He tomado cada cosa que me sirva para encontrar un poco de placer en una realidad tan difícil.

– ¿Retomar “Entrevista Abierta” es un recurso para sentir menos el parate obligado fuera del escenario?

– Sí. La primera vez que lo hice no creí que iba a sentir la adrenalina que se genera antes de una función. Pero sucedió. Otra cosa extraña que me pasó es que en un momento entendí que estaba hablándole al público, me recorrió esa sensación y comencé a disfrutar. Mentiría si dijera que es lo mismo. No es así. Nada reemplaza el contacto especial que se da en un teatro. Pero no debemos esperar que suceda lo mismo sino entregarnos a descubrir esta nueva experiencia.

– ¿Contribuye la virtualidad a que los espectadores estén más abiertos a la sinceridad, a plantear cuestiones más íntimas?

– Por lo general, nunca tuve inconvenientes con ese tema. Quizás un poco al comienzo de las funciones, pero a los pocos minutos, al ver el respeto con el que todos encaramos los temas, el público se animaba, levantaba la mano, pedía el micrófono y preguntaba. En este formato nuevo las preguntas las voy recibiendo algunos días antes y también por chat en el momento. Cynthia (Wila) se encarga de ser la voz de la gente. Le pido especialmente que no me anticipe las preguntas para estar obligado a pensar en vivo. Me gusta el desafío de pensar en tiempo real junto con quienes están participando de la entrevista.

– Esta modalidad ¿es una forma también de compartir en comunidad sentires, pesares? ¿Identificarse?

– Algo de eso hay. No tengo todas las respuestas ni lo pretendo. Pero estoy abierto a todas las preguntas porque tengo muchas ganas de pensar, de reflexionar sobre las emociones humanas y las situaciones que debemos enfrentar a diario. Temas de pareja, de padres e hijos, laborales… sobre nuestros proyectos, nuestros duelos. Y por supuesto, de alguna manera eso nos acerca. ¿Quién no ha sufrido por amor, por perder un ser querido, porque las cosas no salen, hoy, por la distancia con los seres queridos? Los temas de “Entrevista abierta” tienen esa característica paradójica: son a la vez muy íntimos y muy universales.

– ¿Pueden funcionar este tipo de obras como una forma de animarse, de reconocer que uno no puede solo y abrir una puerta a una terapia?

– Es fundamental perder la idea de que tenemos de poder todo solos. Algunos piensan que al psicólogo van los débiles. Te juro que es al revés. Para analizarse hace falta ser muy valiente. Estar dispuesto a renunciar a la omnipotencia, admitir que sufrimos y tener el coraje de pedir ayuda. Si con mi trabajo, ya se trate de mis libros o mis obras, ayudo a concientizar a alguien de esto, siento que he cumplido.

– ¿Cómo gestiona las respuestas que debe dar cuando intuye que no son las que quien pregunta espera, o quiere escuchar?

– Es una linda pregunta la tuya. Casi siempre comienzo avisando acerca de esto. Mi compromiso es la honestidad. Y muchas veces, en busca de esa honestidad, debo responder cosas que sé que no son las que quiere escuchar quien me hizo la pregunta. Pero no se trata de que la gente salga feliz de estas entrevistas, sino que salga pensando. Que se lleve una emoción o un pensamiento que no tenía al entrar.

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