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La Ciudad 2 de junio de 2020

Gastronómicos harán una “puesta en escena” para mostrar el protocolo

Será mañana a las 11 y la muestra estará habilitada para autoridades municipales y medios de comunicación. La iniciativa funcionará como la antesala a la prueba piloto.

Empresarios gastronómicos realizarán mañana una “puesta en escena” para demostrar el funcionamiento del protocolo sanitario consensuado con el municipio, en lo que podría ser la antesala a la prueba piloto para todo el sector.

La iniciativa, que tendrá lugar a las 11 en la sucursal de Adorado Bar ubicada en Diagonal Pueyrredon, no será abierta al público y tendrá como únicos comensales a autoridades municipales, mientras que se autorizará el ingreso a los medios de comunicación para registrar el procedimiento.

“Esto será como una puesta en escena donde se va a mostrar cómo se tiene que desempeñar el mozo, cómo tiene que ser recibido el cliente y las distancias. Después de esto sí estaríamos en condiciones de pensar una prueba piloto”, señaló a LA CAPITAL el empresario gastronómico Hernán Szkorhal, quien aseguró que la decisión terminó de acordarse ayer con el secretario de Producción, Fernando Muro.

Las conversaciones entre el municipio y el sector de la gastronomía fueron en aumento en los últimos días. Con más de seis reuniones en el último mes y cerca de cinco protocolos propuestos para la actividad, en las últimas horas se arribó a un consenso general respecto uno de los documentos, el cual estaría elevándose a las autoridades provinciales en las próximas horas.

A diferencia de lo que ocurrió con los locales comerciales, cuyo protocolo se puso a prueba con los clientes habilitados a participar, las particularidades de la gastronomía obligó a sumar un paso más al proceso de habilitación: un simulacro de atención al público.

De todas maneras, Szkorhal aseguró que la prueba piloto con clientes “está cerca” y no debería pasar de “esta semana o la próxima”. Según señaló, existen algunos detalles que aún restan definir pero la prueba podría ser por “cuatro días”.

Además, el empresario compartió algunas de las medidas que podrían implementarse en el sector. Si bien en un principio se habló de un reapertura al 30% de la capacidad de los locales, la normativa que llegaría a Gobernación hablaría de dos medidas posibles de separación: mantener los 1,5 metros de distancia entre las mesas o, en el caso de los comercios más pequeños, la colocación de una “mampara separadora”.

“Eso implicaría trabajar a cerca del 50% de la capacidad, tanto dentro del local como afuera”, señaló y aseguró que también se aplicarían “facilidades” en los permisos para el uso del espacio público.

Por otra parte, indicó que sólo se permitirá “el máximo de cuatro personas de un mismo círculo familiar por mesa”. “Solo flexible a cinco o seis de tratarse de una familia más numerosa”, agregó.

En este sentido Szkorhal aseguró que “sólo después de la prueba piloto podremos pensar en una reapertura” de la gastronomía, al tiempo que aclaró que esto solo será posible “en tanto no tengamos un aumento de casos”.

La aclaración pareciera salir de la boca del propio Guillermo Montenegro, ya que el intendente no duda en aclarar en cada reunión o comunicación con la prensa que no dudará en dar marcha atrás con las habilitaciones si la situación sanitaria de Mar del Plata y Batán empeora.

De todas maneras, la “puesta en escena” y el debate por la reapertura de la gastronomía llega a una semana del último caso confirmado de coronavirus en la ciudad y con un descenso en los casos activos: en los últimos días se recuperaron seis personas y hay en la ciudad solo cuatro casos en tratamiento.

Más allá del entusiasmo del sector en las últimas horas (desde hace más de dos meses que trabajan únicamente con delivery, modalidad que, aseguran, les brinda un ingreso “mínimo”), referentes no dejan de advertir la importancia de que los subsidios económicos no mermen.

“Llega a desaparecer el ATP, esta oportunidad sería inviable. El temor que tenemos es que se pierda el beneficio, porque los costos están disparados al cien por ciento y nosotros no sólo vamos a poder trabajar a menos capacidad y sin poder aprovechar los picos de trabajo de los fines de semana, sino que sabemos que se viene una recesión económica importante que vamos a tener que manejar”, concluyó Szkorhal