La Ciudad

Gastronómicos reclaman que les permitan reabrir para no fundirse

La protesta se produce en una semana con fuertes protestas de los comerciantes de productos no esenciales. Además de la reapertura solicitan un auxilio del Estado.

“Gobernador, nos fundimos”, decía uno de los carteles que llevaron los gastronómicos a la protesta que realizaron hoy por la mañana frente al Palacio Municipal para que los exceptúen del aislamiento social, preventivo y obligatorio.

El reclamo se produjo en el marco de una semana con fuertes protestas de los comerciantes de productos no esenciales. Algunos de los manifestantes asistieron con sus instrumentos de trabajo, como cacerolas o bandejas, que hicieron sonar con insistencia.

Empresarios y trabajadores del sector se unieron en esta manifestación que durante más de una hora mantuvo el tránsito cortado en Luro e Hipólito Yrigoyen e hizo sentir el malestar que reina en la gastronomía frente al impacto económico de la pandemia por Covid-19.

La mayoría planteó la necesidad de poder reabrir sus locales al menos al 30% de la capacidad instalada, pero además insistieron en que esa alternativa solo es viable si viene acompañada con ayudas económicas garantizadas por parte del Estado por al menos seis meses.

Autoridades municipales recibieron cerca del mediodía a un grupo de los empresarios gastronómicos, quienes plantearon su situación, dialogaron sobre los modelos de protocolo que están elaborándose y pidieron que se arbitren los medios necesarios para poder reabrir. La decisión, sin embargo, dependerá de la Provincia de Buenos Aires.

El riesgo de abrir

No solo volver a abrir es lo que preocupa a los empresarios gastronómicos, sino -aclaran- lo que esto implique sin medidas que ayuden a sostener los costos.

“Si abrimos al 30% pero los costos (tarifas, cargas sociales, alquileres, etcétera) siguen al 100%, se va a hacer imposible, porque ya de esta manera nos estamos endeudando”, indicó Pablo, responsable de dos cafés en la ciudad.

En este sentido, el sector solicita que el Estado extienda por al menos seis meses la entrega de ATP para ayudar a pagar los sueldos.

Algunos reclaman también que se pongan a disposición “créditos blandos” para contribuir a sobrellevar la situación.

Sumado al protocolo que el sector implemente, se espera que -tanto por cuestiones económicas como por prevención- la gente no se vuelque masivamente a la gastronomía cuando el sector reabra, y eso, aseguran, es también un riesgo por la relación costos-ganancias.

Al respecto, Eduardo, quien administra tres negocios, planteó que “la situación es muy complicada” y que “no hay tanta ayuda del Gobierno como dicen”, por lo que “no vemos un horizonte cercano”.

“El sector genera mucho trabajo y es importante que se active el protocolo. Pero mucho dependerá de la seguridad sanitaria y del comportamiento de la gente. Al marplatense le gusta salir a tomar un café, una cerveza, ir a cenar, pero para eso deberán aplicarse y respetarse las medidas, porque nada volverá a ser como antes”.

Trabajo informal

“Cobré el 50% del sueldo, lo del gobierno, no se cómo ni cuando me van a pagar la otra parte”, comentó Marcos, empleado de un café, en medio de la protesta, junto a algunos de sus compañeros.

Sebastián, mozo de otro local, manifestó: “Nosotros estamos en negro, como muchos en nuestra actividad. Y por eso el Estado no les puede pagar el ATP a los dueños. Me dieron una parte del sueldo y no sabemos cómo sigue todo, estamos muy preocupados”.

En el sector gastronómico persiste un gran cantidad de trabajo en negro, algo que UTHGRA intenta hace años revertir. Referentes del gremio asistieron a la manifestación en apoyo a los trabajadores.

Delivery y take away

En las últimas semanas el Gobierno nacional volvió a permitir el delivery y la modalidad para llevar (take away) en los locales gastronómicos, lo que significó un “mínimo alivio” en un comienzo pero, con el correr de los días, “quedó en evidencia que no alcanza”.

Hernán, quien administra tres locales gastronómicos en la ciudad, señaló que “algunos están teniendo que cerrar sus puertas” y que “la crisis se ha precipitado en las últimas dos semanas”.

“El delivery funcionó al principio cuando la gente tenía todavía dinero en los bolsillos, pero después cayó estrepitosamente“, dijo.

Asimismo, “en lo que hace al take away, en la cafetería prácticamente no sirve, porque no se puede consumir en la calle”, explicó. La mayoría coincide en que estas alternativas no reemplazan “para nada” al local en pleno funcionamiento.

El costo del protocolo

Todavía no hay un protocolo unificado para que la gastronomía reabra, pero sí algunos modelos. Todos establecen medidas de prevención que deberán instalarse en los locales, algo que también preocupa a los empresarios.

“Esto es una olla a presión y un laberinto sin salida hasta que esté la vacuna y la gente pueda salir”, apuntó Tomás, responsable de una cadena de locales del rubro.

“El protocolo en algún punto es inviable, carísimo, porque tendremos que colocar mamparas, divisiones, los empleados van a tener que bañarse dentro del local, usar mascarillas, guantes, cofias, hacer turnos rotativos y pagarles el traslado en remís porque no podrán usar el transporte público, entre otras medidas”, indicó.

En ese sentido, remarcó que “es urgente la ayuda del Estado, tanto para mantener los ATP como para morigerar los impuestos municipales y provinciales”.

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