La Ciudad

Grindetti: “Veo a la clase media muy castigada por este gobierno”

El intendente de Lanús dijo que "gran parte tiene trabajo y es pobre". Pero aseguró que "hay una oportunidad" de cambiar las cosas". También cuestionó la "discriminación" de la Provincia a municipios opositores y afirmó que la generación de pobreza "es funcional" al kirchnerismo.

Por Ramiro Melucci

El intendente de Lanús, Néstor Grindetti, no niega que le gustaría ser gobernador. Pero aclara que no es momento de hablar de postulaciones. En cambio, está convencido de que hay que recorrer la provincia para “estar cerca de la gente”.

En ese marco se inscribió su visita a Mar del Plata, que fue cronológicamente de la política al fútbol: llegó para el encuentro que organizó la Fundación Pensar, siguió con la firma de un convenio con el intendente, luego con un encuentro con manzaneras, y terminó con una visita a una peña de Independiente (es candidato a vicepresidente en las elecciones del club de Avellaneda por una de las listas opositoras).

En una entrevista con LA CAPITAL, el dirigente del PRO lamentó la “discriminación” del gobierno de Axel Kicillof a los municipios de Juntos, sobrevoló la interna de su partido, acusó al Gobierno de no “ajustarse el cinturón” para ponerle un freno a la inflación y puso el acento en los padecimientos la clase media. “La veo muy castigada por este gobierno. Gran parte es pobre. Tiene trabajo y es pobre”, afirmó.

Sin embargo, buscó llevar un mensaje de esperanza, cifrado en las elecciones del año próximo. “Hay una oportunidad. No nos dejemos caer. La ciudadanía tiene que exigirle a la política que se encargue de esas oportunidades y de votar al que le proponga algo como alternativa a esto que tenemos: un gobierno que deja que el barco vaya a la deriva en el medio de la tormenta y no tiene plan”.

–En esta recorrida por la provincia, ¿con qué se está encontrando?

–Estoy confirmando las diferentes realidades regionales que requieren que uno esté haciendo esto. Veo un conurbano cuya problemática es la inflación y la inseguridad. Cuando voy hacia el interior productor agropecuario veo la inflación y la imposibilidad de desarrollo de la economía producto de un pie del Estado pisándole la cabeza y no dejándolo crecer. Cuando vengo a esta zona turística veo la problemática del ciclo turístico. Por ejemplo, en Pinamar me dijeron que después de la temporada les sacaron la policía. Y a nivel global veo un gobierno que no termina de ver esto y que quiere centralizar cada vez más, lo que lo hace perder contacto con la realidad y equivocarse en muchísimas medidas.

–Hoy la problemática que cruza todo es la inflación. ¿Por qué ningún gobierno la puede solucionar’

–Es una buena pregunta porque yo tengo 67 y ya las viví todas. Desde el Rodrigazo para acá, fueron todas terribles y volvemos a cometer el mismo error. Cuando uno analiza el momento en que se desmadra el tema, ve que pasa siempre lo mismo: aumentamos el gasto público, el déficit. Estamos distribuyendo la riqueza que no generamos. Todos los países, cuando viene el ciclo negativo, ajustan el cinturón. Hoy, Europa, a la que le está faltando gas por la guerra, aumenta el precio del gas y trata de bajar el consumo. Estas son situaciones a las que las sociedades están acostumbradas. Acá, un gobierno populista y berreta como este distribuye lo que no tiene y termina emitiendo dinero y negando una cosa que está en el capítulo uno de los manuales de economía: que la emisión de dinero sin crecimiento genera inflación. Como yo tiendo a no subestimar a la gente, me hace pensar que lo hacen a propósito. Y que esta generación de pobreza es funcional a este estilo de gobierno.

–¿No cree que lo hacen para proteger a sectores que quedan desprotegidos?

–En apariencia es eso. Le aumentaron 15% a los jubilados. Y al otro día anuncian un 7% de inflación. Ya se fue la mitad. Y además ese aumento de los jubilados retroalimenta a la inflación. Yo no digo que no hay que aumentarles a los jubilados. Digo que miremos por otro lado y empecemos a hacer cosas que generen un círculo virtuoso en la economía. Por ejemplo, que el Estado le saque el pie de la cabeza al campo, que lo deje exportar y genere divisas. Ellos dicen que en el campo son todos terratenientes malos, pero son todas pymes que están sufriendo la mochila tremenda que es el Estado argentino.

–¿En qué consistió el ajuste que hizo en Lanús?

–Hicimos un ajuste porque estábamos en plena negociación paritaria y quisimos dar una demostración de austeridad en aquellos lugares donde podemos. Cortamos todos los viajes al exterior, compras de automóviles cero kilómetro, pases a planta, incorporación de cargos políticos. Así como nosotros les pedimos a los trabajadores que se ajusten, también ajustamos algunos gastos que en otro momento no son superfluos pero que, frente a la crisis que estamos viviendo, pueden parecerlo.

 

 

–Esta semana hubo un pronunciamiento de los intendentes del PRO con respecto a la “discriminación” en el reparto de los fondos que vienen de la Nación a la Provincia. Sin embargo, la Provincia dice que no hay discriminación.

–Hay que decirlo bien claro: la coparticipación nacional y provincial fluye automáticamente. El Fondo de Infraestructura Municipal, que está acordado con los municipios a través de convenios para obras, también está empezando a llegar. Tarde, con demora, pero llega. Nosotros no nos referimos a esos fondos. Hablamos de fondos discrecionales que el Gobierno nacional le manda a la Provincia, que no son coparticipables y que la Provincia también maneja con discrecionalidad. De esos fondos, Lanús, Tres de febrero o La Plata no están recibiendo nada.

–¿Los municipios del Frente de Todos sí?

Por lo que vemos, entendemos que sí. Es cuestión de ver la contabilidad.

–El jefe de asesores del gobernador, Carlos Bianco, dijo que a usted le falta memoria y también se preguntó por qué extraña razón hay que coparticipar recursos que no son coparticipables por ley.

–La extraña razón es porque todos necesitamos fondos. Si no los van a drenar hacia la gente, que expliquen para qué los van a usar. Por eso hay que hablar con claridad.

–¿Para usted no hay duda de que hay una discriminación?

No, no hay duda. Ya estuvimos hablando con nuestros diputados para presentar un proyecto de ley para que esos fondos discrecionales sean coparticipables, O por lo menos una parte de ellos, hasta que se ordene la coparticipación. Eso sería lo más justo. Porque la verdad que la inflación nos afecta a todos. Así como afecta a la vecina de la esquina, afecta al municipio porque los salarios y los productos nos aumentan. Además, porque los municipios cada vez nos hacemos cargo de más temas que no son técnicamente del municipio. Por ejemplo, de armar un centro de monitoreo, poner 1000 cámaras, 8000 botones de pánico, 60 móviles de seguridad ciudadana, como sucede en Lanús. Un montón de cosas que estamos cubriendo más allá de lo que son las obligaciones legales.

–¿Cómo está la relación con el gobernador? Se comenta que hubo momentos tensos con los intendentes del PRO.

–Hay momentos realmente tensos, pero yo personalmente tengo una relación cordial. Hablo con él, pero estoy centrando mi relación operativa con su cuerpo de ministros, sobre todo con (el jefe de Gabinete) Martín Insaurralde, (el vicejefe) Juan Pablo de Jesús, (el ministro de Infraestructura) Leonardo Nardini. Gente que por haber sido intendente entiende bien cuál es la problemática.

–A propósito, ¿cree que es hora de que un intendente sea el candidato a gobernador de la oposición?

–Es un activo tener muchos posibles candidatos, como tiene el PRO. Creo que no es momento de hablar de personas. Dicho esto, me parece que los bonaerenses tenemos que empezar a pensar en la provincia gobernada por bonaerenses. Apoyo mucho un proyecto que presentó (el senador) Joaquín de la Torre para que en 2025 la elección sea desdoblada. Si podemos hablar de los temas bonaerenses, y las propuestas pueden ser bonaerenses, el ciudadano va a poder elegir realmente a su representante, que sea de la provincia de Buenos Aires

–Suele decir que a usted le gustaría.

–Claro que me gustaría. A todos los que estamos en política nos gustaría tener más responsabilidades. Me parece que, por respeto a la gente, hoy no es momento de estar diciendo ‘dame tu voto’. Yo soy socio fundador del PRO y siempre nos hemos puesto de acuerdo. Entonces creo que el año que viene vamos a tener la capacidad de ponernos de acuerdo para que sea el que esté mejor, el que nos vaya a representar mejor, el que nos haga sentir cómodos. El resto acompañará. Y seguramente en Cambiemos haya una interna a través de las PASO entre el radicalismo y el PRO. También puede haber gente de la Coalición Cívica. Eso se decidirá el año que viene.

–¿A nivel nacional también ve un escenario de interna?

–Entre el radicalismo y el PRO, claramente. Nosotros hacia adentro del PRO también vamos a tener que resolver el tema. Vamos a tener la capacidad para hacerlo.

 

 

–Muchas veces la oposición dice que en este momento los dirigentes del oficialismo no deberían perder tiempo en pelearse. Esta semana la oposición, a partir de las declaraciones de Carrió, tampoco dio un buen ejemplo.

–En principio quiero poner el pecho por dos personas por las cuales vengo trabajando desde hace 20 años, que han puesto en Cambiemos y para la gente un montón de cosas: Cristian Ritondo y Rogelio Frigerio. Me parece que apuntar de esa forma sobre ellos no está bien. Dicho esto, y yendo al tema general, yo no estoy de acuerdo con pulsear a través de declaraciones en los medios. Creo que tenemos que trabajar para adelante. Yo camino muchísimo Lanús. Los vecinos me dicen ‘dejen de rosquear y ocúpense de los problemas nuestros’. Por eso esta recorrida. Yo quiero ocuparme de los problemas de la gente. Hay un valor central para nosotros en el gobierno de Lanús: la cercanía con la gente. Nosotros tenemos que estar cerca de la gente, escuchándola, para que el vecino sienta que hay un Estado que lo cuida, que lo protege, que lo ayuda. Si nosotros nos alejamos de eso, la gente se va a alejar de la política, y no hay sociedad que funcione sin política. Lo que tenemos que dejar de lado es la mala política.

–En Mar del Plata se está debatiendo el sistema reconocimiento facial. ¿Cómo definiría la experiencia de Lanús?

–La verdad que está funcionando muy bien. Tenemos gran parte de las cámaras que hacen reconocimiento facial a través de un software. Cuento una anécdota. Un delincuente estaba huyendo desde Lanús hacia la Ciudad de Buenos Aires por uno de los puentes y, antes de subir, una cámara lo tomó de frente por el parabrisas y lo detectó. Es una cosa impresionante. Para mí es ciencia ficción. Otra cosa que me impresionó es cómo con el barbijo la cámara detecta de la nariz para arriba. También se pueden poner alternativas de búsqueda. Por ejemplo, si alguien sabe que hay un delincuente que acaba de cometer un delito y está vestido con una remera roja, se pone el color de la remera y rápidamente el sistema lo busca, lo encuentra y lo marca con un cuadradito. Es muy bueno.

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