“No pudimos estar esta temporada de verano, así que estoy muy contenta de poder ir, aunque sea tres días, en junio, con esta obra maravillosa” dice Gimena Accardi, al otro lado del teléfono.

Es conocido el estrecho vínculo de la actriz y su esposo Nicolás Vázquez, con esta ciudad, a la que ahora tienen la oportunidad de regresar para realizar tres funciones con la conmovedora y aclamada “En otras palabras”.

Se trata de un gran desafío actoral para Gimena, quien reconoce que hasta ahora no había tenido la oportunidad de abordar, en teatro, un texto dramático como este que la atrajo desde el momento en el que Nico se lo mostró.

Vázquez adaptó la obra original y dirige a Accardi y a Andrés Gil, en esta obra que aborda los vínculos, el amor incondicional, las pruebas de la vida y el sostener la mano del otro/u otra cuando más lo necesitan.

“Lo que más cuesta es conseguir vínculos sanos y gente que no te abandone en las malas o en las buenas” reflexiona la actriz en la charla con LA CAPITAL sobre esta propuesta que les ha dado tantas satisfacciones, que los motivó a emprender una gira nacional, en el marco de la que estarán los días 6, 7 y 8 de junio, en el teatro Radio City.

“Emociona”

“Es, sin duda, la obra más emocionante y linda que me tocó hacer. Es una historia de amor que emociona, que hace que uno valore más la vida, la salud, los vínculos. Y nos sigue sorprendiendo. Planeábamos hacerla un par de meses en una sala chiquita en Buenos Aires y finalmente tuvimos unas devoluciones tremendas, la crítica fue unánime, cinco nominaciones a los premios ACE. Fue una locura lo que pasó y lo que sigue pasando, porque llevamos un año y medio”, enumera la actriz, con gran experiencia en televisión y teatro.

“No estaba en nuestros planes hacer gira, pero viendo la repercusión y lo que pasaba con la obra y también lo que nos pasa a nosotros, porque es realmente movilizante y hermosa, arrancamos gira”, cuenta con gran entusiasmo.

– Da la sensación de que en épocas en las que es todo tan vertiginoso, ya, efímero, esta obra es como un ‘pará, vayamos más lento’ y disfrutemos un poco más los afectos, lo cotidiano, las distintas formas del amor o la evolución del amor…

– Sí, lo que siento es que en una época tan frívola y tan de inteligencia artificial y de redes sociales y de frivolidad, esta propuesta reconecta con el sentimiento, con el aquí y ahora, con la parte más humana que tenemos, como los sentimientos y el amor. Y revaloriza el encuentro, el teatro, lo más vivo que tenemos, lo más difícil de suplantar porque no dejás de estar viendo a otro humano entregándose arriba del escenario.

– ¿La obra rescata el amor incondicional, el que está en las buenas y las malas, el que no se va ante una dificultad?

– Totalmente, acá contamos la historia de una pareja, pero puede ser de cualquier otro vínculo, porque habla de los vínculos, de pasar la vida de a dos, no soltándole la mano al que necesita con más fuerza que se la sostenga, y eso se aplica a todos los vínculos de la vida.

– Una manera de decir, cuidalo, atesoralo, es valiosísimo.

– Es lo que más cuesta conseguir, vínculos sanos y gente que no te abandone en las malas, ni en las buenas tampoco. Eso es lo fuerte y por eso siento que también todos se sienten identificados y atravesados con esta obra en algún punto. Tengas o no tengas la enfermedad Alzheimer cercana. Todos alguna vez estuvimos enfermos y fuimos cuidados por alguien, o todos alguna vez cuidamos a un enfermo. Entonces de eso trata. El foco está puesto no en la enfermedad sino más bien en el que acompaña, en no soltarse la mano.

– Con respecto a la enfermedad hacen una relación en cuanto a que podés olvidarte nombres, quizás te olvidás palabras, pero hay algo en un sonido, que te dispara el recuerdo o el sentimiento…

-Sí, totalmente. En esta obra se habla mucho de la música porque hubo muchos estudios que vinculan la música con el recuerdo y el cerebro, sobre todo en enfermedades como el Alzheimer. El autor de esta obra es británico y estuvo internado en una clínica con un montón de gente que padecía Alzheimer y se dio cuenta que al ponerles una canción, todos empezaban a cantarla. Personas que no recordaban ni sus propios nombres, ni los nombres de sus hijos, ni siquiera recordaban sus caras, sí recordaban la letra de una canción. Y hay un montón de estudios que hablan de eso, de la conexión entre el cerebro y la música y es maravilloso, es impresionante. Así que a lo largo de la obra hay un montón de temas hermosos que seguramente a todos les disparen algún recuerdo.

Identificación

– ¿Creés que generan abrazo en el público también al plantear que ante una cuestión de salud mental, padece el que padece, pero también hay que apuntalar al entorno?

– Totalmente. Vos sabés que siempre nos dicen eso en las devoluciones que nos dan, ‘me sentí completamente identificada’, ‘cada palabra que escuché son las palabras que yo misma pensaba mientras cuidaba a mi mamá, a mi abuela’, y eso es muy fuerte. Es muy puntillosa la obra en ese sentido, y muy respetuosa con la enfermedad y con el que acompaña ese tipo de enfermedades de salud mental. Hay una red de contención que es importantísima y a la que muchas veces no se le da bola, incluso esas personas tal vez no saben ni siquiera cómo actuar o qué hacer frente a las reacciones del enfermo y en esta obra están muy bien diagramadas, ya desde el libro, desde el texto, es maravillosa.

– ¿Cómo llegaron ustedes al libro?

– La encontró Nico hace como 3, 4 años. Él siempre está buscando obras para comprar y producir y dirigir, en este caso y cuando me contó la sinopsis me volví loca y le dije por favor necesito actuar en esto. Porque poder interpretar a una adolescente, a una adulta y a una abuela en una hora y cuarto, es maravilloso. Pocas veces te pasa en una misma obra poder actuar tanto. Y aparte me parecía preciosa, es una historia de amor de esas que no te olvidás, es como esas películas ‘Posdata, te amo’, ‘Diario de una pasión’, ese estilo, que son dolorosas pero a la vez hermosas. Así que emprendimos el viaje y después Nico hizo la adaptación para argentinizarla un poco porque al ser una obra británica estaba bastante lejos de nuestra idiosincrasia. De hecho el autor vino a vernos y le encantó, pero claro, se dio cuenta que decíamos como 3 o 4 veces te amo y en la versión original no se lo decían nunca. Lo agregó.

“Nadie me conoce como él”

– Con Nicolás han trabajado mucho. ¿Cómo lo ves en el rol de director?

– La verdad que sí, trabajamos mucho desde que nos conocimos, con lo cual es algo que nos tiene muy cómodos, por ahora nos viene funcionando muy bien. Quiero decir, la prioridad siempre es la pareja y en el momento que sintamos fricciones a la hora de trabajar, dejaremos de trabajar juntos. Esta era la primera vez que Nicolás dirigía pero que no estaba arriba del escenario como en las otras obras. Siempre que puede nos ve, nos acompaña y tiene devoluciones muy perfectas para hacernos, muy meticulosas, y la verdad que dan el clavo. Es un gran director, explica muy bien a los actores y a mí me viene bárbaro porque nadie me conoce como él y sabe cuál es mi techo, cuánto más puedo dar, me conoce los hilos, me conoce mis zonas de confort, entonces todo el tiempo me hace mejorar.

– También traspasa la química con Andrés, el coprotagonista.

– Sí, con Andrés habíamos trabajado juntos antes, tenemos muchos amigos en común y en eso Nico hizo mucho hincapié desde los ensayos. Desde el primer minuto se necesitaba que la gente compre a la pareja, crea en ella. Así que sí, hicimos todo un trabajo para que esa química se vea desde el minuto uno arriba del escenario y lo logramos.