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Gran Hermano y “la señal”: cómo surgió el protocolo para las relaciones sexuales dentro de la casa

A diferencia de otras ediciones de Gran Hermano, ambos antes de concretar deben hacer explícito su consentimiento a través de una seña.

La sexualidad es un factor que ha estado presente en todas las ediciones de Gran Hermano. Desde la primera, que comenzó en marzo de 2001, hasta la último que está al aire en Telefe se han formado parejas casuales y formales.

Y a pocos días de entrar a la casa más famosa del país, surgió el amor entre Maxi Guidici (35) y Juliana Díaz (31), quienes se muestran expectantes por su primer encuentro sexual. Pero a diferencia de otros, antes de concretar deben hacer explícito su consentimiento.

“Maxi, Juliana, por favor recuerden dar el consentimiento“, les dijo la voz de Gran Hermano en las últimas horas, luego de verlos interactuar debajo de las sábanas. Mientras que en el debate, Santiago Del Moro recordó que todos los participantes firmaron una cláusula en la que se comprometen a “hacer un OK a cámara antes de tener relaciones sexuales”.

La señal es sencilla: solo deben que hacer un gesto con el pulgar hacia arriba en cámara y con eso basta para que puedan continuar sin interrupciones -al menos, de la voz de Gran Hermano-.

Este protocolo se implementó en la Argentina recién este año, como consecuencia de un episodio que ocurrió en una de las versiones españolas.

Carlota Prado, una de las participantes de GH 2017, denunció que su compañero José María López abusó sexualmente de ella luego de una fiesta en la que había consumido alcohol.

En consecuencia, la producción del programa le mostró las imágenes que captaron las cámaras a la joven, a la que le permitió salir unos días y reingresar al juego, mientras que eliminaron al acusado.

“Me dijeron que me tranquilizara y que tenía que ver unas imágenes. Y, en ese momento, me pusieron el vídeo con lo que sucedió esa noche, sin avisarme de lo que estaba a punto de ver”, recordó la joven cuando salió de la casa.

“Tendría que haber estado una persona a mi lado, un psicólogo o alguien que me ayudara a enfrentarme a esas imágenes tan duras. Jamás me preguntaron si yo quería ver eso. Si me llegan a preguntar, hubiera dicho que no. Yo no hubiese querido tener para el resto de mi vida esa mierda en la cabeza“, expresó con angustia.

El caso no quedó en una denuncia mediática, sino que fue llevado a la Justicia y Carlota espera que llegue el juicio oral, que estaba previsto para febrero de 2022 pero fue suspendido por sus problemas de salud.

Y aunque el reality no pudo volver a hacerse en España, en el resto del mundo implementó el protocolo de consentimiento y la regulación del consumo del alcohol en las fiestas para que esto no vuelva a ocurrir.

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