Policiales

Habla por primera vez la familia de Federico Sasso: “Jamás se intentó cooptar a la Justicia”

A través de una comunicación con LA CAPITAL, los allegados al joven condenado por el "homicidio culposo" de Lucía Bernaola decidieron expresarse tras casi dos años de silencio.

A través de una comunicación exclusiva con LA CAPITAL, la familia de Federico Sasso, el joven recientemente condenado por el “homicidio culposo” de Lucía Bernaola, decidió expresarse por primera vez en casi dos años. Lo hizo mediante un texto que se reproduce a continuación:

Consideramos necesario aclarar y poner en algunas cuestiones que hacen a este caso y que son desconocidas.

En primera instancia, queremos dejar en claro que sabemos que nada en el mundo se puede comparar con la pérdida de un ser querido. Jamás ese dolor y esa angustia pueden tener comparación con ningún otro hecho.

A nuestra familia se la ubicó en un lugar irreal, y desprendidos del dolor que significa para todos, hechos como estos de los cuales nunca jamás nadie se puede reponer.

Federico nunca salió de la comisaria de Balcarce. El auto blanco con el que supuestamente salía a pasear, es un móvil que depende de la comisaria y que lo trasladaban esposado a análisis médicos pedidos por la justicia. Cuando llegó a su celda el detenido con el que compartió la misma, tenía previamente una Play Station y un televisor. Nuestras visitas a la comisaria están todas registradas en los libros de entrada. Como lo demuestran las fotos que figuran en la causa.

La desvinculación de los policías de la comisaria de Balcarce fue por distintas irregularidades que nada tienen que ver con las supuestas salidas de Federico, ya que nunca se pudo probar que esta denuncia fuese verdad.

Tampoco Federico se escapó cuando sucedió la tragedia. Estuvo presente y dispuesto con la policía desde el primer momento que llegó la misma.

Esta enumeración parcial de distintos hechos, no son una opinión nuestra. Todo está en la causa.

Jamás se intentó cooptar o torcer a la justicia. La realidad fue lapidaria con esto. Federico ya lleva casi dos años detenido. Una parte de este tiempo lo viene cumpliendo en arresto domiciliario en un departamento en el que tiene solo diez minutos para bañarse y debe volver al living donde tiene la base de la tobillera. Ahí tiene el colchón en el piso, una mesa y dos sillas. No es una mansión como se difundió falsamente. Este tipo de reclusión en un domicilio está amparado por la ley penal. No es un beneficio espurio.

Por otro lado, contamos y los hemos puesto en consideración de la justicia, centenares de pruebas fehacientes, desmintiendo cada una de las acusaciones que se volcaron sobre Federico y su accionar.

Transitamos todo el proceso judicial hasta llegar al juicio oral. Obtuvimos el máximo de la pena de un homicidio culposo a pesar de que dos de los tres agravantes (alcohol en sangre y velocidad excesiva) se descartaron. Y sumado a esto Federico no tenía un solo antecedente. Esto es un hecho de la realidad.

Desde el comienzo y sobre todo este fin de semana, nuestra familia ha sido blanco de escraches en nuestras viviendas, amenazas de muerte, hostigamiento a nuestros amigos y personas cercanas solo por tenernos en común en las redes sociales. Entendemos el ataque a Federico y en parte a nosotros. Pero nada tienen que ver nuestros amigos y familiares. Y en ese plano llevaremos a la justicia este hostigamiento para que cese este accionar.

Nunca podremos comparar el dolor, porque el dolor no se compara. Eso lo repetiremos hasta el hartazgo. Pero tampoco podemos negar lo difícil que han sido estos casi dos años donde parados en un terreno del que no conocemos se puso a toda una familia en el patíbulo, desde todos los ámbitos posibles. No somos las víctimas. Pero hechos como estos dejan marcas dolorosas y eternas, en muchas más personas de las que se piensa.

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