Opinión

¿Hacia dónde va México?

Por Alejandro Esteban Bidondo

México se plantó fuerte frente al gigante Estados Unidos y se postuló como referente de los países de América Latina en materia de política de relaciones exteriores, coinciden los analistas internacionales.

Todo eso ocurrió durante el primer año del sexenio que inició el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Para Luis Angel Belota, investigador del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, el reto consiste en “lograr que el fortalecimiento de la política exterior se sintonice con el ambicioso proceso de transformaciones internas, que se ha propuesto la llamada Cuarta Transformación”.

“La mejor política exterior es la buena política interior”, sostuvo en su campaña el gobernante.

Belota indica: “En contraposición a las noticias que hablan de violencia, corrupción e impunidad, la promoción internacional de nuestros valores (…) debe ayudar a morigerar la formación de corrientes adversas de opinión sobre México” en el extranjero.

El jefe de Estado mexicano ha enfrentado recientes desafíos importantes en sus relaciones con Estados Unidos y con el vecindario latinoamericano.

Ahora, la intención del presidente Donald Trump para declarar a los cárteles del narcotráfico como organizaciones “terroristas” internacionales, abriría la puerta a operativos en suelo mexicano, rechazados tajantemente por López Obrador.

“Cooperación sí, intervencionismo no”, proclamó AMLO, quien insiste en que tiene una “buena relación personal” con el jefe de la Casa Blanca.

El anuncio de Trump se produjo luego de que una familia mexicano-estadounidense le pidiera declarar a los cárteles como terroristas, después que tres mujeres y seis niños de ese clan fueron asesinados en un ataque en las montañas de Sonora, cercanas a la frontera con el vecino del norte.

En junio pasado, México aceptó firmar un acuerdo bilateral, comprometiéndose a desplegar 25.000 guardias nacionales en sus fronteras, ante la amenaza de Trump de imponer aranceles a los productos mexicanos importados, si no frenaba el flujo de decenas de miles de indocumentados centroamericanos.

México también se convirtió por primera vez en la historia en el mayor socio comercial de Estados Unidos superando a China, con exportaciones que superaron los 209.711 millones de dólares solo en los primeros siete meses de 2019. Pero la suerte mexicana depende del Tratado México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC), de libre comercio, que aún debe ser ratificado en el congreso estadounidense.

Israel Montes, responsable de acuerdos internacionales del Instituto de la Industria Maquiladora Exportadora (Index), advirtió que “toda la incertidumbre se produce por el temor de que el presidente de EE.UU., lo puede denunciar y salirse” del tratado, según un relevamiento que llevó adelante el sitio de información internacional Sputnik.

Otro punto candente fue el asilo concedido al depuesto presidente boliviano Evo Morales, que contrasta con un medido protagonismo que López Obrador ha mantenido hacia otras crisis regionales, en particular hacia Venezuela.

El presidente venezolano Nicolás Maduro le pidió hace dos semanas que asumiera el liderazgo de un “frente progresista” de izquierda regional, junto con el mandatario electo argentino Alberto Fernández.

López Obrador respondió: “Cada quien tiene que actuar de acuerdo a sus circunstancias, no podemos dar la espalda a Centroamérica, el Caribe, Sudamérica, pero al mismo tiempo, nosotros tenemos una relación económica también de cooperación y respeto mutuo con EE.UU.”.

AMLO ganó los comicios de julio de 2018 tras dos intentos fallidos, y desde que asumió el cargo el 1 de diciembre, siempre ha dejado en claro que la política exterior no sería uno de sus fuertes.

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