Con epicentro en Villa Victoria, la festividad celta-anglosajona por el Día de Todos los Santos, volvió a convocar a una importante cantidad de gente en la ciudad una vez caído el sol, aportando su particular colorido.

Al amparo del impulso del municipio, que entendió a Halloween como una tendencia ya instalada en el público infanto juvenil de la ciudad, diferentes espacios culturales ofrecieron este viernes propuestas temáticas que fueron desde una fiesta musicalizada en los jardines de la histórica residencia del barrio Los Troncos hasta proyección de películas, pasando por instalaciones artísticas vinculadas al terror, entre otras actividades.

La “Zombie Rave” en Villa Victoria fue lo más atrayente para decenas de personas que llegaron con sus disfraces alegóricos a la muerte, los santos, las cosechas de zapallos y otras ocurrencias.

Los food trucks invitaron a la concurrencia a cenar allí, mientras que la música de distintos DJ’s ambientó la fiesta que tuvo un perfil familiar.

Halloween tiene sus raíces en la antigua festividad celta de Samhain, que marcaba el final del verano y el inicio del invierno, una época asociada con la muerte. Los celtas creían que en la noche del 31 de octubre los espíritus de los difuntos regresaban a la tierra, y encendían hogueras para ahuyentarlos y guiar a las almas benévolas.

Con el paso del tiempo, la expansión del cristianismo transformó esta costumbre pagana en la Víspera de Todos los Santos, conocida en inglés como ‘All Hallows’ Eve’, término que derivó en ‘Halloween’.

En los siglos posteriores, las tradiciones se mezclaron. Durante la Edad Media, los fieles recorrían los pueblos ofreciendo oraciones por las almas de los muertos a cambio de alimentos, práctica que dio origen al actual “truco o trato”. La inmigración irlandesa del siglo XIX llevó esta costumbre a Estados Unidos, donde se popularizó y adoptó un carácter más festivo. Allí se incorporaron elementos como las calabazas talladas —inspiradas en la leyenda de Jack O’Lantern—, los disfraces y las decoraciones terroríficas.

En la actualidad, Halloween es una celebración global de tono lúdico y cultural, más asociada al entretenimiento que a sus raíces espirituales.

En Argentina, y particularmente en Mar del Plata, su adopción ha crecido en las últimas décadas gracias a la influencia del cine, las redes sociales y las fiestas temáticas. Comercios, bares y escuelas suelen organizar actividades alusivas, y cada año más familias y jóvenes se suman al espíritu festivo de una noche que combina misterio, fantasía y diversión.