Policiales

Historia de una pelea de gitanos: lo amenazó con secuestrar a su hija y luego le pegó seis tiros

Un hombre fue detenido este martes luego de permanecer más de dos meses prófugo por un caso cuyas características parecen haber sido parte del guión de una novela negra. El procedimiento se registró en Jara y Avellaneda.

Hace poco más de dos meses ocurrió en Mar del Plata un hecho policial: un hombre de la comunidad zíngara recibió seis balazos cuando fue a la casa de otro a increparlo por una amenaza previa. Lo que siguió antes y después de eso, y que ahora investiga la Justicia, se asemeja al guión de una novela negra.

El sangriento episodio se registró el 6 de junio en las inmediaciones de Jara y San Lorenzo. Hasta una casa ubicada allí había llegado Franco Isaías Miguel, con el objetivo de encontrarse con Diego Brando Demetrio (23), a quien -conforme las sospechas de la policía- lo unía una relación de “complicidad delictiva”, por llamarlo de alguna manera. Respecto de esto, una de las cuestiones que aún son materia de averiguación es si Miguel estaba acompañado por otros tres hombres o si concurrió solo a la vivienda de Demetrio.

Lo cierto es que, una vez que estuvieron frente a frente, el visitante levantó la voz y le reclamó al morador de la vivienda por una amenaza que había escuchado de terceros: “¿Cómo es eso que vas a secuestrarme a la nena?”, le espetó, palabras más, palabras menos. La conversación subió de tono y fue entonces cuando como respuesta final Miguel no recibió una frase sino seis tiros de parte de un arma que portaba Demetrio y nunca fue hallada.

La salvaje agresión no se cobró la vida de la víctima, a pesar de causarle graves heridas. Miguel fue internado de urgencia en una clínica privada, donde lo salvaron, y Demetrio se escapó del barrio Bernardino Rivadavia, donde habita la comunidad gitana a la que ambos pertenecen.

Personal de la comisaría cuarta notificó del hecho al fiscal Juan Pablo Lódola y comenzó entonces una investigación para determinar los pormenores del ataque y dar con el autor, que para entonces ya había sido identificado y considerado como prófugo de la Justicia. La causa pasó a la órbita de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI), mientras abogados de víctima y victimario comenzaron a presentar distintos recursos en Tribunales, tendientes a justificar las conductas de uno y otro.

En ese marco, el fiscal Lódola y sus colaboradores lograron reconstruir la relación entre ambas personas. Supieron, por ejemplo, que los dos eran investigados previamente por presuntas participaciones en casos de estafa conocidos popularmente como “Cuentos del tío” y otros similares, aunque sin que se pudieran confirmar con pruebas aquellas sospechas. De todas formas, eso les sirvió para comprender que el hecho sangriento que había ocurrido el 6 de junio podía estar vinculado a un problema previo entre los hombres derivado de alguna maniobra ilícita cometida antes.

Finalmente, este martes por la tarde personal de la DDI local que hacía varias semanas seguía el rastro del gitano prófugo terminó por capturarlo en Jara y Avellaneda, a pocas cuadras de la casa en donde se había producido el ataque a tiros contra Miguel. Ahora, Demetrio quedó a disposición de la Justicia y por disposición del fiscal Lódola fue trasladado a la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán, donde quedó alojado tras haber sido imputado por el delito de “tentativa de homicidio”.

 

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