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La Ciudad 4 de julio de 2016

Imágenes de Mar del Plata en la universidad donde estudió Einstein

En la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, donde estudió Albert Einstein, atesoran antiguas imágenes de la ciudad. Forman parte de la imponente colección de postales que un empresario suizo comenzó a reunir desde fines del siglo XIX.

por Gustavo Visciarelli

El empresario suizo Adolf Feller ocupa un lugar de privilegio entre los históricos coleccionistas de tarjetas postales. El mérito, como se verá, es muy superior al que aparenta.

Su afición despertó a fines del siglo XIX, cuando ese tipo de correspondencia iniciaba su época de oro para inundar el tráfico postal del planeta. El bajo costo de los envíos y las nuevas técnicas de impresión de imágenes fueron parte del fenómeno. La fascinación que provocaban aquellas fotos de paisajes inímaginados hizo el resto.

La colección de Feller comenzó con una postal fechada en diciembre de 1894 y se incrementó desde 1895 con tarjetas provenientes de 140 países. Suponemos que el empresario las retribuyó en cumplimiento del intercambio, una costumbre que se impuso con furor en aquellos tiempos.

El 29 de agosto de 1906, Otto V. Muller -de quien sólo sabemos su nombre- le envió dos postales desde un lejano paraje marítimo. “La Playa Bristol, Mar del Plata. Rep. Argentina“, reza el epígrafe de una de ellas. “Cabo Corrientes, Mar del Plata. Rep. Argentina“, el de la otra. Las estampillas acreditan que Otto desembolsó seis centavos para remitir ambas.

El motivo del envío no fue epistolar. Tuvo, sin dudas, la exclusiva intención de que las postales llegaran a Feller. No hay en las tarjetas ningún mensaje, ni siquiera un saludo. Muller, con economía de procedimiento, solamente escribió al dorso la dirección del destinatario: 31 Vía San Vito, Catania, Sicilia. Allí el empresario suizo vivió ocho años, a principios del siglo XX, cuando se dedicaba a la exportación de cítricos.

La calle de Feller

Hemos visitado ese lugar. Internet nos llevó sin contratiempos, pero en el 31 de la estrecha Vía San Vito nada queda del antiguo domicilio de Feller. Un edificio de departamentos cuya arquitectura es posterior a la época que buscamos exhibe angostos balcones, equipos de refrigeración adosados en las paredes y grafitis en las sombrías persianas de su planta baja.

Si alguna vez pudiéramos caminar realmente por esa calle, ya no nos acompañaría el asombro. Sabríamos que los autos deben estacionarse con dos ruedas sobre las aceras. Que en la esquina de San Vito y Plebiscito, sobre la mano par, hay una parada de taxis. Y que en la cuadra sobreviven antiguas y coloridas viviendas. Son las que nos permiten imaginar cómo era esa calle hace 110 años, cuando dos postales que partieron de Mar del Plata concluyeron allí su inmensa travesía. La misma que hemos realizado en pocos segundos.

“Apretarán con un dedo un botón?”

Feller compró luego una fábrica de productos de avanzada: tomacorrientes, enchufes e interruptores de luz, pero no abandonó su afición por las postales. Murió en 1931, año en que Roberto Arlt publicó en “Los lanzallamas” un augurio sorprendente: “Vea, apretarán con un dedo un botón, y escucharán simultáneamente las músicas de las tierras distantes, y verán bajo el agua, y adentro de la tierra, y no por eso serán un ápice más felices de lo que son hoy?”. Pero aún faltaban varias décadas para que el presagio se corporizara en internet, un invento que afectó el tráfico de postales mucho más que las dos grandes guerras.

Elizabeth Feller -hija de Adolf- conservó y amplió la colección. Otto Muller ya no volvió a remitir postales desde Mar del Plata, pero sí lo hizo Isabel Uteda, de quien sólo sabemos su nombre. Sus envíos fluyeron a lo largo de la década del ’30 y en todos incluyó alguna referencia escrita en francés. Nos enteramos así que Isabel solía tomar el té a orillas de “un pequeño y encantador lago cerca de Mar del Plata”. La postal es de 1939 y muestra delicadas glorietas junto a Laguna La Brava.

La colección de 53.907 postales, que incluye medio centenar de imágenes de Mar del Plata, fue heredada por la doctora Susanna Züst, nieta de Feller, quien la donó a la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, popularmente conocida como ETH. Se trata de la prestigiosa universidad pública donde en 1900 se graduó Albert Einstein. Allí digitalizaron la totalidad del material, convirtiéndolo en una importante fuente documental que nutre diversos campos de investigación.

Postales desde Europa

Como se sabe, desde hace seis años trabajamos en reconstruir la historia de Mar del Plata a través de sus fotos. Hemos reunido más de 10 mil, tarea que no habríamos sabido desempeñar sin el soporte de las nuevas tecnologías. No se nos escapa el contraste: Feller sólo contaba con estampillas y con la noble laboriosidad de los correos.

Jamás imaginamos que los horizontes de búsqueda serían tan amplios ni que tantas partículas de la historia marplatense están dispersas por el mundo. Por eso nos sorprendió que alguien -Cristina Corsini, de quien nada sabíamos- nos enviara una serie de correos electrónicos desde Europa, con bellas imágenes de la antigua Mar del Plata. Son las postales de la “Colección Feller” que, al menos virtualmente, volvieron al sitio donde hace tanto tiempo empezaron su inmensa travesía.