CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Opinión 6 de marzo de 2017

Impuesto al cheque: el interés fiscal recaudatorio

por Gustavo Crego

El impuesto al cheque evidencia el interés fiscal recaudatorio sobre los deseos de una política que debería ser más clara y honesta.
Parte de las incongruencias de este país, donde, por otro lado, nos pregonan sobre políticas claras, honestas y puras, que deben alejarse de medidas que divorcien a la gente de los políticos y de sus acciones.

Este impuesto, grava el 0,6 por ciento de cada cheque que se deposita y otro 0,6 por ciento cuando se cobra. En realidad es un tributo a los créditos y débitos bancarios, que encarece el 1,20 por ciento el monto que se bancariza (entre la entrada y la salida).

Este impuesto fue establecido por el entonces ministro de Economía de la Nación, Domingo Cavallo, y su aplicación como todas las cosas transitorias de este país, se fundamentó en la emergencia económica y social de 2001, a través de la Ley de Competitividad Nº25.413.

Obviamente la emergencia ha seguido…Vaya a saber que calendario han tenido los políticos y de todos los turnos y colores, para seguir manteniéndolo.
Pero lo cierto, es que el alto costo recaudatorio que tiene el mismo, le sirve y bien al Estado, para sacar a la gente parte considerable de su dinero cuando paga por este medio y que por su puesto en haras de cumplir el fin social de hacer y repartir, entra al famoso pozo negro de recaudación y gasto del Estado, que diluye todo esfuerzo como un maní en la boca de un elefante.

Pero sigue el contribuyente aportando y agobiándose con dichos costos. Y lejos de acercarnos a lo que el político de turno aconseja que es la bancarización de la mayoría de los pagos; el comerciante, el empresario, el productor, el fabricante, la mediana, chica y gran empresa que puede hace pagos en efectivo, lo hace así para no sufrir este impuesto, cuyo monto puede ser mínimo con relación a ese pago.

Pero la suma anual de todos esos impuestos a los pagos hechos por cheque, es alarmante y verdaderamente onerosa. No solo esta es una contradicción; si el Estado asumiera que la bancarización sin impuesto, traería además para los contribuyentes que todos funcionaran sin efectivo, hay dos extremos que se acercarían; el primero la uniformidad en la formalidad de los pagos; pues al ser todo pago bancarizado se evitaría y mucho más la compra en negro o la marginalidad de las compras. Y el segundo, es que la circulación de efectivo para los pagos, incide en la seguridad puesto que la gente al no tener que mover la moneda de esa forma y manejarse bancarizadamente, no tendría la inseguridad actual de salideras, entradoras, o robos por portar o detentar efectivo.

Un robo menor…

No sólo crea el lector que nos referimos a las pequeñas compras. Las adquisiciones de bienes e insumos, aun así las compras de muebles y autos, en el mayor de los casos el adquirente deposita el dinero en efectivo en la cuenta de la agencia o concesionaria para evitar el impuesto al cheque.

De esta manera el contribuyente se traslada con miedo con el efectivo para evitar un robo menor, el impuesto al cheque.
Aun más, la compra de inmuebles, si fuera desgravada del impuesto al cheque, provocaría que un gran porcentaje se pagara en forma bancarizada; tal como ocurrió con distintos blanqueos que establecían el pago a través de bancos y sin costos para las partes vendedoras y compradoras.
Impuesto injusto, abusivo, distorsionante, deshonesto y sin embargo no he visto a ningún político, en su afán de hacer política, que denunciara de viva voz este impuesto. Quizás del mismo salga la dieta de ellos.

Más paradojas. Los agentes de retención, es decir aquellas actividades que por su función o por el contenido de los pagos deben retener porcentajes o sumas en nombre del Estado para ingresarlos (agente de retención de ingresos brutos, de impuesto de sellos, de Ganancias, etc)
no obstante que retengan dinero para el Estado, si lo ingresan al mismo con cheque además tienen que pagar el impuesto. Es decir no sólo le retiene dinero al Estado, sino que además le cuesta retenerle al Estado el impuesto al cheque.

Sin dudas, la honestidad política y por sobre todo moral de nuestros políticos y dirigentes, debe estar por encima del voraz interés fiscal y recaudatorio.

(*): Escribano.