A menos de un mes de su implementación existen dudas sobre cómo será el funcionamiento con tantos cargos no cubiertos, ya sea en el Ministerio Público como en el cuerpo de magistrados. También se necesitan adecuar instalaciones para las audiencias.
El próximo 7 de abril, el nuevo Código Procesal Penal Federal entrará en vigencia en la jurisdicción de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata y reina la incertidumbre en cuanto a la falta de nombramientos para poder cubrir los diferentes cargos que el sistema acusatorio requiere.
La nueva estructura contempla la designación de un fiscal coordinador de distrito, rol que ocuparía Daniel Adler. A su cargo estarán diversas unidades fiscales, entre ellas la Unidad de Atención Inicial, que recibirá todas las denuncias y realizará una primera evaluación sobre competencia y temática para determinar a qué fiscalía derivar cada expediente.
El sistema contará con dos fiscalías principales: la Fiscalía de Casos Sencillos, que manejará el mayor volumen de causas, y la Fiscalía de Casos Complejos, donde se tratarán investigaciones más elaboradas. Se prevé que los fiscales Laura Mazzaferri y Santiago Eyherabide integren estas unidades, asumiendo roles estratégicos en la gestión de los casos.
Además, habrá una Oficina Fiscal de Transición, que se encargará de los expedientes iniciados bajo el anterior código procesal, y una Oficina de Ejecución Penal para el seguimiento de condenas. También se incorporarán un Área de Víctima y un Área No Penal, ampliando el alcance del Ministerio Público en la atención de distintas problemáticas.
El mayor conflicto es que para siete áreas hay solamente cuatro fiscales, porque debe agregarse también a Juan Manuel Pettigiani, en la actualidad fiscal general ante el Tribunal Oral. La especulación es que los auxiliares fiscales -secretarios- que hay en la actualidad sean nombrados en los próximos meses para ocupar los distintos cargos.
La semana pasada se realizó en Mar del Plata un seminario de capacitación para los funcionarios de todo el ámbito de la Cámara Federal.
No solo hay preocupación por el recurso humano disponible sino también por la falta de dependencias adecuadas, algo que se vio reflejado en los pedidos de la Procuración al Ministerio de Seguridad para acceder a nuevas oficinas que sirvan de sala de audiencias o, incluso, de una alcaidía penal para el traslado de imputados detenidos.
Por otra parte, vale decir que siguiendo el modelo de la Justicia de la provincia de Buenos Aires, el fiscal que tome un caso lo llevará hasta la instancia de juicio, asumiendo la dirección investigativa. Y que deberá haber juzgados de garantías para avalar o revocar distintas peticiones. No obstante, en el ámbito judicial persiste la incertidumbre por la falta de jueces ya que por el momento, Santiago Inchausti es el único magistrado confirmado para la implementación del Código, lo que podría afectar la agilidad de los procesos y generar demoras en las resoluciones judiciales.
Características principales
Separación de funciones: Los fiscales serán responsables de la investigación de los delitos, mientras que los jueces se encargarán de garantizar la imparcialidad y legalidad del proceso.
Oralidad y publicidad: Los procedimientos se llevarán a cabo de manera oral y pública, lo que busca aumentar la transparencia y la eficiencia en la resolución de casos.
Participación de la víctima: Se fortalece el rol de la víctima en el proceso penal, permitiéndole una mayor intervención y representación durante el desarrollo del caso.
Implementación progresiva:
La implementación del CPPF se está realizando de forma gradual en todo el país. Inicialmente, se aplicó en las provincias de Salta y Jujuy en 2019, y posteriormente en otras jurisdicciones. La entrada en vigor en Mar del Plata representa un paso significativo en este proceso de modernización del sistema judicial argentino.
Con la adopción de este nuevo código, se espera una justicia penal más eficiente, transparente y cercana a la ciudadanía, adaptada a las necesidades actuales y a los desafíos que plantea la criminalidad moderna.