El 5 de febrero, Posada del Inti cumple 15 años de trabajo en la ciudad. Abordando la compleja tarea de asistir a quienes desean recuperarse de las adicciones, Fabián Messina, el director del espacio, destacó la importancia de “trabajar con un equipo interdisciplinario que apunte a la prevención, el control y el tratamiento”, y aseguró necesario destinar recursos para la “elaboración de diagnósticos” que señalen cuál el panorama en la ciudad.

A nivel nacional, Messina señaló “un crecimiento exponencial en los últimos diez años”, teniendo en cuenta las estadísticas del observatorio del Sedronar y distintas fundaciones que se dedican a monitorear el crecimiento del consumo. “Se está hablando de 400, 500% más de consumo, tanto en drogas legales como ilegales”, indicó.

Si bien destacó que desde el observatorio del Sedronar y el Ministerio de Justicia se está “empezando a trabajar fuertemente” en el tema, aseguró que “sin diagnostico no se puede hacer ningún tipo de acción. Es como la medicina, si el médico no determina qué tiene el paciente no puede decirle qué medicación tomar”.

Según Messina, esta iniciativa inicial debe estar acompañada de “un cambio legislativo, con leyes aggiornadas, y una adaptación de las estrategias del Estado a la realidad, estimulando el trabajo en conjunto con las organizaciones no gubernamentales”.

Reducir riesgos

Destacando que el flagelo de la droga es una problemática que atraviesa todas las realidades, señaló necesario tratar la enfermedad desde “sus múltiples causas” e insistir en una “profundización en los programas de prevención y reducción del riesgo”.

Invitado por el Ayuntamiento de Madrid, Messina participó el noviembre pasado de actividades en fundaciones europeas similares a la que dirige en la ciudad. Allí, por ejemplo, conoció que “la estadística que ellos manejan es que en el 75% de las personas que asisten a las fiestas electrónicas manifiestan una predisposición al consumo. Y hay una particularidad que un 30, 35% de ese 75% son consumidores ocasionales”.

Esto lo ha llevado a instar por un “cambio de paradigma” entre los que luchan contra el consumo, manifestando que las consignas de “abstencionismo” o “droga cero” tienen que transformarse.

“Si en una fiesta tenés 75 por ciento de personas predispuestas a consumir, tenés que profundizar los programas de prevención y trabajar con los organizadores de estos eventos para concientizar y tener la voluntad política y a veces la inteligencia de copiarse de los países que lo vienen padeciendo esto desde hace varios años, aggiornándolas a Argentina”.

Entre estos “ejemplos”, Messina destacó la presencia de personal que empatice con el consumidor e inste , “la distribución de jeringas o ‘pipas de vidrio'” que eviten que los consumidores utilicen la sustancia con dispositivos que aumenten el riesgo tóxico.

Si bien reconoció que él mismo tenía “resistencia” a ese tipo de intervenciones, ahora sostuvo que “uno no puede quedarse aferrado a ciertas cuestiones porque sí. Sigo pensando lo mismo, si la reducción de daños es ir y repartir jeringas o pipas para fumar, y queda en eso, es solo una cuestión espasmódica que tapa un tema”.

En este sentido, destacó también que “lo que el Estado tiene que generar es un universo de posibilidades. La posibilidad de acceder a la salud, una educación, de prácticas deportivas, de cierta pertenencia y lograr que esta persona pueda sentirse reconocido”.

El verano, “un condimento especial”

A su vez, destacó que de los números que denotan un aumento del consumo de drogas a nivel nacional, “hay que hilar más fino, porque no es lo mismo el consumo de Gran Buenos Aires al de Rosario o Mar del Plata”.

En este sentido señaló que “la ciudad tiene un condimento especial que tiene que ver con el periodo estival donde se triplica (el consumo) porque encontrás gente que viene a querer a hacerse su negocio”.

Esto, señaló, se da sobre todo en enero, debido a la mayor afluencia de gente joven a la ciudad. En tanto, en febrero, los arribos de familias son los que priman, disminuyendo entonces el crecimiento de este fenómeno.

Cocaína “instalada” en la ciudad

Si bien especialistas y conocedores de la situación local sostienen que los consumos de alcohol, psicofármacos y marihuana siguen liderando los índices de consumo en la ciudad, Messina señaló que “la cocaína fumada se instaló en Mar del Plata”.

“Lo que la ciudad tiene, y vengo denunciando hace cinco años y fue corroborado por el Ministerio de Justicia de la Nación, son los patrones de consumo, por ejemplo, del Gran Rosario”, indicó.

En este sentido, señaló que “se está dando la cocaína fumada en esta dinámica del crack, que es fumarla en latas o distintos dispositivos que, al encenderlo, se inhala también el aluminio, lo significa una toxicidad cada vez mayor”, y aseguró de que se habla de “un promedio de 8 a 10 dosis diarias, que se traduce en mil o mil quinientos pesos de consumo”.

Por el valor elevado que implica su consumo, Messina reconoció que “cuando se instaló, lo hizo en la clase media – alta”. Hoy, en cambio, aseguró que “hay situaciones donde juzgados no saben qué hacer porque el nivel de compulsión del consumo los posiciona (a los consumidores) directamente a transitar a algún tipo de delito”, señaló haciendo referencia a cómo la adicción empuja a buscar la manera de solventar económicamente la sustancia.

Deudas y falta de intervención del Estado

Messina reclamó duramente “la falta de voluntad política” para tratar la temática en Provincia. Aseguró que actualmente existe una deuda de seis meses y que la “falta de respuestas claras” para solucionar la problemática “dificulta el trabajo”.

“Gente preocupada conozco a montones, pero que se ocupen el porcentaje es muchísimo menor. Hay que ocuparse de esta triangulación entre lo privado, las ONGs y el Estado, es difícil porque seguimos renegando con la Provincia, que nunca acomodó esta historia, nos deben 6 meses”, indicó. Y aclaró que la situación no es igual en toda la Provincia, “porque Niñez y Adolescencia pagó hasta diciembre, la Sedronar también”.

Aprovechó también para manifestar su desconecto con la ausencia de “políticas claras en tema de adicciones”, señalando, por ejemplo, que “la Subsecretaria de Determinantes de Salud, Enfermedad Física Mental y de la Adicciones está acéfala”, tras la renuncia de su titular, Patricia Segovia.

Esta situación, aseguró, data desde hace tiempo y trasciende los partidos políticos. “Acá es donde se logró una uniformidad política, porque tanto (Felipe) Solá, (Daniel) Scioli y (María Eugenia) Vidal, en esto términos, han sido iguales”, dijo.

Y culminó: “Hace quince años que estoy pidiendo una políticas claras en tema de adicciones en la Provincia y la verdad es que si en quince años fue esto, ahí tengo la respuesta”.

Actualmente, la entidad cuenta con un centro ambulatorio, ubicado en Córdoba y 9 Julio, y dos espacios en el barrio Las Dalias y Antártida Argentina. En total trabajan con 150 personas, la mayoría en situaciones de vulnerabilidad social, y son atendidos por los casi 60 profesionales capacitados para asistir en diferentes tratamientos.