Policiales

Integrantes de la secta que mantenía recluídos a seguidores no declararon

Son dos hombres de 72 años, otro de 39 y una mujer de 66. Se calcula que serían más de 30 las víctimas que alguna vez estuvieron cautivas en el hotel de Alberdi al 2500.

Los tres hombres y la mujer que fueron detenidos el martes por integrar una secta de corte religioso-espiritual que mantenia cautivo a varios de sus seguidores se negaron a declarar ante el juez de la causa.

Razones de estrategia defensiva llevaron a que el líder de la organización, un hombre de 72 años, su compañera de 66 y otros dos hombres de 72 y 39, optaron por no contar su versión de los hechos ante el juez Santiago Inchausti.

De acuerdo a la información a la que tuvo acceso LA CAPITAL, las cuatro personas detenidas afrontan cargos por privación ilegal de la libertad, trata de personas, reducción a la servidumbre, tenencia de armas de guerra, y se las investiga también por presuntos abusos sexuales.

Tal como adelantara este medio en forma exclusiva en la jornada del miércoles, el juez Inchausti y el fiscal Nicolás Czizick llevaron adelante una investigación conjuntamente con Policía Federal luego de una denuncia a fines del año pasado.

En esa oportunidad una mujer refirió haber sido víctima de un grupo o secta con inclinaciones religiosos o espirituales, que se aprovechaba de la situación de vulnerabilidad de las personas y que las retenía en contra de su voluntad.

Esa organización operaba en el Hotel City de Diagonal Alberdi al 2500 y la pesquisa logró corroborar algunos de esos datos y sumó otras seis potenciales víctimas.

Al cabo de distintas tareas de inteligencia y testimonios las autoridades judiciales decidieron allanar el hotel el martes, cuando fueron detenidas las 4 personas y rescatadas otras 10.

“Es un caso mucho más grave que lo que en un principio aparenta”, confió una fuente judicial a LA CAPITAL. En base a datos ya agregados al expediente, esta secta obligaba a los “captados” a trabajar en el hotel -funcionaba como coooperativa- sin remunerarlos, como también exigía la entrega de bienes. Se calcula que más de 30 personas fueron víctimas y que algunas mujeres pudieron haber sido abusadas sexualmente y tenido hijos.

Uno de los puntos a esclarecer es la cantidad de pistolas, revólveres y escopetas que tenían acopiados: el recuento policial indica que había cinco armas largas, cuatro armas de puño y municiones de diferente calibre.

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