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La Ciudad 4 de enero de 2022

Irrumpe una nueva polémica para profundizar aún más la grieta: la explotación petrolera en el mar

Todos los entretelones de lo que es noticia en Mar del Plata.

Y la grieta se tiñó de petróleo. Tras la autorización del Gobierno para la explotación de hidrocarburos costa afuera de Mar del Plata, en la ciudad se desató la polémica. A horas de conocerse el decreto publicado en el Boletín Oficial, y mientras el Presidente de la Nación viajaba hacia la ciudad para luego trasladase a Chapadmalal, donde celebró las fiestas de fin de año, el intendente Guillermo Montenegro expresaba su rechazo a través de las redes sociales. “El daño que se puede generar en nuestra ciudad puede ser permanente”, alertó el jefe comunal. En la vereda de enfrente, la líder del Frente de Todos, Fernanda Raverta, se expresó con un “ni” más cercano a avalar la decisión gubernamental. “Creo en la producción de la Argentina y en generar puestos de trabajo, pero también en cuidar el ambiente”, dijo la directora de Anses. Mientras tanto, algunos sectores de la pesca pusieron el grito en el cielo -otros fueron más cautos- al tiempo que entidades ambientalistas comenzaron a movilizarse. Desde el sector de los científicos y especialistas, en tanto, también hay una fuerte división. Mientras algunos advierten sobre catástrofes ecológicas, otros sostienen que dicha exploración en nada perjudicaría a Mar del Plata. La polémica volvió a instalarse, con un tema que será parte de la agenda diaria en los próximos años.

Así como se han expresado decenas de científicos, en las redes sociales se multiplicaron los posteos, comentarios y análisis profundizándose la grieta en un debate que tiene más de fervor que de rigor científico. “Muchos creen que puede haber un derrame y teñirse nuestras costas de petróleo lo cual es un disparate. La exploración se hará a 300 kilómetros de la costa marplatense, donde la actividad pesquera, al menos para la flota nacional, es nula. Además, las corrientes marinas son otras. Nada puede pasarle a Mar del Plata. Al contrario, económicamente puede ser muy beneficiada”, admite un funcionario municipal en estricto off the record, expresando una postura totalmente diferente a la del intendente. “Hay gente -dijo refiriéndose a una joven empresaria a la que leyó en un numeroso grupo de Whatsapp- que cree que se van a ver las torres petroleras de Mar del Plata, lo cual evidencia que aún hay mucho desconocimiento, incluso entre gente teóricamente informada”, añadió.

Resulta más que interesante, -en forma desapasionada, claro está- leer los trabajos de especialistas, sus reflexiones, sus análisis, tanto a favor como en contra de esta actividad. Mientras, las organizaciones ecológicas, ambientalistas y otras entidades sociales, ya tienen una postura fijada contraria a dicha explotación, tal el caso de la denominada “Asamblea por un mar libre de petróleo”, organizadora de una marcha plurinacional, desde donde recuerdan que el pasado 30 de diciembre, se publicó mediante Boletín Oficial la Resolución del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, a través del cual se dio por concluida la EIA del proyecto presentado por Equinor y se autorizó a la empresa a realizar exploración sísmica en los bloques CAN 100, 108 y 114, “desoyendo el reclamo de las comunidades costeras”. Y manifiestan que “los bloques de la Cuenca Argentina Norte (CAN) están ubicados en una zona considerada un corredor biológico en el Mar Argentino, por su riqueza y biodiversidad. La exploración sísmica se realiza a través de bombas sonoras que impactan en el subsuelo marino, para determinar dónde hacer los pozos. Estos estruendos afectan todo el ecosistema marino y resultan totalmente dañinos para la flora y fauna. El ruido generado por la sísmica puede provocar discapacidad auditiva, lesiones masivas e incluso la muerte por ahogamiento o varamientos en animales como ballenas y delfines. En tanto las poblaciones de peces, mueren, dejan de reproducirse o se alejan de sus hábitats naturales”, sostienen.

Además, consideran que “las posibilidades de daño ambiental aumentan, ya que debido a las condiciones extremas que se dan en el mar, las probabilidades de accidentes y derrames son enormes (según la Universidad del Centro son de un 100%). Si esto avanza se destruirá el mar y toda la vida que él alberga, así como también a las economías regionales al afectar la actividad pesquera y el turismo”. Añaden que “la explotación petrolera impactará fuertemente sobre el desarrollo socio-cultural, recreativo y deportivo vinculado al mar, que identifica a las ciudades costeras” y remarcan que “desde la Asamblea por un Mar Libre de petroleras declaramos que el extractivismo petrolero no tiene lugar en nuestro territorio, y que no estamos dispuestos a entregar los bienes comunes al servicio de las corporaciones”, por lo que piden que se anulen todas las resoluciones relacionadas con la cuestión y autorizadas por el Gobierno nacional.

Totalmente opuesta es la visión del marplatense Diego Lamacchia, ingeniero civil egresado de la UBA en 1991 y especialista en sistemas de producción de hidrocarburos costa afuera y submarinos. Vive en Houston desde 1992 y ha participado en proyectos en Brasil, Uruguay, Chile, México, EEUU, Turquía y Argentina. “Muchas voces ambientalistas se están escuchando sobre el impacto negativo que la explotación de hidrocarburos pudiera tener en el medio ambiente, en el cambio climático y en el caso de Mar del Plata, en la pesca y el turismo, todos basados en los sentimientos de empatía de la gente debido a las consecuencias de algún accidente catastrófico que provoque un desastre ecológico en la región. Nada más lejos de la realidad, ya que estos desarrollos masivos de infraestructura se realizan siguiendo un programa escalonado de actividades, desde el diseño hasta su operación, y terminando en su abandono, minimizando el impacto al medio ambiente y siguiendo estrictos protocolos de seguridad, que minimizan los riesgos durante el diseño y operación, con adecuados programas de mitigación en caso de que se produzcan accidentes”, detalla en un amplio estudio que se puede leer en forma completa en internet.

 

Lamacchia sale al cruce del estudio de la Universidad del Centro de la provincia de Buenos Aires que indica que hay 100% de probabilidades de derrames debido a la operación petrolera costa afuera, trabajo en el cual se basan muchas de las organizaciones que hoy realizan marchas y protestas. “Lo primero que me llamó la atención de dicho informe es indicar que existe un 100% de probabilidades de derrame”, lo cual es una contradicción a la materia de Probabilidad y Estadística que tomara cuando estudiaba ingeniería, ya que lo primero que aprendimos es que “no existen los eventos imposibles, sino poco probables”, así como tampoco es lógico indicar que hay “un 100% de probabilidades de que ocurra”. ¿Que diferencia existe entre decir esto e indicar que “si fabricamos más de 1.000 autos (en vez de barriles), existe una probabilidad del 100% de que tenga un accidente uno de esos autos?”. Realmente, este informe se parece más a un trabajo práctico de probabilidades de un estudiante universitario que a un informe de investigación, y con todo el respeto que me merece la UNC, no me parece serio técnicamente”, reflexionó el marplatense.

Añade al respecto que “en el caso específico de este tipo de desarrollos masivos, existe lo que se denomina caso de seguridad, que incluye todos los estudios de medio ambiente, asegurando al dueño de estos bloques (en este caso el Gobierno) una operación segura y confiable de estos activos durante la vida útil del mismo. La realidad es, entonces, que un hecho catastrófico como un derrame de gran magnitud tiene una probabilidad muy pero muy baja, con lo que el riesgo (que es la probabilidad multiplicado por la consecuencia) es bajo. Y son los riesgos los que determinan la toma de decisiones en este tipo de proyectos masivos. Se debe considerar también que la tecnología y la industria han ido evolucionando hasta alcanzar muy altos estándares de seguridad”, añadió. Y puntualizó que “no es cierto que los desarrollos de explotación de hidrocarburos van a llenar de petróleo las playas de Mar del Plata. Hay un video muy interesante de Greenpeace donde se preguntan: “¿Te imaginas las costas de Mar del Plata llenas de petróleo?”. El video muestra cómo una mancha de petróleo llega a las costas de Argentina, pero no indica la metodología usada de computación fluidodinámica (CFD por sus siglas en inglés), ni tampoco se ve que sigue las ecuaciones de Navier-Stokes para el transporte de un fluido. En otras palabras, dudo mucho que sea cierto”.

 

En su trabajo, Diego Lamacchia también sostiene que a lo largo de la historia se han perforado cerca de 190 pozos en el Mar Argentino (más de 30 de ellos hoy operativos) y adquiridos cientos de miles de kilómetros de sísmica, sin que se registre ningún daño ambiental ni impacto significativo. “Los ambientalistas hablan de los efectos de la sísmica en el Golfo de San Jorge en los 70, indicando que los pescadores locales se vieron afectados por la desaparición de la merluza (y también de la ballena Franca) por más de dos años, hecho que no ha sido técnicamente comprobado. Es más, en el periodo de 1969 a 1997 se han realizado, en las costas de la provincia de Buenos Aires, más de 50.000 km de exploración sísmica y se han perforado 18 pozos. De acuerdo con todo esto, no es cierto que las prospecciones sísmicas ocasionen la muerte de las ballenas”. También refuta a quienes sostienen que la explotación y producción de hidrocarburos costa afuera destruirá el Mar Argentino. “Esto no es cierto, y la prueba más tangible es que existen desde hace décadas decenas de miles de pozos operativos en todos los mares del mundo, sin que se registre una hecatombe ecológica. Como en toda actividad, pueden producirse accidentes, sin embargo, la recurrencia de este tipo de episodios ha descendido drásticamente en las últimas décadas, gracias a las lecciones aprendidas y a la incorporación de nuevas tecnologías. Los ambientalistas utilizan estos accidentes catastróficos para inviabilizar este tipo de desarrollos, cuando la toma de decisiones en estos proyectos masivos se centra en minimizar los riesgos, con probabilidades de ocurrencia muy bajas de estos eventos de consecuencias catastróficas”, se indicó.

Ignacio Sabbatella, doctor en Ciencias Sociales de la UBA, e investigador del Conicet, en tanto, publicó un interesante hilo en su cuenta de Twitter. “Sobre la exploración offshore, es imprescindible que tanto el Estado Nacional como las empresas involucradas informen adecuadamente a la población. Al mismo tiempo, veo que es necesario sacarse algunos prejuicios”, escribió, para recordar que “Argentina tiene varias cuencas offshore, las cuales se estudian desde la década de 1940 y se perforaron por primera vez a fines de la de 1960. La Cuenca Argentina hasta el día de hoy se mantiene inexplorada”. Ignacio Sabbatella -@nachosabbatella- resalta que la actividad exploratoria se va a desarrollar en el norte de la Cuenca Argentina. Las áreas en cuestión están a más de 300 kms costa afuera de la localidad costera más cercana, Mar del Plata. Es una distancia bastante considerable como para decir que “está frente a la playa”. En otro tuit expresa que “poco o nada se sabe que la Cuenca del Salado Marina ha sido perforada tres veces en 1969 por parte de Union Oil y Sun Oil y una en 1994 por Amoco, es decir, actividad offshore a menos de 200 kms de la costa bonaerense, pero sin resultados positivos”.

Recuerda también que en 1996 Shell perforó el pozo Pejerrey en la Cuenca Colorado Marina, a una distancia de 180 kms de Mar del Plata. “Sí, ‘solo 180 kms’. Tampoco obtuvo resultados positivos”, detalló para aseverar que “donde sí ha sido exitosa la producción offshore es en la Cuenca Austral. El yacimiento Hidra, a sólo 13 km de la costa de Tierra del Fuego, fue el primero en producir gas comercialmente en 1989. Hoy Carina, Aries y Vega Pleyade representan más del 15% del consumo de gas del país”, detalló. Cabe recordar que un tercio del petróleo mundial proviene del offshore. Como bien lo apuntara Francisco Barberis Bosch -economista, docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata y ex presidente de la Federación Universitaria Marplatense- “la mayor cantidad de derrames no viene de plataformas offshore sino de buques de carga. Como sea, en los dos casos, la tendencia es hacia menos accidentes. De la desinformación y la campaña del miedo que circula nada bueno puede salir. La prohibición es una medida para casos extremos. En 2019 hubo 6.600 muertos y más de cien mil heridos en accidentes de tránsito. “¿Prohibimos autos y rutas?”, se preguntó.

Greenpeace, en tanto, aparece en pie de guerra. “No estamos distraídos y somos miles. Resistiremos por todas las vías necesarias, exigiendo que estos proyectos se rechacen y continuaremos exponiendo públicamente los peligros que implican”, avisaron y remarcaron que “las autoridades nos demuestran, una vez más, que no están a la altura de la crisis climática y ecológica que afrontamos. Con esta Resolución dan luz verde a una industria destructiva que sólo agrava las consecuencias del cambio climático”, sostuvo Greenpeace. “No hay manera de llevar a cabo la exploración y explotación petrolera offshore sin que genere impactos irreversibles para los ecosistemas marinos, su biodiversidad, las costas, las playas y los principales medios de vida de las comunidades costeras”, apuntaron.

Actores de todos los sectores, en tanto, participarán de un encuentro que organizará la UCIP el próximo 21 de enero. “Muchos empresarios de Mar del Plata tienen muy poca información sobre este tema, de modo que escucharemos los fundamentos de quienes apoyan y de quienes se oponen a la explotación petrolera”, confió un alto directivo de la entidad empresarial. Mientras en los bloques políticos también hay diferentes opiniones -la concejal del Frente de Todos, Sol de la Torre hizo público su rechazo a la medida adoptada por el Gobierno nacional- en la misma industria pesquera no se visualiza una posición homogénea. Las cámaras volvieron a expresar preocupación luego del anuncio de Alberto Fernández y reclaman ser escuchados y no descartaron hacer una presentación en la Justicia. A través de Intercámaras de la Industria Pesquera Argentina, organización que agrupa a las diferentes cámaras del sector aclararon que no se oponen a la actividad pero piden que se tomen los recaudos necesarios para que el impacto sea lo más bajo posible. Además reclamaron “ser escuchados” por las autoridades ya que consideran que hasta el momento no han podido plantear sus inquietudes en profundidad.


En la audiencia pública, que puso a consideración la exploración en una subzona de la cuenca argentina norte, las cámaras expresaron su postura y hace diez días hicieron una presentación formal en el Ministerio de Ambiente con la misma postura. El gerente del Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas (CEPA), Darío Sócrate remarcó que “no es que salimos a oponernos a una actividad económica”. “Queremos ser coherentes: somos desarrolladores de una actividad económica que sabemos que genera impacto”, aclaró. Respecto al pedido, sostuvo que “planteamos que se tomen los recaudos necesarios para que el impacto sea lo más bajo posible, y en caso de existir, que se tomen los recaudos para disminuirlos más aún o resarcir los costos que puede generar”. Uno de los ejes del pedido del sector pesquero es que se haga un análisis de la situación actual del ambiente acuático en la zona del mar donde se va a hacer la exploración. “Que se hagan los controles del estado actual y del impacto que va a tener en esta región. No es lo mismo un suelo que otro, la salinidad del mar, si hay piedra o no, o en qué estado de desarrollo está la especie”, amplió Sócrate y añadió que “lo que pretendemos es que este análisis sea considerado antes de que se empiecen a hacer las cosas”.
En off the record, muchos de los “popes” de la pesca local expresan otros conceptos. “Ambas actividades pueden convivir si son responsables. La zona de la CAN 100 -detalla el veterano empresario- esta fuera de la barranca que es el perfil marítimo argentino donde se pasa de 60 u 80 metros de profundidad a los 200. Y lejos de esos 200, a 3.000 o 5.000 metros, se realizará la exploración La zona que va de 50 a 200 metros de profundidad es una zona muy considera por la pesca ya que allí chocan dos frentes, frío y caliente, generando los microorganismos para la cadena trófica. Es la Zona Económica Exclusiva -detalló- de mucha actividad. Pero lo del petróleo está en la otra barranca, en profundidades que van de los 2.000 a los 5.600 metros. Hablar de un impacto biológico es irresponsable”, sentenció para añadir que “nosotros, de los 2.000 a los 5.000 metros no pescamos”.

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Uno de sus pares dijo que “hemos estudiando a fondo la cuestión y no habría ningún inconveniente. Estas perforaciones -de resultar positivos los estudios- se van a hacer en áreas donde nosotros no pescamos ni vamos nunca. La pesca, lo máximo que llegó fue a 300 metros, a 400 alguna vez. Esta zona está fuera de las 200 millas y si se cumplen las condiciones no deberíamos tener ningún inconveniente”, alegó. En tanto, Daniel Coluccio, observador permanente del Mar Argentino, en un artículo publicado en la revista Pescare fue contundente al afirmar que la zona CAN-100 ya fue prospectada y no hubo ningún impacto conocido sobre ninguna pesquería. “Está ubicada entre 120 y 240 millas náuticas al sudeste de Mar del Plata, algo así como 220/440km por si algún atrevido goza pensar que un derrame puede impactar en las costas marplatenses, cuando parecen olvidarse que existe un emisario submarino que vierte al mar productos de toda naturaleza, orgánica e inorgánica, que se lo trata con filtros de dudosa limpieza a tan solo 5 millas de la Bristol”.

Paralelamente, en redes sociales, a propósito de la lluvia registrada días atrás y la aparición de una mancha oscura en el mar muchos resaltaban que habría que empezar a solucionar lo que “está cerca de casa”. ¿Qué sucedió?. “Fíjense en el desagüe pluvial del espigón cero, en la punta sur del balneario Alfonsina. OSSE limpia las bocas de tormenta pero la tierra de la calle termina en el mar. A este desagüe le faltó trampas para decantar el barro (tierra). El ingeniero Lagrange siempre dijo que está mal terminarlo allí. Tenía que haberlo terminado en Punta Iglesia y juntarlo con el desagüe del arroyo que va por Diagonal Pueyrredón”, describió un vecinalista. Una historia que se repite cada vez que llueve, y desde hace años también en el desagüe de Constitución, yendo directamente al mar toneladas de basura, plásticos y todo tipo de residuos. “Está bárbaro que nos preocupemos por lo que puede llegar a pasar a más de 300 kilómetros pero sería más que interesante que empecemos a debatir sobre lo que estamos haciendo con el mar a apenas algunas cuadras de esta Municipalidad”, ironizaba un concejal opositor.

En la Municipalidad, un estrecho colaborador del intendente se pregunta desde que se conoció la oficialización de la noticia, qué tipo de ventajas tendría Mar del Plata. “Así como el riesgo de un derrame de petróleo para Mar del Plata es cero, el cuadro de laburo para marplatenses por lo menos en estos primeros años es cero también. Mar del Plata -enfatizó- no se beneficia en nada. Pone todo sin nada para ganar. El único beneficiado es el Gobierno nacional. La offshore nunca da laburo. En ningún país del mundo una base de petróleo da laburo a los locales. Y lo que sí es cierto es que a mediano plazo, siempre hay una modificación de los recursos”, sentenció. También en la coalición gobernante, como en el Frente de Todos, hay voces disidentes sobre esta actividad. De hecho no hubo pronunciamiento del PRO como fuerza política, mientras algunos de sus máximos representantes estampan el “me gusta” en posteos de Twitter de especialistas que expresan su apoyo a esta actividad. Precisamente uno de ellos comentaba este martes que la decisión de la explotación -iniciativa que arrancó precisamente en el gobierno de Macri- ya está tomada por el Gobierno nacional. “Lo que tendríamos que estar discutiendo ahora, políticamente, con el Gobierno es qué porcentaje de las posibles regalías le correspondería a Mar del Plata teniendo en cuenta que el nuestro será el puerto madre”, alegó.

¿Cuál es el plan de Equinor? Según pudo saberse, la empresa Noruega traerá un buque que realizará el registro sísmico con tecnología que hasta hoy no se utiliza en el país. Serán casi seis meses de tareas exploratorias que tendrán como base el puerto de Mar del Plata. Voceros de la empresa explicaron que en aguas nacionales se utilizarán las mismas tecnologías que en otros puntos del mundo no causaron incidentes y aseguraron que los niveles de seguridad de las operaciones, por su complejidad, son muchos más altos que en el onshore. El relevamiento sísmico está planificado por un plazo de cinco meses en el segundo semestre del año, con lo cual de comenzar en octubre de 2022 como se prevé, debería completarse en marzo de 2023 y a partir de ahí el procesamiento de los datos sísmicos demandará más de 1 año.

Según publicó el sitio Más Energía, el estudio se realizará con un buque que remolca tres fuentes de energía y diez cables submarinos (streamers) con una longitud de 8.000 a 10.000 metros y en los cuales se encuentran situados receptores de ondas o hidrófonos. Las fuentes de energía utilizan aire comprimido, que al ser liberado rápidamente genera ondas de sonido que son reflejadas en las distintas capas del subsuelo y vuelven a la superficie, donde son registradas por los hidrófonos. Este proceso se repite a lo largo de líneas de navegación que acaban cubriendo la totalidad del área de adquisición de datos. Las operaciones se desarrollarán ininterrumpidamente las 24 horas, todos los días, y para la tarea se utilizará un buque sísmico que está equipado con tecnología hasta hoy no implementada en el país, acompañado por dos embarcaciones de apoyo para garantizarle una navegación segura, sin interferencias con otras embarcaciones, abastecerlo de combustible e insumos y remolcar el buque sísmico ante cualquier emergencia en su sistema de propulsión.

Se prevé que el buque sísmico se movilice al área de adquisición sísmica desde el puerto de Buenos Aires, donde será abordado por la tripulación. Durante la ejecución del proyecto, cuando se requiera combustible, alimentos frescos y suministros, el puerto que se utilice para servicios logísticos será el de Mar del Plata. Cabe destacar que el proyecto recibió cuestionamientos hasta del Ministerio de Ambiente de la Nación, lo que generó diferencias con la Secretaría de Energía que fueron saldadas por el presidente Alberto Fernández tras recibir a la presidenta de Equinor, Nidia Alvarez, en Casa Rosada el 3 de diciembre. Ese mismo día la empresa firmó con YPF un acuerdo de colaboración en materia de sustentabilidad operacional.



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