Interés general

Jacinto y Eduardo Peralta Ramos, los sucesores

Dos de los hijos del fundador de Mar del Plata tuvieron importantes desempeños en la ciudad, tanto en la actividad privada como pública. Sendas calles los recuerdan.

por Carlos V González Rivero

De los 16 hijos que tuvieron Patricio Peralta Ramos, el fundador de Mar del Plata y su esposa Cecilia Robles, Jacinto, el noveno y Eduardo el onceavo, fueron los primeros varones, aunque en la genealogía de la familia aparece un varón entre ambos que presumo debe haber muerto de niño.

Jacinto Peralta Ramos es una importante avenida, continuación de la Av. Independencia hacia el sudoeste que se extiende hasta la calle Yemehuech en las cercanías del Cementerio Parque. A partir de la calle Génova parece continuarse en la Av. Antártida Argentina que allí nace pero lo cierto es que nuestra avenida, ya con características de calle sin asfaltar, sigue en línea recta por unas cuantas cuadras hasta su final.

Atraviesa el barrio “Peralta Ramos Oeste” desde su nacimiento en Juan B:Justo hasta Vértiz, y divide a los barrios “Fortunato de La Plaza” de “El Progreso” entre Vértiz y F. de la Plaza y “ El Martillo” de “Florencio Sánchez” entre esta última y la Av. Mario Bravo. Se interrumpe por unas cuadras reapareciendo en la calle Cacique Catriel en el barrio “SOIP” (Las Canteras)

Por su parte la calle Eduardo Peralta Ramos nace al 5700 de la Av. Juan B. Justo, y con rumbo sudoeste recorre los barrios “Bosque Alegre”, “El Gaucho”, “San Antonio”, “Bosque Grande” y “Las Heras” terminando un par de cuadras pasada la Av. Mario Bravo.

Jacinto Peralta Ramos

Cuando Patricio Peralta Ramos vino por primera vez a nuestras costas en 1861, tiempos en los que le había adquirido a Coelho de Meyrelles las estancias Laguna de Los Padres, La Armonía y San Julián de Vivoratá, lo hizo acompañado por sus hijos Jacinto y Eduardo, en una galera de la compañía “Mensajerías Generales del Sud”.

Jacinto había nacido en Buenos Aires el 11 de diciembre de 1847 y durante toda su vida estuvo relacionado a múltiples actividades en nuestra zona, principalmente relacionadas con el campo. De hecho, su padre hacia 1875, vende parte de sus tierras a su yerno Juan Barreiro Bavío y cede a Jacinto una legua y media del pueblo (unas 3750 hectáreas) formándose un condominio entre ambos. Barreiro y Jacinto tasaron a precios bajos favoreciendo la compra por parte de terceros. Cuando Barreiro decide volver a Buenos Aires, Jacinto entusiasma a un rico estanciero de la zona de Dolores: Don Pedro Luro, con quien hace un nuevo condominio en 1877.

Nace nuestro partido

A todo esto, en 1876 se funda el pueblo de Balcarce, lo que hizo que el partido tuviese a partir de ese momento dos pueblos, los cuales lógicamente rivalizaban por constituirse en sede de las autoridades municipales, que por el momento seguían residiendo en las proximidades de la laguna Brava. La familia Peralta Ramos movió influencias en Buenos Aires para que se crease otro partido. El resultado fue la ley de la Legislatura provincial de 1879 que divide al partido de Balcarce del nuevo partido que se denomina General Pueyrredon.

La primera Corporación Municipal presidido por Antonio Alvarez contaba entre sus miembros a Jacinto.

Cuando en 1883 llega a nuestras costas el gobernador Dardo Rocha, es Jacinto uno de los más fervientes gestores ante el gobierno de la provincia para lograr hacer llegar el ferrocarril a Mar del Plata, cosa que sucedió en 1886.

Estancia, chalet y pueblo propio

Una de las propiedades más emblemáticas de Jacinto Peralta Ramos, fue sin dudas la Estancia Cabo Corrientes, alrededor de 9000 hectáreas, que iba desde el mar hasta la actual Ruta 88 y desde Juan B Justo hasta Los Acantilados.

En 1890 concluye la construcción de “El Galpón”, a unos cientos de metros del casco de la estancia, destinado a guardar la lana de la esquila de las ovejas que poblaban el campo. En 1920, Don Jacinto y su hijo Raúl, lo transforman en una cabaña que alberga vacas lecheras holandesas.

En 1930, después de la muerte de Don Jacinto, su mujer Doña Matilde lo convirtió en quesería y en su sótano maduraban los quesos que se vendían en el centro de la ciudad y que la población denomino “Mar del Plata.” Hoy hay allí un complejo turístico.

En 1891, Jacinto Peralta Ramos decide formar un pueblo, el que primero llama “Cabo Corrientes” y luego “Pueblo Peralta Ramos”. El mismo abarcaba desde las actuales Juan B Justo hasta Mario Bravo y desde la costa hasta la ruta 88.

Otra de las propiedades notables de Jacinto fue el chalet de 1888 en Olavarría y el Bv. Marítimo, donde hoy se levanta el edificio Demetrio Eliades (Havanna).

En nombre de Dios

Hacia 1912 Jacinto Peralta Ramos dona el terreno en el que se construyó el más tarde llamado Instituto Peralta Ramos, así como el dinero para su construcción. Lo mismo hizo con el Instituto Santa Cecilia.

Entonces a Jacinto Peralta Ramos lo nombran Caballero de la Orden de San Gregorio Magno, por haber construido dos edificios a favor de la Iglesia distinción que fue otorgada por el Papa Pio X.

Jacinto Peralta Ramos se casó con Matilde Martínez Bayá y tuvo 9 hijos, 5 varones y 4 mujeres. Falleció el 12 de Octubre de 1929.

Eduardo Peralta Ramos

Nació en Buenos Aires el 12 de octubre de 1850. Concurre al Colegio San José de los Padres Bayoneses de la Capital Federal.  A los diez años, como conté más arriba, llega por primera vez al Puerto de Laguna de los Padres.

Su progenitor lo trae, junto a Jacinto su hermano mayor, en un viaje de reconocimiento de las 32 leguas cuadradas de tierras que habría comprado a Meyrelles y que escriturara el 26 de septiembre de 1860.

Los viajeros parten de Potosí 269 en una galera de las Mensajerías Generales del Sud, propiedad de Sevigné y Moreno. Hacen el recorrido desde Buenos Aires hasta Dolores. Tocando después las postas de Kaquel, Santa Elena, Centinela, Brandan, Porfía, Arroyo Chico, Durazno, Arroyo Grande, Los Naranjos y La Caldera.

Median entre Dolores y Mar del Plata, cuarenta leguas y se necesitan más de cuatro días para salvar las distancias, dependiendo del estado del tiempo y las crecidas de ríos y arroyos.

Familia y negocios

En 1878 se casa con Carolina Barreiro Bavio, cuñada de su hermana Mercedes, con la que tienen 9 hijos: Rafael, Cecilia, Juan Carlos, Eduardo, Adela, Carolina, Sara, Enrique y Oscar.

En 1881, se lo encuentra en sociedad con Don Pedro Luro para explotar La Proveedora, primitivo almacén de ramos generales fundado en época del Saladero por Coelho de Meyrelles. En este período los Peralta Ramos – Luro, son dueños “en condominio indiviso “de la tierra de Mar del Plata.

En 1887 construye su casa en la actual Av. Luro y La Rioja (actualmente hay un conocido Banco) en la que vivirán más de una generación a lo largo del siglo y que se convertirá en el centro de la memoria familiar. En ocasión de la demolición de la misma, en 1977, y gracias a la gestión de los Arquitectos Graciela Di Iorio y Hernán Clinkspoor (UNMdP) se rescató el mural “Mar del Plata 1861-1873” (4,20 mts x 1,65 mts), pintura al óleo realizada sobre un muro por Fausto Eliseo Coppini en 1913 bajo las indicaciones del propio Eduardo Peralta Ramos, en la que se observa una vista del Puerto Laguna de Los Padres y el saladero. Este mural se conserva en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.

A principios de 1890 habilita la fábrica de cerámicos “La Carolina” en la zona enmarcada por Rivadavia, España Belgrano y Jujuy.

Gestión pública

Es Juez de Paz en 1895 y dos años más tarde, Intendente (1897-98). Es en esta época que se da impulso a mejoras urbanas como el empedrado de calles y la provisión de alumbrado público a través de la empresa Roux y Deyacobbi y Cia.

Durante su intendencia se rectificaron, asimismo, las líneas de edificación de las costas del mar y del arroyo, lo que significó ganar para la municipalidad  numerosos ensanches cuyas ventas financiaron las obras emprendidas.

Pero lo más importante de su gestión, quizás, fue la división del pueblo en dos partes: la norte y la sur, separadas por la avenida Luro, y la creación de las respectivas comisiones de fomento integradas casi enteramente por caballeros porteños. Esta medida favoreció las obras urbanas en la zona veraniega del   pueblo, lo que animó a nuevos veraneantes a construir buenos chalets que proporcionaron trabajo a mucha gente y cimentaron el prestigio del   balneario elegante que Mar del  Plata ostentó durante muchos años.

Eduardo Peralta Ramos estaba totalmente identificado con Mar del Plata, y al advertir que su vida se extinguía, formuló un postrer deseo: descansar para siempre en paz y si era posible en la Capilla de Santa Cecilia, en su interior o en el atrio.

Su anhelo fue escuchado por las autoridades y se permitió que fuera inhumado frente al altar.

Eduardo Peralta Ramos (Pitín), falleció a los 67 años en Córdoba, donde se hallaba radicado, tres años antes, por razones de salud.

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